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Bienaventurados los misericordiosos

Noticias Manmin   No. 154
5249
Diciembre 08, 2013


“Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” (Mateo 5:7).



Pastor Principal Dr. Jaerock Lee



Una definición de la palabra ‘misericordia’ en el diccionario es ‘tratamiento compasivo de las personas en peligro’. La misericordia de la cual Dios está hablando es acerca de perdonar a los demás de corazón y de amonestarlos con amor cuando cometen pecados o nos hacen pasar momentos difíciles. Es similar a la bondad de los nueve frutos del Espíritu Santo, pero pertenece a un nivel más profundo.
La bondad es el corazón libre de maldad que solo busca la bondad. Cuando el corazón bondadoso es revelado en acción como el amor que cambia a los demás, es la misericordia que Dios desea. A partir de ahora voy a explicar acerca de la quinta bendición entre las Bienaventuranzas examinando los tres aspectos de la verdadera misericordia.


1. La misericordia ilimitada del perdón

Mateo 12:20 nos dice que Jesús cambió a las personas con su corazón de bondad que no se quebranta como la caña cascada, y el pábilo que humea no se apagará. Mostró la misericordia del perdón con amor lo suficientemente grande como para sacrificar incluso Su vida.
La ‘caña cascada no quebrará’ tiene el significado de no juzgar inmediatamente a alguien, sino de saber sobrellevarlo, aunque su corazón y acciones estén llenas de maldad. La mayoría de personas no entienden o no perdonan a alguien que les hace daño. Al contrario, ellos odian, pelean con ellos y hablan acerca de los errores de los demás. Sin embargo, Jesús sobrellevó a todas las personas y les dio la oportunidad de ser transformados.
La frase ‘el pábilo que humea no apagará’ significa no olvidarse de los hijos de Dios que han recibido el Espíritu, pero tienen pocas oportunidades para la salvación ya que no viven de acuerdo a la verdad. Es el corazón del Señor que permanece y guía incluso a aquellos que aún cometen pecados a arrepentirse y ser cambiados por medio de la verdad.
La misericordia del perdón es el corazón de Dios. Él tuvo misericordia de nosotros cuando estábamos destinados a los horrores del Infierno a causa de nuestros pecados. Él envió a Su Hijo unigénito a nosotros como el sacrificio expiatorio. Él permitió que derramara toda Su agua y sangre por nosotros, lo cual demostró el gran amor de Dios.
Sin embargo, muchas personas cometieron pecados incluso después de decir que han llegado a ser hijos de Dios. A pesar de que le rompen el corazón a Dios, Él no los abandona de inmediato. Él espera que se arrepientan y regresen con la misericordia del perdón al igual que el padre que esperaba que su hijo pródigo regresara. Si usted se arrepiente y se aparta de su pecado, nuestro padre Dios quitará sus rebeliones tan lejos como está el oriente del occidente, y Él le perdonará.


2. La misericordia de la disciplina con amor

La ‘disciplina’ puede sonar como lo opuesto al perdón pero en realidad no lo es. Es debido a que la misericordia de la disciplina reconocida por Dios no es hecha con odio o condenación, sino con amor, por lo que le ayuda a las demás personas a poder cambiar. Tal como Hebreos 12:6 dice: “Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo”, esta misericordia de disciplina es el amor de Dios.
Debido a que Dios nos ama tanto, Él nos da otra oportunidad para apartarnos de los pecados por medio de Su disciplina. Esto es porque si no hay disciplina las personas pueden continuar deseando las cosas del mundo, incluso después de que han recibido la salvación, y pueden caer de nuevo en la oscuridad. Dios no puede simplemente ver cómo estamos siguiendo al enemigo diablo y Satanás, por lo que Él nos da la gracia para apartarnos del camino de los pecados al disciplinarnos.
Supongamos que su hijo hace algo realmente malo. Quizás no le reprenda inmediatamente para disciplinarlo. En lugar de ello le enseñamos cómo y por qué lo que hizo estuvo mal, y luego lo reprendemos suavemente de modo que él puede arrepentirse profundamente de corazón. No obstante, si su hijo se arrepiente de labios pero sigue pecando, tendrá que usar la vara de la disciplina para castigarlo aunque esto quebrante el corazón de él y el suyo. Usted debe hacer que su hijo amado se aparte de ello con este tipo de disciplina.
No obstante, no puede decirse que la disciplina sin amor sea misericordia. Digamos que un niño en el barrio robó algo de su casa. Si el niño se arrepiente de corazón, una persona bondadosa tendrá misericordia y lo perdonará. Sin embargo, los que son malos se pondrán furiosos por la pérdida, lo reprenderán, e incluso exigirán que sea severamente castigado. Aunque usted no lo castigue, si usted difunde el rumor y tiene prejuicios contra el niño, no mostrará misericordia y tampoco permitirá que el niño cambie.
Solo cuando usted disciplina a alguien con amor al considerar la situación y el futuro de la persona podemos decir que ha aplicado la misericordia de la disciplina. La Biblia nos explica en detalle el proceso de amonestar y disciplinar a un hermano que comete pecados (Mateo 18:15-17). Primeramente debe aconsejarle y darle la oportunidad de cambiar con amor, y no hablar del caso con cualquier persona. No obstante, si el hermano aún no lo quiere escuchar y si parece que solo escucharía a una autoridad superior del grupo al que pertenece, puede ir nuevamente donde él con esas personas para aconsejarle una vez más para que cambie. Si aun así no quiere escucharlos, debe reportarlo a la iglesia para poder salvar al hermano. Si él rehúsa escuchar a la iglesia, usted simplemente debe dejarlo como una persona mundana.
Usted puede seguir lo que la Biblia nos enseña, pero el asunto es que no debemos juzgar o condenar a los demás por los pecados cometidos. Sólo cuando disciplinamos por misericordia con amor podemos recibir misericordia de parte de Dios.


3. Misericordia en las obras de caridad

Si un hermano está sufriendo pobreza y no hace nada más que reconocer la situación como algo lamentable, usted no puede decir que hay misericordia. La clase de misericordia reconocida por Dios es en realidad darle lo que tiene a su hermano que está en necesidad. Santiago 2:15-16 nos dice: “Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?”
Algunos dicen que quieren ayudar pero no tienen nada para dar. Sin embargo, si su propio hijo tiene hambre ninguno simplemente se lo quedará mirando; usted le dará a su hijo lo que tiene en ese momento. De esta manera, debería hacer lo mismo por su hermano.
Sin embargo, no debemos ayudar de manera incondicional a aquellos que están sufriendo. No es correcto ayudar a aquellas personas que están pasando por dificultades por causa de sus pecados o aquellos que no trabajan porque son vagos. Si ayudamos a algunas personas a las que no debemos ayudar a los ojos de Dios, puede resultar en pérdida para nosotros. Además, también hay que ayudar a la gente en el mundo, así como hermanos en la fe, que es salvar a las almas.


4. Porque ellos alcanzarán misericordia

¿Qué tipo de bendiciones recibirán aquellos que dan misericordia a los demás de la manera correcta a los ojos de Dios? Si perdonamos y tenemos misericordia sobre aquellos que nos hacen pasar un momento difícil y nos producen daños, cuando estemos nosotros atravesando por dificultades o causemos daños a otros por error, Dios nos dará de Su misericordia y la oportunidad de ser perdonados. Si tenemos misericordia y ayudamos a aquellos que están en necesidad o en enfermedad, Dios nos dará riqueza y buena salud.
Si tenemos misericordia de los demás, Dios nos perdona de nuestra transgresión, cura nuestras debilidades, y hace que nuestras enfermedades sean sanadas. Esta es la bendición de Dios dada a aquellos que tienen misericordia por los demás.

Amados hermanos y hermanas en Cristo: ruego en el nombre del Señor que puedan cultivar la misericordia en su corazón, mostrar su misericordia en acciones, dar vida y consuelo a muchas personas y, sobre todas las cosas, recibir misericordia de parte de Dios quien está lleno de amor y misericordia, y disfrutar de una vida de bendición por la eternidad.


 

 

 
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