Amor Espiritual (13) -El amor todo lo sufre, lo cree y todo lo espera
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Junio 23, 2013 |
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“El amor es sufrido... Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. (1 Corintios 13:4-7)
Pastor Principal Dr. Jaerock Lee
En este mundo, nadie aborrece la palabra ‘amor’. Se puede ser feliz si el amor abunda en uno, sin importar cuán difícil sea la vida. Sin embargo, la gente no puede obtener la felicidad verdadera si es que no posee amor espiritual, incluso aunque disfruten de una vida con prosperidad económica. El amor es inevitable para los humanos y debe ser amor espiritual que jamás cambia.
Los atributos del amor espiritual se explican en 1 Corintios 13. Dice que el amor todo lo soporta, todo lo cree y todo lo espera. Analicemos su significado espiritual y cómo alcanzar este amor espiritual.
1. El amor todo lo soporta Después de aceptar a Jesucristo, llegamos a tratar de vivir de acuerdo a la Palabra de Dios. Mientras hacemos esto, quizás enfrentemos muchas cosas que debemos soportar. Si uno solía enojarse o irritarse por causa de los demás, ahora debe soportarlos. También hay que soportar el hecho de satisfacer los deseos personales a fin de hacer lo necesario para los demás.
Por esta razón, el ‘amor es paciente’ se registra como la primera característica del amor espiritual entre sus 15 atributos. Debemos ser pacientes con todo tipo de aflicción a fin de abstenernos de las cosas de la falsedad en nuestro corazón y permanecer pacientes en la lucha contra nosotros mismos. A esto llamamos ‘paciencia’.
¿Qué significa entonces ‘soportar todas las cosas’? Es soportar con todos los sufrimientos causados por los demás después de haber cultivado nuestro corazón en la verdad. Es decir, soportar todas las cosas en este verso tiene un significado más amplio que el verso que dice que ‘el amor es paciente’. Implica soportar todas las cosas que no están en acuerdo con el amor espiritual.
En otras palabras, es soportar toda forma de maldad, incluyendo las falsedades, la carne y el pecado. Por ejemplo: no ser paciente, no ser amable, enojarse, ser arrogante y ser grosero; todo esto está en contra del amor espiritual. Asimismo, buscar nuestro propio beneficio, irritarse, tomar en cuenta una mala acción, gozarse con la injusticia; todas estas son cosas que no corresponden al amor espiritual.
En este caso, soportar algo no es solamente ignorarlo, sino alejar las características opuestas al amor, es decir, todas las falsedades de nuestro corazón, y hacerlas desaparecer. Esto es circuncidar el corazón. Si circuncidamos nuestro corazón y alejamos la carne por completo, entonces seremos personas espirituales llenas únicamente del amor espiritual.
De hecho, si alcanzamos el espíritu en nuestro corazón, la expresión ‘soportar’ no será necesaria porque estar en el espíritu significa que amamos a Dios en grado sumo, que no podemos pensar en nada que esté en contra del amor, y que obviamente no haremos ese tipo de cosas. Además, debido a que no tendremos maldad en nuestro corazón, en realidad no veremos las deficiencias ni equivocaciones de los demás. Más bien, aunque las veamos, solamente trataremos de comprenderlos y apoyarlos, de modo que no tendremos que soportar nada.
¿Cómo trataron las personas a Jesús cuando vino al mundo para salvar a los pecadores? Todo lo que hizo Jesús fue solamente bueno, pero la gente se burló de Él y lo despreció, y al final lo crucificaron. Jesús, quien es la verdad en sí, en silencio soportó a aquellos hombres. Él incluso intercedió por ellos, diciendo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes” (Lucas 23:34).
El hecho de que Jesús haya soportado todas las cosas y Su amor dan como resultado la obra de salvación; cualquiera que lo acepte a Él como Salvador puede convertirse en hijo de Dios y pasa de la muerte a la vida eterna. Dios nos ama, por eso continua ‘soportándonos’ y espera que lleguemos a ser Sus hijos verdaderos.
2. El amor todo lo cree
Si usted ama a alguien con su corazón, creerá en esa persona por completo. Aunque tenga deficiencias, intentará creer en ella y podrá verla con amor porque cree que podrá cambiar. Creer de esta manera es una prueba de amor por los demás.
Se puede decir que creer es un estándar para medir el tamaño del amor. Por consiguiente, creer completamente en Dios es amarlo por completo. Abraham logró ser llamado ‘padre de la fe’ y ‘amigo de Dios’ por creer plenamente en Dios. Su fe en Dios fue tan sincera que, sin dudar en absoluto, Abraham obedeció el mandato de Dios que le decía que ofreciera a su único hijo Isaac. Él pudo hacerlo porque puso su confianza plena en Dios quien puede revivir de la muerte.
Como se explica aquí, el amor todo lo cree. Los que aman a Dios por completo también creerán todas Sus palabras totalmente. Además, debido a que todo lo creen, soportan todas las cosas. Para soportar todas las cosas que están en contra del amor espiritual, debemos tener fe. Es decir, solamente cuando creemos en todas las palabras de Dios podemos circuncidar nuestro corazón, alejar todo lo que está en contra del pecado y esperarlo todo.
¿De qué manera nos amó Dios? Él entregó a Su Hijo unigénito, sin escatimar nada, por nosotros los pecadores. Él abrió el camino de la salvación. No se trata de que nosotros le amamos primero y creímos en Él, sino que Dios nos amó primero, y al creer en esto, llegamos a amar a Dios como está escrito en 1 Juan 4:9-10. Al principio llegamos a amar a Dios al creer en esto, pero si alcanzamos más amor espiritual, llegaremos a un nivel en el que creeremos plenamente por amor.
Es posible alcanzar el amor espiritual cuando hemos alejado toda falsedad del corazón. Los que alcanzan el amor espiritual por completo creen en todos los hombres. Incluso aunque la gente tenga muchas iniquidades y deficiencias, y parezcan no ser dignos de confianza, los que tienen amor espiritual los verán con fe. Además se ven a sí mismos con los ojos de la fe. No se sienten desilusionados ni frustrados por sus propias limitaciones, sino que creer simplemente en el poder de Dios quien jamás los abandona y los transforma. El Espíritu Santo nos habla siempre al corazón: “Puedes hacerlo”, y hace las cosas tal como las creemos.
3. El amor todo lo espera
La gente a veces desea cambiar a los demás para que lleguen a ser como ellos quieren porque no les gusta su manera de actuar. Pero si discuten sin siquiera aguantar el mínimo asunto, no tendrá sentido que puedan cambiar a los demás. Por lo tanto, se debe desear cambiar uno mismo, en lugar de desear cambiar a los demás. También hay que verlos con amor y esperar por ellos.
Esperarlo todo es añorar y esperar que todo lo que usted cree se haga realidad. Es decir, si usted ama a Dios, creerá todas Sus palabras y esperará que todo se haga de acuerdo a Su Palabra. Esperará los días en que pueda compartir amor con Dios el Padre por siempre en el hermoso reino celestial. Es por eso que soporta todas las cosas y corre la carrera con fe.
No obstante, las personas del mundo que no tienen esperanza en todas las cosas con fe, no tienen esperanza por el reino celestial. Ya que no tienen esta esperanza, viven como si el final de la vida en el mundo es el final de la vida y simplemente van tras las cosas del mundo y las disfrutan. Debido a que no tienen satisfacción verdadera, viven cada día con dificultades en sus vidas sin esperanza real. Hasta la muerte, quizás incluso viven de día en día con temor del futuro.
Por otro lado, los que creen en Dios todo lo esperan, por lo que pueden tomar el camino angosto descrito en Mateo 7:13-14. En 1 Corintios 15:19, el apóstol Pablo dice: “Si hemos esperado en Cristo para esta vida solamente, somos, de todos los hombres, los más dignos de lástima”.
Desde un punto de vista carnal, el dominio propio y el estilo de vida reverente de los cristianos parece gravoso. Para los no creyentes, nuestro camino parece angosto. Pero para nosotros los creyentes, este camino es de mayor gozo que cualquier otro camino porque es el camino a la eternidad en la belleza del Cielo. Como aquí se explica, el amor espera y anhela sin cambiar en todas las cosas que se cree se harán realidad.
Amados hermanos y hermanas: Dios espera que ustedes alcancen el amor espiritual y que se conviertan en Sus hijos verdaderos. Para Él, mil días son como uno, por eso podemos mirar a toda persona con fe y esperarlo todo. Ruego en el nombre del Señor que al hacerlo ustedes lleven a muchas almas al camino de la salvación.
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