Adán, el primer hombre, desobedeció el mandato de Dios en el que le dijo que el día que comiere del árbol de la ciencia del bien y del mal, ciertamente moriría. Como resultado de su desobediencia, Adán y sus descendientes llegaron a ser pecadores y por ende no podían continuar teniendo vida eterna. ...
Las casas preferidas por los ladrones son aquellas que están vacías o cuyas puertas son dejadas abiertas. Si las luces dentro de la casa son encendidas cuando el dueño está despierto o las puertas de la casa están cerradas seguramente, ningún ladrón atentará a introducirse en ella. Por la misma razón, el enemigo el diablo no podrá entrar dentro del corazón de un individuo que vive diligentemente por la Palabra de Dios y que está despierto espiritualmente a través de las oraciones diarias. Por lo tanto, ese individuo no será sujeto de pruebas o sufrimientos y mientras recibe el consejo y escucha la vos del Espíritu Santo en su corazón, cada aspecto de su vida será prosperado y será llenado de bendiciones.
"Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración" (1 Pedro 4:7).
De la columna del Dr. Jaerock Lee "Siloam" publicada en The Dong-A Ilbo