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El amor del Señor me ha hecho feliz incluso en esta tierra extranjera
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Marcha 11, 2012 |
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Diaconisa Bokyung Kim (Iglesia Manmin de Ida, Japón)
Me mudé a Japón en mayo de 2001 para asistir a la escuela de estudios de posgrado. Mientras vivía en Corea asistía a una iglesia, pero en Japón me era difícil encontrar una. Me sentía desalentada; en verdad deseaba ir a la iglesia. En ese momento, Dios acudió a mí...
Me conmovieron los libros del Dr. Jaerock Lee
A principios del 2003, el Misionero Changme Lee me dio el libro testimonial del Dr. Lee, titulado GOZANDO DE LA VIDA FRENTE A LA MUERTE. Al leerlo fui conmovida en gran manera. Luego empecé a asistir a la Iglesia Manmin de Osaka. También leí su libro EL MENSAJE DE LA CRUZ, el cual me permitió comprender por qué debo creer. Por medio del libro LA MEDIDA DE FE, llegué a saber lo que una verdadera vida cristiana es. Me di cuenta que yo me había alejado de lo espiritual justamente por no saber esta verdad.
Al leer los libros que contienen la esencia de la Biblia, recibí mucha gracia y obtuve la certeza de que finalmente había conocido al Pastor verdadero. En ese entonces le hablé acerca del Dr. Lee a mi novio, Kawakuchi. Y en abril de 2003 él experimentó la sanidad de un grave problema de alergia al polen, gracias al poder de Dios. Entonces él llegó a ser cristiano.
Me casé y mi suegro llegó a conocer a Dios
En enero de 2004 Kawakuchi y yo nos casamos y fuimos a vivir con su padre. En la casa había un altar budista, pero ya que mi suegro era un hombre muy amable y bueno, yo podía llevar mi vida cristiana con libertad. Él me lo permitía...
Mi suegro había padecido de un zumbido en sus oídos durante nueve años, razón por la cual no podía escuchar sonidos bajos. En septiembre de 2004 escuché acerca de la Reunión de Sanidad con el Pañuelo Japón 2004 (Hechos 19:11-12) que se iba a realizar con la Pastora Heesun Lee. Mi suegro asistió a la reunión y recibió la oración del pañuelo de parte de la Pastora Lee. Él dijo que había sentido que algo salió desde el tope de su cabeza. Luego el zumbido de sus oídos desapareció. Él llegó a escuchar con normalidad.
En agosto de 2005, él falleció. En ese momento, una sonrisa iluminó su rostro. Mi esposo dijo: "Jamás lo he visto sonreír con tanto gozo". Al verlo, mi esposo y yo tuvimos la certeza de la existencia del Cielo, y nuestra fe creció.
Ensanché la tierra de mi corazón con oración
La cultura budista está muy difundida en Japón. En las familias a menudo hay conflictos por causa de las diferentes religiones. Mi familia no era la excepción... Aunque mi esposo era un hombre generoso, a menudo tenía problemas con mi familia política por causa de las diferencias culturales o en valores.
En mayo de 2007 me mudé a Ida y comencé a asistir a la Iglesia Manmin de Ida. Yo cumplía con mis responsabilidades con fervor, y pensé que llevaba una buena vida cristiana. Sin embargo, no podía producir fruto abundante. Traté de examinarme y analizarme a mí misma por completo.
Me di cuenta que usualmente culpaba a los demás por mis problemas. Cambié mi forma de pensar y me esforcé por admitir mis faltas. Con un corazón humilde respeté a los demás y oré por mi esposo con todo mi corazón. Oré para despojarme de la arrogancia, los sentimientos adversos y cosas semejantes cada noche durante la Reunión de oración de Daniel. También le pedí a Dios que me ayudara a entender a los diferentes tipos de personas en mi lugar de trabajo y Él me dio la fortaleza para hacerlo. De esta manera circuncidé mi corazón, lo cual me condujo a recibir respuestas y bendiciones.
Las bendiciones espirituales y materiales abundan en mi familia
En febrero de 2008 llegué a ser parte de Relojes Citizen, una fábrica de relojes muy conocida. Luego de hablarlo con mi esposo, yo ofrecí todo mi primer sueldo a Dios. Entonces Dios, al estar muy complacido con mi obra, bendijo a mi esposo. Él recibió vacaciones pagadas y un incremento salarial de 50.000 yen. Y yo fui protegida durante una amplia restructuración en mi compañía.
En noviembre de 2011 fuimos bendecidos con una casa nueva. En enero de 2012 mi hija Yuri, de siete años, sufrió un resfriado y fiebre de casi 103℉ (39.4 ℃). Entonces me arrepentí de mi mal carácter y por haber explotado en ira tratando de enseñarle algo. Luego la fiebre bajó rápidamente. Por medio de esta ocasión fui bendecida al lograr derribar mi arrogancia y egocentrismo.
Mi esposo ha llegado a ser un obrero fiel del reino de Dios en calidad de Presidente de la Misión de Hombres, durante tres años seguidos. Él incluso asiste a la Reunión de oración a la madrugada que se realiza muy temprano cada mañana. Yo trabajo como Vicepresidente de la Misión de Mujeres y maestra guía del Equipo de Alabanza Infantil 'Trigo'. Me faltan palabras para expresar cuán feliz me siento al ver a mi familia unida a pesar de las distintas nacionalidades. ¡Agradezco al Señor de amor!
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