La esperanza por el Cielo
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Septiembre 14, 2014 |
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 “Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (Colosenses 3:2).
Pastor Principal Dr. Jaerock Lee
Hay muchas personas de excelencia en este mundo. Cantan con voces angelicales, y tocan instrumentos musicales con el talento de los genios. Acumulan vastos conocimientos durante toda su vida y se mantienen al tanto de lo último en tecnología.
No obstante, sin importar cuán grandes sean los talentos y logros de las personas en la Tierra, todo dejará de existir después de sus vidas en este mundo. Los excelentes talentos y los vastos conocimientos y habilidades se volverán inútiles para ellos.
Sin embargo, cada tarea que usted cumpla para el Señor será recompensada en su totalidad como galardones celestiales. De acuerdo con la medida que usted vive por la Palabra de Dios, cumple con sus deberes y alcanza el corazón del Señor en este mundo, se le dará su morada eterna y recompensas en el Cielo.
Con la fe, no debemos seguir nada perecedero e inútil en la Tierra. Sin embargo, en su lugar vamos a buscar solo las cosas de arriba y marchar hacia la Nueva Jerusalén con esperanza. Por lo tanto, examinamos qué tipo de vida viven las personas con esperanza por el Cielo.
1. No viven una vida de falsedad
No todos los que parecen llevar una vida entusiasta en la fe en realidad tienen esperanza por el Cielo. Existen personas que engañan y mienten a Dios, al Señor y al Espíritu Santo, e incluso a sí mismos. Por supuesto, nadie puede engañar al Dios Todopoderoso. En este caso, ‘engañar’, significa que no renuevan su corazón sino que pretenden estar practicando la voluntad de Dios con hipocresía.
No obstante, en la mayoría de estos casos no están solo cubriendo las cosas muy bien para sí mismos, sino que también se engañan a sí mismos. No circuncidan su corazón, sino que simplemente pretenden vivir según la Palabra de Dios, amar y tener temor de Dios, y tener gran fe y fidelidad. Tenemos que comprobar si evitamos las cosas de este mundo porque realmente tenemos esperanza en el Cielo, o porque queremos ganar el reconocimiento de los demás.
Los fariseos en el tiempo de Jesús no circuncidaron su corazón y solo superficialmente guardaron la ley delante de los demás, sin saber la voluntad de Dios. Ellos creían totalmente que sus obras en sí constituían su fe en Dios. No obstante, Dios quien examina los corazones, no desea las acciones exteriores que se revelan ante los hombres; Él quiere que la justicia sea cultivada en nuestros corazones.
Si nosotros realmente amamos a Dios con esperanza por el Cielo, produciremos frutos verdaderos. Amaremos a nuestros hermanos y constantemente tendremos consideración por los demás. No sentiremos envidia o celos, sino que nos regocijaremos cuando los demás estén haciendo lo correcto. Incluso cuando las faltas de los demás sean reveladas, intentaremos cubrirlas por ellos. Tratamos de tener consideración desde el punto de vista y corazón de las demás personas.
No nos irritamos solo porque las cosas no salen como queremos, ni juzgamos o condenamos a los demás. Siempre consideraremos su posición y corazón. Produciremos los frutos de amar a nuestros hermanos como a nosotros mismos (1 Juan 4:20).
Además asistimos a los servicios de adoración y oración porque nos sentimos felices cuando nos comunicamos con Dios.
Cambiaremos nuestro corazón y produciremos el fruto de la justicia a través de los tiempos. No vamos a trabajar solo para ser reconocidos por los demás, o solo por cumplir lo que se nos ha encargado, sino que vamos a cumplir con nuestros deberes con todo nuestro corazón.
Le insto a comprobar si usted tiene el deseo de hacer alarde de sí mismo ante los demás y actuar con engaño ante otras personas, o no.
2. Mejorarán a sí mismos teniendo en cuenta su deber precioso
Debido a que usted ha estado haciendo su deber durante mucho tiempo, es posible que se haya acostumbrado a hacerlo.
Algunos llegan a hacerlo por un asunto de hábito por diez o veinte años, sin hacer ninguna mejora o simplemente hacen el mismo trabajo durante muchos años. Entonces, puede decir que posee esperanza por el Cielo. No debe estar a gusto ya que está haciendo bien su trabajo, sino que debe tener constante mejoría recibiendo sabiduría a través de la oración.
Si nos acostumbramos a un determinado trabajo, podemos cumplir con más tareas en la medida de nuestro tiempo y según nuestras capacidades lo permitan. Debemos dedicar nuestras vidas continuamente pensando acerca de lo que podemos hacer por el reino de Dios. También tenemos que mejorar nuestras habilidades incluso para alcanzar a los expertos en el mundo.
Conocemos que las personas exitosas en el mundo alcanzan sus sueños con esfuerzo y pasión que los demás no pueden imaginar. Examinemos qué tipo de esfuerzo y pasión hemos invertido mientras trabajamos por el reino de Dios. El reino de Dios crece por medio de nuestro ministerio, y nuestra fidelidad será almacenada como gloria y recompensa celestial. Entonces, es obvio que debemos esforzarnos aún más que la gente del mundo para mejorar nosotros mismos. Por supuesto, no significa que nuestras destreza físicas sean tan importantes para descuidar nuestro desarrollo espiritual.
Aunque recibimos la mejor educación y talentos, aquellos que cometen pecado no tienen nada que ver con Dios. Aquellas personas que no oran y los que quebrantan la paz no pueden ser utilizados para el reino de Dios. Sin embargo, si realmente tenemos esperanza por el Cielo viviremos en la Palabra de Dios y desarrollaremos nuestras destrezas físicas bajo la guía del Espíritu Santo. Debemos tratar de convertirnos en trabajadores más hábiles al recibir sabiduría y entendimiento de lo alto.
3. Anhelan cosas espirituales
¡Cuán felices y alegres estábamos al comenzar a experimentar el reino espiritual cuando llegamos a la iglesia por primera vez! Estábamos llenos de gratitud por poder experimentar el poder de Dios. Estábamos llenos de gozo porque podíamos escuchar el Evangelio de la Santidad.
Aquellos con esperanza por el Cielo claman en oración en el santuario cada vez que tienen tiempo, y escuchan los sermones por muchas horas. Cuando reciben una responsabilidad menor, se sienten agradecidos de corazón. Se reúnen en la iglesia incluso después del trabajo y oran delante de Dios tanto como sea posible. Se sienten felices de poder hacer la obra de Dios porque se sienten llenos de esperanza por el Cielo.
No obstante, ¿qué sucede si pierden el primer amor y su celo, y su gratitud espiritual por el Señor se enfría? Podrían tratar de hacer el menor trabajo posible y evitar hacer el trabajo difícil que requiere mucho tiempo y esfuerzo. Es posible que eviten las responsabilidades o algo engorroso en un esfuerzo por tener tanto tiempo personal como puedan. Esto demuestra que no lo hacen siempre para las recompensas celestiales y las cosas espirituales.
Incluso entre los miembros laicos de la iglesia, hay muchas personas que trabajan para el reino de Dios, a pesar de que gastan su propio dinero y tiempo. Si usted recibe una responsabilidad en la iglesia, ¿cuánto tiempo y esfuerzo debería invertir para llevarlo a cabo? Además, para poder cumplir con las responsabilidades en el reino de Dios debe anhelar las cosas espirituales y entender la voluntad de Dios al entender la voluntad del pastor, quien conoce la voluntad de Dios. Al hacer esto, debe cumplir con su deber y recibir así la visión del futuro.
Amados hermanos y hermanas en Cristo: en Colosenses 3:1-2 leemos: “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra”. Ustedes se convierten en hijos de Dios al aceptar a Jesucristo. Ahora, ustedes deben poner sus mentes solo en las cosas de arriba.
Les insto a llevar una vida en la fe sin ningún tipo de falsedad, mejorar sus habilidades y conocimientos, y tener anhelo por las cosas espirituales. Ruego en el nombre de nuestro Señor, que al hacer esto puedan extender el reino de Dios y luego disfrutar de las alabanzas y gloria en el Cielo.
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