La sabiduría de la pureza
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Febrero 23, 2014 |
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 “Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía” (Santiago 3:17).
Pastor Principal Dr. Jaerock Lee
En el mundo, podría parecer que los que utilizan la inteligencia astuta están viviendo una vida cómoda. Sin embargo, pueden tener muchos problemas en el interior como en el hogar, en sus negocios y lugares de trabajo y también pueden enfrentar crisis repentina que no puede ser resuelta.
A diferencia de estas personas, los que han alcanzado la santidad del corazón y recibido la sabiduría de la bondad, pueden disfrutar de una vida próspera en el amor y la bendición de Dios. Entonces, ¿qué es la sabiduría de la bondad dada por Dios?
1. Un atajo para recibir la sabiduría de Dios
¿Cuál es la diferencia entre el conocimiento y la sabiduría? Un bebé recién nacido no tiene ningún conocimiento dentro de él, es igual que una hoja de papel en blanco. A medida que crece, almacena lo que ve, oye y aprende a través de sus sentidos en su unidad de memoria. Esto se denomina ‘conocimiento’. La adquisición de los diferentes tipos de conocimiento y su utilización efectiva define la ‘sabiduría’.
De esta manera, la ‘sabiduría’ es la ‘habilidad o el resultado de la capacidad de pensar y actuar utilizando los conocimientos, la experiencia, el entendimiento, el sentido común, y la perspicacia’. En particular, la sabiduría dada por Dios es necesaria para ser exitoso en la vida, para salvar a las almas, cumplir con el reino de Dios y prácticamente en todos los aspectos de la vida. Ahora, ¿cómo podemos recibir la sabiduría de la bondad de parte de Dios?
Proverbios 9:10 dice: “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría...”, por consiguiente, para recibir la sabiduría de la bondad dada por Dios, sobre todo, debemos mantenernos alejados de los malos pensamientos por medio del temor reverente ante el Señor (Proverbios 16:6).
En Santiago 3:17 leemos: “Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía”. En este caso: “La sabiduría que es de lo alto” se refiere a la sabiduría de Dios. El atajo para recibir la sabiduría de Dios es despojarnos de toda forma de maldad mediante el temor de Dios y llegar a santificarnos.
2. La sabiduría de la bondad proveniente de un corazón puro
Tras darse cuenta de la mala intención de los demás hacia ellos, los que carecen de la bondad del corazón podría herir sus sentimientos y avergonzarlos. A pesar de que no hacen daño directamente a los sentimientos del otro, podrían responder con palabras sarcásticas.
Sin embargo, aquellos que tienen la sabiduría de la bondad, no miran con despreció ni hieren sus sentimientos, sin embargo, ayudan a otros a descubrir sus defectos. Todos los caminos de la sabiduría de Dios son los caminos que pertenecen a la bondad. En la medida que tenemos bondad en nuestro corazón, podemos comunicarnos con Dios de manera más profunda y recibir la sabiduría de la bondad de Dios. No obstante, si tenemos maldad en nuestro corazón, no podremos con facilidad practicar la sabiduría de la bondad que las demás personas nos dan. Por consiguiente, despojarnos de la maldad de nuestro corazón es la manera para recibir sabiduría y obtener beneficios por medio de dicha bondad.
Si somos sabios, podremos comprender este punto y orar de tal manera que toquemos el corazón de Dios. Por ejemplo: supongamos que usted es un líder de célula. Aunque usted lo intente, el avivamiento es lento, y algunos miembros de la célula se quejan de usted. Cuando usted ora acerca de esta situación, puede agradar a Dios mediante su oración en la medida que no tenga maldad en su corazón.
“¡Dios Padre, estoy agradecido por el tan solo hecho de ser salvo, y por encima de eso, Tú me has dado el preciado deber de ser un líder de célula! Quiero ser capaz de servir a los miembros del grupo de la célula como a mi propio cuerpo. Tenemos el amor y las lágrimas del Señor, y puedo dar el fruto con Su amor. Permíteme con gratitud aceptar el consejo de los miembros del grupo de la célula que me ofrecieron con su amor. Permítenos estar unidos y dar mayor fruto”.
Aquellos que no tienen maldad naturalmente evitarán expresiones que pueden afligir el corazón de Dios. Sin embargo, las buenas palabras u oraciones no simplemente surgirán porque intentamos hacerlo. Si tenemos maldad en nuestro corazón, esa maldad será contenida en nuestras palabras sin darnos cuenta. Así, de acuerdo a qué tipo de corazón tenemos en la oración, la respuesta puede llegar más rápido o más lento. Dios se agrada con las oraciones de bondad y da una pronta respuesta.
A veces, usted puede sufrir de malentendidos de los demás. Algunos dirán que usted hizo algo que en realidad nunca hizo o que dijo algo que jamás dijo. En este caso, en lugar de tratar de resolver lo que es correcto y lo incorrecto, es mucho mejor dejar que Dios se encargue de la situación. Mientras más escusas usted ponga, se levantarán más rumores acerca de usted mismo. Aunque usted pueda revelar su inocencia por medio de argumentos esto revelará las faltas de los demás, y podría dañar las relaciones.
2 Timoteo 2:23 nos dice: “Pero desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas”. Tal como se menciona, las especulaciones llevan a peleas y causan que la paz se quebrante. En este tipo de situación, si se queda callado y acepta a los demás, cuando se enteran de esto, sus corazones se conmoverán y desarrollarán una profunda confianza en usted.
Así que, cuando algunas dificultades inesperadas se interpongan en su camino, no solo se centre en la dificultad, sino piense en lo que debería darse cuenta como resultado de ello. Si ora por ello con la ayuda del Espíritu Santo, es posible que se convierta en una oportunidad de bendición.
Proverbios 3:6 dice: “Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”. Si no intenta demostrar su inocencia o dar excusas, sino que en silencio realiza la voluntad de Dios, podrá darse cuenta de cosas acerca de usted mismo. Se dará cuenta de lo que le falta, lo cual le impide que sea protegido. Incluso aunque sea acusado falsamente, no le importará. Debido a que Dios le está mirando, Él pagará la pérdida, y solo se convertirá en bendiciones espirituales y materiales. Esta es la sabiduría de la bondad.
No importa lo mucho que aprendamos este tipo de sabiduría, no podremos hacerla nuestra si tenemos maldad en nuestros corazones. Si nuestro orgullo es herido y nos enojamos al respecto y nos quejamos y si renegamos de algo, entonces fracasamos durante la prueba. Solo cuando nos despojamos de este tipo de maldad y nos santificamos podemos producir el fruto de la sabiduría.
3. La sabiduría sin bondad no tiene sentido
Absalón fue el tercer hijo de David. Él era muy apuesto en apariencia y poseía una excelente sabiduría. Su problema era que utilizaba su sabiduría de una mala manera porque tenía maldad en su vida.
Absalón hizo que sus hombres mataran a su medio hermano Amnón porque había violado a su hermana, y con rencor en contra de David, comenzó a planear una rebelión. Entrenó a los soldados y a la guardia y, durante mucho tiempo, trabajó para ganar los corazones de la gente. Hizo que pareciera que David no amaba a la gente y continuó robando el cariño del pueblo.
Incluso Absalón hizo que el consejero de David, Ahitofel, tomara su puesto. Parecía que las cosas marchaban muy bien, tal como estaba previsto, pero la rebelión de Absalón terminó en fracaso. ¿Por qué? Dios hizo que la sabiduría de Absalón fracasara. Ahitofel le dio a Absalón el camino para una victoria segura, pero él no lo quiso aceptar. Al contrario, prefirió escuchar el consejo de Husai, que de hecho le estaba dando un consejo que sería de beneficio para David. Absalón era muy inteligente, sin embargo, una vez que Dios hizo que su juicio fuera débil, en un instante eligió el camino de la destrucción.
Este tipo de sabiduría sin santidad es inútil. Si no tenemos a Dios, no podemos entenderlo, incluso cuando escuchamos palabras sabias. No obstante, si recibimos la sabiduría de la bondad en un corazón santificado podemos discernir entre lo que debemos decir y no debemos decir, y lo que debemos hacer y lo que no debemos hacer. De esta manera, nuestras palabras y acciones serán garantizadas por Dios, y podremos dar el fruto de las bendiciones y las respuestas de Dios en abundancia.
Amados hermanos y hermanas en Cristo: si podemos dar gozo y felicidad incluso a aquellos que nos causan desgracia, Dios nos bendecirá donde quiera que vayamos. Por lo tanto, ruego en el nombre del Señor que ustedes puedan cultivar el buen corazón que es reconocido por Dios, y hacer que sus familias, lugares de trabajo y sus negocios sean lugares felices con la sabiduría dada a través de sus buenos corazones.
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