Adán, el primer hombre, desobedeció el mandato de Dios en el que le dijo que el día que comiere del árbol de la ciencia del bien y del mal, ciertamente moriría. Como resultado de su desobediencia, Adán y sus descendientes llegaron a ser pecadores y por ende no podían continuar teniendo vida eterna. ...
Los frutos de un árbol son un reflejo de sus raíces
Los árboles que miden más de dos metros de longitud usualmente tienen raíces muy grandes que se profundizan en la tierra. No obstante, aunque un árbol tenga hojas abundantes se puede marchitar rápidamente si sus raíces son débiles. Así como para el árbol sus raíces son muy importantes, el centro del corazón es lo más importante para una persona.
A menudo nos asombramos cuando descubrimos que un hombre de buena apariencia ha cometido asesinatos en serie, o cuando una persona muy respetada se involucra en un escándalo por soborno. Estas personas son como árboles con muchas hojas y raíces débiles; en lo exterior aparentan ser buenas personas, pero las raíces en su interior, o en el centro de su corazón, son malas. Cuando entendemos que los buenos árboles no pueden producir malos frutos, y que los malos árboles no pueden producir buenos frutos, lo cual es una verdad, nos sentimos motivados a cultivar un buen corazón ante Dios.
"…porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado" (1 Timoteo 4:5) Tomado de la Serie de Editoriales "El Camino" del Dr. Jaerock Lee publicados en The Hankook Ilbo