Incluso quienes trabajan en el Día del Señor pueden tener un encuentro con Él
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Noviembre 15, 2009 |
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A la izquierda una antigua foto del grupo Misión Sal y Luz mientras adoran en el autobús de la iglesia. Ahora, luego de 24 años, ofrecen los servicios de adoración en su propio santuario ubicado en Daechi-Dong, Gangnam-Gu, Seúl (Foto tomada durante el servicio del XXIV Aniversario de la Misión Sal y Luz el 24 de octubre de 2009).
Servicio del XXIV Aniversario de la Misión Luz y Sal
El 24 de octubre a las 21:30 horas, la Misión Luz y Sal celebró su XXIV aniversario en el salón del santuario Young Dong. La Misión Luz y Sal es una organización creada para ayudar a alentar a aquellas personas que tienen que trabajar los días domingos, para que mantengan su fe y evangelicen en sus lugares de trabajo.
La Misión Luz y Sal comenzó con 7 miembros en octubre de 1985. Al principio, no había un lugar decente para adorar, así que se reunieron en un local comercial, iglesias cercanas, e incluso en los autobuses para orar y ofrecer culto a Dios. Por medio de esta ardiente pasión, muchos de ellos han llegado a ser siervos y obreros del Señor en muchas áreas de la iglesia.
La Misión Sal y Luz, la cual en la actualidad consiste en la Misión de Distribución y los grupos de Misión de Restaurantes, está expandiendo sus actividades a los mayores locales en Corea incluyendo Daejeon y Changwon.
El grupo de la Misión de Distribución ofrece servicios dominicales a las 21:00 p.m., y el grupo de la Misión de Restaurantes ofrece servicios a partir de las 23:00 p.m. A pesar de que probablemente estén agotados y exhaustos por haber trabajado todo el día, los miembros tienen pasión para el servicio, incluso mayor que la de cualquier otra persona, y ofrecen las Vigilias Enteras del viernes y los Servicios de Alabanza los días miércoles, en el salón del santuario en Young Dong en Seúl, donde tienen un tiempo para compartir testimonios y comunión. También asisten a la Reunión de Oración de Daniel todas las noches por medio de la señal satelital. Los miembros confiesan que los mensajes llenos de vida que el Dr. Jaerock Lee comparte y el asombroso poder de Dios manifestado a través de él, les han dado fe verdadera y esperanza por el Cielo.
Cada domingo los miembros de la Misión Sal y Luz, incluyendo la Diaconisa Youjin Song de 37 años, quien trabaja en los Almacenes Lotte, salen temprano de sus hogares y tienen una reunión antes de comenzar a trabajar. Estudian los sermones del boletín semanal de la iglesia y reciben la "Oración del Alba" por medio de casetes mientras oran por su trabajo y la evangelización de las almas.
Al atender a miles de personas cada día, tienen que escuchar quejas y algunas veces deben enfrentarse a clientes malhumorados que coléricamente les gritan. Aun así, ellos brindan su mejor sonrisa hasta el final, y a menudo escuchan a esos clientes agresivos elogiándoles, al decir: "Tengo la certeza de que usted se casará con alguien de una buena familia algún día". Es común que a uno de los miembros le sea dado el título de: "Mejor Empleado en Amabilidad y Excelencia" en el centro comercial. Ya que los miembros oran y ayunan fervientemente el uno por el otro, a menudo intercambian sonrisas cuando se ven, creciendo aún de manera más cercana que muchas familias.
La Diaconisa Youngju Shin de 45 años de edad, quien administra "Uba", un almacén de ropa de mujer en Yangjae-Dong, Seocho-Gu, Seúl, llegó a ser parte de la Misión Sal y Luz cuando se desvinculó del mundo social. Ella tuvo la impresión de estar descansando en el Cielo cuando recibió el caluroso amor y afecto de los miembros.
Pero desde que ella comenzó a trabajar en el centro comercial, se sentía agotada y afligida porque no podía guardar el Día del Señor. Así es que ella experimentó gratitud abrumadora cuando pudo asistir a los servicios del domingo y escuchar los sermones del Dr. Jaerock Lee. Y el corazón que había estado congelado por el afán de la vida comenzó a derretirse. "Ella es tan amable y amigable", dicen constantemente de ella sus clientes y compañeros de trabajo. Incluso a los clientes que simplemente se prueban todo tipo de ropa y desordenan la tienda, ella respetuosamente les dice con una sonrisa resplandeciente: "Espero verlo en otra ocasión. Lamento no disponer de lo que usted necesita. Nos prepararemos para usted la próxima vez". Recientemente ella fue asignada para ser la gerente de un almacén luego de la cuidadosa consideración del presidente. Ella confesó: "La Misión Sal y Luz ha jugado un papel muy importante en mi vida cristiana, alentándome a mantener mis ojos en la Nueva Jerusalén en el Cielo, y protegiéndome de las tendencias mundanas y el materialismo en calidad de vendedora".
Voluntarios y Miembros de la Misión Sal y Luz prepararon comida para los invitados durante un evento de la iglesia.
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