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La sabiduría es mejor que el oro

Noticias Manmin   No. 158
5828
Febrero 09, 2014


“Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, y sus frutos más que el oro fino. Más preciosa es que las piedras preciosas; y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella” (Proverbios 3:14-15).


Pastor Principal Dr. Jaerock Lee




Las personas consideran cosas diferentes como preciosas. Algunos desean la fama, mientras que otros consideran el poder social o el conocimiento como cosas valiosas. Y otros consideran que la riqueza es más importante. Dios considera preciosa la sabiduría y dice que es mejor que el oro fino. Nada en este mundo puede traernos vida verdadera o paz. Sin embargo, el valor de la sabiduría aumentará enormemente dependiendo de cuánto hemos obtenido y cómo se la utiliza.

La sabiduría puede ser generalmente categorizada en dos tipos. Una es el tipo de sabiduría general que una persona puede obtener mediante la experiencia y el estudio, mientras que la otra es la sabiduría celestial dada por Dios desde lo alto. No importa qué tan sabia una persona pueda llegar a ser, la sabiduría general del hombre nunca puede alcanzar la sabiduría dada por Dios. Por ello, en 1 Corintios 1:25 leemos: “Porque la necedad de Dios es más sabia que los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que los hombres”.


1. El valor de la sabiduría dada por Dios

La sabiduría es la utilización de los conocimientos adquiridos. Incluso si usted tiene una comprensión de una situación y es capaz de ver de una manera clara para lograr algo, si le falta sabiduría, el entendimiento no puede realmente mostrar su valor completo. Un individuo puede obtener comprensión a través del proceso de aprendizaje, pero la sabiduría se puede adquirir solo cuando uno ha preparado el vaso del corazón para recibirla.

Aquellos a quienes Dios les ha dado sabiduría, saben cómo cambiar el corazón de las personas que los rodean. Ganan la cooperación por parte de las personas que necesitan y hacen que las cosas fluyan como el agua. No obstante, aquellos que no son sabios, causarán que las oposiciones se levanten incluso cuando estén haciendo buenas obras. Tendrán problemas con otras personas y estarán involucrados en situaciones difíciles.

Aquellos que son sabios recibirán amor y bendiciones con tan solo una palabra, mientras que aquellos que carecen de sabiduría perderán la oportunidad que tienen y se colocarán en dificultades con sus propias palabras. Al comparar la cantidad de nuestro esfuerzo y trabajo con el fruto producido, el fruto será relativamente menor si nos falta sabiduría. Sin embargo, aquellos que son sabios podrán agradar a Dios de diferentes maneras y así obtener mejores resultados.

Ellos agradan a Dios con sus oraciones y rara vez pierden la oportunidad de recibir la gracia de Dios. Además, ellos mismos crean sus propias oportunidades para recibir la gracia de Dios. Si tenemos la sabiduría dada por Dios, podemos tomar el atajo para recibir respuestas a nuestras oraciones, producir frutos y recibir bendiciones.


2. Salomón recibió bendiciones por medio de la sabiduría de Dios

No podemos hablar acerca de la sabiduría sin mencionar a Salomón. Él fue el sucesor de David al trono y quien ofreció mil holocaustos a Dios con su mayor esfuerzo. Un holocausto se realiza al quemar el sacrificio para ofrecer un aroma agradable a Dios. Era el método más común de sacrificio en el Antiguo Testamento, y en el sentido actual, se refiere a todo el servicio dominical incluyendo los servicios festivos como los de Pascua y el domingo de Acción de Gracias.

Salomón dio la ofrenda con todo su corazón de una manera tan sincera que Dios se le apareció en un sueño y le dijo: “Pídeme lo que quieras que yo te dé...” (2 Crónicas 1:7). Salomón no pidió fama o una vida llena de lujos; él solo pidió sabiduría y conocimiento mediante los cuales podía gobernar bien a su pueblo. Dios estaba contento con lo que pidió y también le dio honor y bendiciones materiales las cuales no había buscado (2 Crónicas 1:11-12).

La sabiduría que Salomón recibió de parte de Dios fue tan grande que la reina de Saba, al escuchar de ello, fue para aprender más al respecto. Ella llevó muchas ofrendas para él, y le dijo: “...es mayor tu sabiduría y bien, que la fama que yo había oído” (1 Reyes 10:7).

El juicio sabio de Salomón en 1 Reyes 3 es muy famoso. Cierto día dos mujeres trajeron a un bebé delante de Salomón. Ambas discutían que el bebé era suyo.

Ambas dieron a luz a un bebé en la misma época. Una de ellas mató a su bebé por accidente durante la noche y ella intercambió su bebé muerto con el bebé de la otra mujer. En la mañana, la otra mujer encontró al bebé muerto con ella. Finalmente estas mujeres fueron donde Salomón para resolver su problema. Salomón les dijo: “Denme una espada”. Entonces le trajeron una espada; luego el rey dijo: “Dividan al bebé; denle la una mitad a una mujer y la otra mitad a la otra mujer”.

Entonces la mujer cuyo hijo era el que estaba vivo, habló al rey, pues estaba profundamente conmovida por su hijo, pidiéndole a Salomón que le diera el bebé a la otra mujer para que él pudiera vivir. No obstante, la otra mujer estuvo feliz con el veredicto de dividir al bebé. Salomón dijo que la mujer que estaba suplicando por la vida del bebé era la verdadera madre y le dio el niño a ella. Él entendió el amor de la madre que amaba a su hijo más que a su propia vida.

Con sabiduría, una personas puede reivindicar a los inocentes, y los demás le respetarán por su buen juicio.


3. Abigail, la mujer sabia

Abigail, en 1 Samuel 25, cambió una situación que amenazaba la vida y recibió bendiciones por su sabiduría. Esto fue cuando David se encontraba huyendo del rey Saúl.

David junto a sus hombres estaban con hambre y sed y le pidieron a Nabal, un hombre rico del lugar, que les ayudara. Anteriormente David había protegido el castillo de Nabal. Sin embargo, él consideró a David una persona despreciable cuando David se humilló pidiendo la ayuda de Nabal. David se enfureció y se dirigió a la casa de Nabal con 400 de sus hombres para matarlo.

La noticia llegó a los oídos de la esposa de Nabal, Abigail. Ella se apresuró a preparar pan y vino y otros alimentos, los puso sobre un asno, y los envió para que llegaran donde se encontraba David. Lo que los hombres de David más necesitaban y habían pedido era comida, ya que habían estado huyendo. Por lo tanto, ella preparó comida en medio de esa terrible situación.

De esta historia podemos aprender acerca de la sabiduría de Abigail. Al encontrarse con David, Abigail cayó sobre su rostro delante de él, exaltándolo con su actitud humilde. Aunque lo que Nabal hizo fue digno de ser condenado a muerte, Abigail con sinceridad y veracidad pidió el perdón de David hacia su marido. Entonces, ella elogió los puntos favorables de David para aliviar su mente. Por otra parte, mencionó cuidadosamente el punto de que Dios no iba a estar feliz si David mataba a las personas que vivían en la casa de Nabal y derramaba sangre.

David le dijo a ella: “Bendito sea Jehová Dios de Israel, que te envió para que hoy me encontrases. Y bendito sea tu razonamiento, y bendita tú, que me has estorbado hoy de ir a derramar sangre, y a vengarme por mi propia mano” (1 Samuel 25:32-33). Su ira se desvaneció.

Luego de que Abigail reconfortara el corazón de David, Nabal estaba borracho teniendo una fiesta como si fuera un rey. Ella no dijo nada a su marido hasta la mañana siguiente, y esto también provino de su sabiduría. No sabía lo que el hombre borracho diría si ella hablaba de lo que había pasado ese día. Teniendo tal sabiduría, Abigail dio la noticia a su marido a la mañana siguiente, una vez que él estaba sobrio. Nabal sintió tanto miedo pensando que podía ser asesinado, que su corazón falló dentro de él y se volvió como una piedra, y después de diez días murió..

Abigail con su sabiduría escapó del peligro de que ella y toda su familia fueran asesinados. En este sentido, las cosas pueden marchar fácilmente y bien con nosotros o cosas triviales pueden convertirse en grandes problemas, dependiendo de si somos o no sabios. Al comprender esto, debemos anhelar la sabiduría dada por Dios que es más preciosa que el oro.

Amados hermanos y hermanas en Cristo: en Santiago 3:17 leemos: “Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía”. Ruego en el nombre del Señor, que puedan poseer la sabiduría de lo alto y disfrutar de la bendición de ser hijos de Dios.


 

 

 
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