El justo por la fe vivirá
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Agosto 17, 2014 |
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“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá” (Romanos 1:17).
Pastor Principal Dr. Jaerock Lee
En general, alguien que ayuda a los desatendidos como los huérfanos y las viudas se considera como alguien justo. Además, alguien que mantiene la apariencia externa de ser amable, adherirse al orden público, soporta todas las situaciones sin ser ofendido o perder los estribos, por lo general se le llama ‘uno para quien la ley es innecesaria’.
Sin embargo, los justos a los ojos de Dios son diferentes a los justos a los ojos de la gente del mundo. Es debido a que Dios examina nuestro corazón, no nuestra apariencia externa, y algunas personas poseen corazones que son diferentes a sus apariencias externas. Entonces, ¿qué tipo de personas podemos reconocer como hombres justos delante de Dios?
1. El justo que es reconocido por Dios
La Biblia nos dice que aquellos que caminan en los caminos de Dios (Oseas 14:9) o caminan irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor, son justos (Lucas 1:6). No obstante, en Romanos 3:10 dice: “Como está escrito: No hay justo, ni aun uno”, las personas heredan la naturaleza pecaminosa de sus padres al nacer. No importa cuánto se esfuercen por vivir con rectitud, todas las personas tienen este pecado original y también cometen pecados a medida que crecen. Por consiguiente, nadie puede decir que es justo.
Jesús, quien existió en forma de Dios, vino a la Tierra en carne para redimirnos de nuestros pecados. Él tomó la cruz de nuestros pecados, derramó Su sangre, murió y resucitó. Cuando creemos que Jesús es nuestro Salvador, todos podemos recibir el perdón de los pecados y ser tomados en cuenta para estar entre los justos. Nosotros recibimos el Espíritu Santo como un don, por medio del cual podemos entender lo que es el pecado, la justicia y el juicio. Podemos además despojarnos de los pecados y actuar en la justicia, y en esa medida, podemos llegar a ser justos y obtener el reconocimiento de Él.
Por lo tanto, es muy importante que los cristianos desechen los pecados y la maldad y que alcancen la justicia del corazón. En el tiempo del Antiguo Testamento, antes de que Jesús viniera a la Tierra, las personas no podían despojarse de la naturaleza pecaminosa de sus corazones. Con tal de que no cometieran pecados con sus acciones, no se consideraban pecadores. No obstante, la salvación por medio de las acciones no es perfecta, por ello Dios envió al Espíritu Santo a aquellos que aceptan a Jesús como el Salvador como un don en el tiempo del Nuevo Testamento.
Si nosotros clamamos en oración e intentamos alejarnos del pecado al punto de derramar sangre, se nos dará la gracia de Dios, la fortaleza y la ayuda del Espíritu Santo; y podremos despojarnos de toda forma de maldad por completo. Cuando nos despojamos de toda forma de maldad y nos santificamos, podremos ser justos y obtener amor y reconocimiento de parte de Dios, recibir respuesta a todo lo que pidamos y disfrutar de la autoridad y las bendiciones de los hijos de Dios.
2. Hasta que lleguemos a ser justos, dignos de recibir las bendiciones de Dios
Tal como Romanos 6:23 dice: “Porque la paga del pecado es muerte...”, los pecadores pertenecen a Satanás y no tienen más remedio que ir por el camino de la destrucción. No obstante, si ellos se apartan de sus pecados, alcanzarán la salvación y no la muerte. Además, si llegan a ser justos y son reconocidos por Dios, las enfermedades no tendrán nada que ver con ellos ya que Satanás no puede ni siquiera tocarlos. Ellos prosperan en todos los aspectos y permanecen con buena salud mientras que sus almas prosperan.
Para poder ser justos, debemos prestar atención a la Palabra de Dios y guardar todos los mandamientos que nos dicen ‘qué hacer’, ‘qué no hacer’, ‘qué desechar’, y ‘qué guardar’. Además debemos atravesar por persecuciones y pruebas hasta que podamos ser lo suficientemente justos para recibir las bendiciones de Dios, así como los atletas deben someterse a entrenamientos intensivos para obtener la medalla de oro en los Juegos Olímpicos.
La Biblia muestra que Dios permite que Sus hijos amados atraviesen por persecuciones y pruebas que puedan soportar y, al hacer esto, Él hace que sus almas prosperen. Dios mismo guio a Abraham, el padre de la fe, y lo probó. Él hizo que salga de su país, de sus parientes y de la casa de su padre sin saber a dónde iba. Hasta que se hizo perfecto y justo, y reconocido, Dios lo refinó como está escrito en Génesis 17:1, que dice: “...anda delante de mí y sé perfecto”. Al final, Abraham pasó la prueba de ofrecer a su único hijo, Isaac, en holocaustos y luego recibió bendiciones en todos los aspectos y disfrutó de la prosperidad.
Dios permite que atravesemos pruebas para nuestro crecimiento espiritual, y nos lleva al camino de la bendición. Es decir, Él nos lleva a la justicia. Luego de pasar las pruebas permitidas por Dios, Él nos da bendiciones y nos lleva a poseer mayor fe. Podemos entender el corazón de Dios a través de ello y llegar a ser personas perfectas que alcanzan el corazón del Señor.
3. Para ser justos, debemos tener fe espiritual
En Romanos 1:17 leemos: “Mas el justo por la fe vivirá”. En este caso, ‘fe’ se refiere a la fe espiritual la cual es fe viva. Con la fe espiritual podemos creer en la creación de las cosas de la nada. Podemos creer de esta manera, cuando derribamos nuestros pensamientos carnales y no utilizamos nuestros propios pensamientos o conocimientos al escucha la Palabra de Dios. Con la fe espiritual, podemos obedecer lo que aparentemente no podemos obedecer y podemos creer en la creación de las cosas de la nada. Y podemos recibir la salvación.
Entonces, ¿qué podemos hacer para poseer esta fe espiritual? Primero, debemos escuchar la Palabra de Dios de manera ferviente. En Romanos 10:17 leemos: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”. Para recibir fe espiritual, debemos primeramente escuchar la Palabra de Dios. Sin escuchar la Palabra de Dios no podemos conocer la verdad ni tampoco obtener fe. Deberíamos ir a la iglesia con seriedad, escuchar los mensajes predicados en los servicios de adoración, escuchar testimonios, enseñanzas del sermón en los numerosos encuentros, y reuniones que permitan que tengamos y que aumenten nuestra fe.
Incluso si poseemos este tipo de conocimiento y fe como conocimiento, no significa que hemos desechado los pecados y que vivimos perfectamente por la Palabra de Dios. Debemos orar diligentemente y despojarnos de los pecados y de las cosas falsas mediante la ayuda del Espíritu Santo y actuar en la Palabra. Solo de esta manera podemos poseer fe espiritual. Es así como leemos en Santiago 2:22, que dice: “¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?”
4. Cómo vivir como personas justas que agradan a Dios
Abraham obedeció lo que Dios le dijo que hiciera sin poner sus propios pensamientos. Obedeció con fe espiritual y caminó con fe en todo tipo de situaciones. Piense por un momento cómo Moisés condujo a los israelitas a cruzar el Mar Rojo que estaba bloqueando su salida de Egipto delante de ellos, o cómo Josué, el sucesor de Moisés, les llevó a cruzar el río Jordán que desbordaba y destruyó la ciudad de Jericó. Esto fue porque tenían fe espiritual con la que podían obedecer el mandato de Dios, y Él estaba contento con ellos y los bendijo con respuestas.
Es posible que nos enfrentemos a problemas como el Mar Rojo que nos bloquea, una ciudad de Jericó o un río Jordán desbordante en frente de nosotros. Cuando nos enfrentamos a tales problemas, si vivimos en la verdad, entonces ‘vivimos por la fe’. Supongamos que alguien le golpea. Con la fe carnal es posible que usted le devuelva el golpe y lo odie. Sin embrago, con la fe espiritual, usted no lo golpea sino que lo perdona, lo comprende y lo ama. Cuando revela las acciones de la verdad con la fe espiritual, Satanás se irá y los problemas se resolverán.
Las personas que viven mediante la fe guardan los mandamientos de Dios y actúan con la verdad con amor por Dios. Si amamos a Dios, no nos será difícil guardar Sus mandamientos. ¿Cómo pueden las personas que aman a Dios desobedecer Su Palabra, ya que amar a Dios es guardar Sus mandamientos?
Amados hermanos y hermanas en Cristo: incluso si el Mar Rojo está delante de ustedes y la ciudad de Jericó justo por delante, no tienen que preocuparse. Si toman el camino de la justicia, Dios los liberará de su dolor y solucionará todas sus dificultades. Por consiguiente, les insto a que sean justos y que agraden a Dios. Ruego en el nombre de nuestro Señor, que al hacer esto, puedan llevar vidas bendecidas, no solo en la Tierra, sino también en la vida eterna en el Cielo.
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