Las personas, durante su paso por este mundo, se obsesionan mayormente con la realidad que ven, con lo que sus ojos físicos pueden ver; y luego tienden a sentir más la desilusión y el vacío que la esperanza y el gozo. Puede que se vistan bien, y hagan grandes viajes costosos; pero a medida que los días pasan, su carne envejece y se debilita e indudablemente les llega la muerte. Entonces, ¿de qué les aprovechó todo lo que hicieron y acumularon durantes sus vidas? Por otro lado, las personas que creen en el Señor, ponen su esperanza no es las cosas terrenales, sino que fijan sus ojos en la gloria que disfrutaran en el reino de los cielos, y ninguna circunstancia los desanima. Tal esperanza es como un ancla para el espíritu, que amarra a cada hijo de Dios, y le brinda tranquilidad y contentamiento para que puedan estar gozosos y dar gracias en todo. Esa es la manera en que una persona podrá vivir una vida no en vano, sino una vida llena de sentido.
"no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas." (2 Corintios 4:18)
~ extraído de la serie de columna del Rev. Dr. Jaerock Lee "El Camino" del periódico, The Hankook Ilbo
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