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Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia

Noticias Manmin   No. 157
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Enero 26, 2014


“Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros” (Mateo 5:10-12).


Pastor Principal Dr. Jaerock Lee




Nadie quiere tener que sufrir persecuciones. No obstante, Jesús dijo que ser perseguidos por causa de la justicia es una bendición verdadera y eterna. Si dejamos todo por el Señor, recibiremos la bendición de la vida eterna junto con la persecución. Entonces, ¿a qué se refiere con padecer persecución por causa de la justicia? ¿Cuál es la bendición que viene por ello? ¿Y por qué Jesús no dice que nos regocijemos cuando sufrimos persecución por causa de la justicia?


1. ¿Qué es ser perseguido por causa de la justicia?

¿A qué se refiere con padecer persecución por causa de la justicia? Es la persecución que sufrimos cuando vivimos mediante la Palabra de Dios siguiendo la verdad, la bondad y la luz. Por supuesto, no debemos enfrentar persecuciones si simplemente nos comprometemos y no llevamos un vida cristiana apropiada. Sin embargo, 2 Timoteo 3:12 dice: “Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución”. Si seguimos la Palabra de Dios puede ser que enfrentemos dificultades o persecuciones sin ninguna razón.
Entonces, ¿qué significa tener que ser perseguido por causa de la justicia? Este es el mismo principio del agua y el aceite que no se pueden mezclar. Dios es Luz, y aquellos que creen en el Señor y viven en el mundo espiritual pertenecen a la Luz. Sin embargo, este mundo pertenece al enemigo diablo y Satanás, el gobernante de las tinieblas, por ello el mundo aborrece a los hijos de Dios que pertenecen a la Luz (Efesios 6:12).
Por consiguiente, al igual que las tinieblas desaparecen donde hay luz, cuando aumenta el número de creyentes que son como la luz, el poder del gobierno del enemigo diablo y Satanás disminuirá.


2. Persecución como resultado de vivir la vida de un creyente

Cierto día el rey de Babilonia se hizo una estatua de oro e hizo que cada persona en el país se postrara ante ella. Los tres amigos de Daniel se rehusaron a hacerlo ya que, postrarse ante los ídolos, es un pecado que Dios aborrece. Así que ellos fueron arrojados al horno de fuego, pero Dios los protegió. Ni un solo cabello de sus cabezas se quemó. Al ver esto, el rey reconoció a Dios como la verdadera Deidad y le dio a Él la gloria.
De igual manera, el enemigo diablo y Satanás hace que las personas del mundo que pertenecen a las tinieblas persigan a los hijos de Dios y perturben sus vidas de creyentes. Sin embargo, si se regocijan con fe y dan gracias, Dios estará con ellos para que puedan alcanzar la victoria. Muchos profetas de la Biblia fueron perseguidos por causa de la justicia, pero en vez de comprometerse, agradaron a Dios, mostrando fe y se convirtieron en grandes personas en el Cielo.
Por otro lado, hay algunos creyentes que son perseguidos debido a su propia culpa o falta de sabiduría y no por el bien de la justicia. A veces sufren de insultos o se enfrentan a dificultades, ya que no logran ser fieles en todos los aspectos y mostrar generosidad virtuosa. Supongamos que una mujer que está casada no limpia su casa y no prepara la comida para su marido porque es perezosa, y utiliza la excusa de estar ocupada haciendo la obra de la iglesia. Entonces, ella bien podría recibir persecución como consecuencia de ello.
Algunas personas piensan erróneamente que son perseguidas porque trabajan fielmente para el reino de Dios, pero es porque no se han hecho cargo de su hogar. Lo mismo se aplica en sus lugares de trabajo. Si le ponemos la carga de nuestro trabajo a los demás trabajando a medias para poder ir a la iglesia, no podremos evitar la reprensión de los demás, o las reprimendas. Por consiguiente, debemos examinar si son nuestras propias faltas o errores las que causan que recibamos persecución.


3. Bendición de los que padecen persecución por causa de la justicia

1) Pueden recibir bendiciones eternas

Las persecuciones que uno tiene que padecer debido a sus propias faltas no pueden ser bendiciones o recompensas. Por otro lado, la persecución por causa de la justicia es una bendición y hay una recompensa en el Cielo por ello.
Cuando recibimos persecución por causa de la justicia, nuestra fe será más firme. Es porque podemos encontrar la falsedad de la cual no nos habíamos percatado anteriormente, y desecharla. Al hacer esto podremos asemejarnos al corazón del Señor para amar incluso a nuestros enemigos. Anteriormente, si alguien nos golpeaba en una mejilla nos enojábamos y devolvíamos el golpe. No obstante, a través de las persecuciones, llegamos a aprender acerca del amor y, de esta manera, ahora ponemos nuestra otra mejilla. Ahora tenemos esperanza por el Cielo y podemos dar gracias y tener gozo en cualquier tipo de situación.

2) Pueden entrar en una mejor morada celestial

Entonces, ¿cuál es la diferencia entre poseer el reino de los Cielos para aquellos que son pobres en el corazón y poseer el reino de los cielos para aquellos que padecen persecución por causa de la justicia? El primero, es todo el reino de los Cielos en un significado general, al cual las personas que son salvas pueden ir. El segundo, significa que iremos a una mejor morada en el Cielo en la medida que padezcamos persecución por actuar en justicia.
En el Cielo se encuentra el Paraíso, el Primer, Segundo y Tercer Reino de los Cielos y la Nueva Jerusalén. El más importante de todos ellos es la Nueva Jerusalén. Aquellos que son pobres en el corazón son las personas que han aceptado al Señor y han alcanzado los requisitos para ser capaces de entrar en el Cielo. Sin embargo, los que padecen persecución por la justicia ya han desechado la maldad y los pecados de sus corazones, y su fe aumenta. También han llegado a ser santificados por las persecuciones y las pruebas y han servido fielmente al Señor, para que puedan entrar en una mejor morada, el Tercer Reino de los Cielos o la Nueva Jerusalén, donde podrán ver a Dios el Padre.

3) Puede engrandecer el reino de Dios

Aunque hemos alcanzado la justicia por vivir por la Palabra de Dios, no todas las persecuciones desaparecerán. Todavía puede haber persecuciones que uno sufre por el Señor, es decir, las persecuciones que los obreros de Dios tienen que sufrir por Su reino. Jesús es perfecto y sin mancha, sin embargo, Él fue azotado, flagelado y crucificado para salvarnos. El Apóstol Pablo también fue fiel hasta la muerte por el reino de Dios, sin siquiera escatimar su propia vida.
No es que Jesús estaba sufriendo porque no tenía poder, sino porque sabía que la providencia de Dios se cumpliría en gran medida por medio de Sus sufrimientos, por esta razón Él los llevó con gozo. Ellos predicaron la voluntad de Dios con una pasión ardiente e hicieron lo que Dios les había pedido, de la misma manera lo hizo el apóstol Pablo.

4) Recibirán grandes recompensas en el Cielo

La razón por la cual nos podemos regocijar y estar alegres cuando padecemos persecución por causa del nombre del Señor, es porque la recompensa en el Cielo será grandiosa. Nos esperan todos los tipos de coronas, mansiones de oro decoradas con joyas y recompensas inimaginables y gloria.
Para aquellos que están alegres y dan gracias al sufrir persecuciones por el Señor sin ninguna razón, Dios cumple el deseo de sus corazones, les ofrece lo que necesitan y les muestra la evidencia de que Él está con ellos. En la medida que ellos superan los sufrimientos, su fe crece aún más.
Por consiguiente, podemos regocijarnos con el corazón y sentir gozo cuando somos perseguidos por el Señor, porque anhelamos las recompensas que Dios nos dará. En este caso hay algo especial. Si un hombre de Dios es perseguido por causa del Señor, se les dará bendiciones a las personas que estén con él (Lucas 22:28-30). Por lo tanto, si vemos que los hombres de Dios sufren persecuciones por el Señor, tenemos que de inmediato orar por ellos y unirse a los que sufren con corazón sincero.
Amado hermano y hermana, hemos profundizado en la octava bendición en las Bienaventuranzas. Es mi anhelo que usted pueda alcanzar el reino de Dios en mayor medida al ser capaz de recibir la persecución por la justicia. Oro en el nombre del Señor que al hacer esto, usted pueda vivir en la Nueva Jerusalén, la morada más hermosa en el Cielo.


 

 

 
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