Pastor Principal Dr. Jaerock Lee
“Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Génesis 12:3).
Dios dijo que Abraham sería la fuente de la bendición, y además fue llamado amigo de Dios. Él fue una persona muy amada y bendecida por Dios. Todo aquel que sigue los pasos de su fe puede disfrutar de grandes bendiciones como las de Abraham. Su alma prosperará, le irá bien en todo y podrá gozar de buena salud.
Examinemos por qué Dios escogió a Abraham para que se convirtiera en el padre de la fe, y por qué le permitió recibir Su gran amor y bendiciones asombrosas.
1. Dios reconoció su fe como justicia y lo bendijo
Dios creó los Cielos y la Tierra y todas las cosas en ellos e hizo a Adán, el primer hombre. Desde ese instante, Él ha estado cultivando a los seres humanos en Su providencia. Después de la caída de Adán, Dios escogió a las personas apropiadas en cada área y dirigió los eventos de la historia de la humanidad.
Uno de ellos fue Abraham, conocido como el padre de la fe. Estas personas que fueron usadas de manera importante por Dios, como Abraham, eran las que habían sido particularmente atentas y tenían un tipo especial de corazón hacia Dios, incluso antes de que fueran elegidas. Abraham (en ese entonces, Abram) también poseía una fe distintiva especial como leemos en Génesis 15:6: “Y creyó (Abram) a Jehová, y le fue contado por justicia”. Es por esto que Dios lo escogió y le dio visión.
Cuando Dios hablaba, Abraham obedecía inmediatamente y nunca dudó de la palabra de Dios, incluso cuando la situación parecía ir mal.
En Génesis 12 se ilustra un excelente ejemplo. Dios le dice a Abraham: “Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré” (v. 1). Él obedeció tal como se le dijo sin dar lugar a un segundo pensamiento. No hubo ningún retraso, al igual que ninguna excusa. De hecho, la mayoría de personas hallaría difícil salir de su hogar, familia y parientes, y partir hacia un lugar extraño, sin saber cuál sería su destino. No obstante, Abram simplemente fue obediente.
Conociendo el carácter de su vaso, Dios le prometió que lo haría una gran nación y que sería de bendición (Génesis 12:2; 15:4-5).
2. Dios los hizo una vasija apropiada para la bendición a través de las pruebas
Luego de inspirarle a soñar con respecto a la promesa, Dios entonces le permitió que pasara por las pruebas. Así como los atletas tienen que someterse con paciencia a la formación para ser escogidos para formar parte de la selección nacional, Abram ahora tendría que calificar para la bendición prometida y salir victorioso en las pruebas.
En el transcurso de las pruebas, Abram solo dijo ‘sí’. Él creyó en las promesas de bendición de Dios y pacientemente esperó sin quejarse ni regañar. Entonces nuevamente Dios le dio una asombrosa palabra de bendición: “He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes” (Génesis 17:4-5).
Dios ofrece una vía de escape o superación de las pruebas, y causa que todas las cosas obren juntas para bien. Un ejemplo de esto se muestra en Génesis 12. Mientras Abram se dirigía hacia Egipto, pensó que quizás sería asesinado por los egipcios debido a que su esposa Sarai era una mujer muy hermosa. En vez de confiar en Dios,
utilizó sus pensamientos carnales y dijo que ella era su hermana y, al final, fue llevada para estar en la casa del Faraón. Por causa de Sarai, Dios hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas. De manera inmediata, el Faraón la envió nuevamente con Abram. Como resultado de este incidente, Abram obtuvo mucho entendimiento y llegó a tener la fe necesaria para encomendar todo delante de Dios.
A pesar de que Abram estaba atravesando una gran dificultad, no sufrió ninguna pérdida, al contrario, obtuvo un aumento substancial de sus posesiones. Ningún rey podía menospreciarlo y las bendiciones llegaron a su vida dondequiera que se encontraba, tal como Dios lo prometió en Génesis 12:3.
Para este tipo de hombre obediente, Dios ofrece la vía de escape durante las pruebas y Él está con aquel. A pesar de que la realidad parezca ser dura y aunque parezca que esté en constante problema, al final terminarán recibiendo bendiciones. Abram fue quien disfrutó de bendiciones incluso en las pruebas al obedecer a Dios y mostrar fe en Él.
En aquellos días las personas en Canaán sufrían escases de agua. Sin embargo, Abram obtuvo abundante agua dondequiera que estaba, y era muy rico en ganado, plata y oro. En cierta ocasión incluso llevó a los 318 hombres entrenados que habían nacido en su casa cuando salió para rescatar a su sobrino Lot, quien había sido llevado en cautiverio.
Debido a que Abram obedeció a Dios, también su pueblo y su tierra pudieron ambos recibir bendiciones. Fue honrado por los reyes alrededor de su territorio y disfrutó de todo tipo de bendiciones en la Tierra: riquezas, fama, poder, salud e hijos.
3. El carácter del vaso era digno de la bendición de Dios
Abram recibió bendiciones asombrosas de parte de Dios ya que poseía una gran ‘calidad de vaso’. En la rutina de su vida diaria, produjo el fruto del amor espiritual como en 1 Corintios 13 y pudo producir los nueve frutos del Espíritu Santo mencionados en Gálatas 5.
Por ejemplo, él hizo todas las cosas con bondad y amor. No odiaba ni albergaba ninguna enemistad con nadie. No buscaba encontrar faltas en las demás personas. Simplemente servía a todos. Él no se sintió triste o enfadado ante ningún tipo de dificultad ya que el gozo nació en su vida. Abram siempre se regocijaba porque confiaba completamente en Dios.
Él mantuvo la paz con todas las personas; buscó que existiera la paz entre su esposa Sarai y Agar. Esto también llegó a ser así entre todas las personas, desde sus principales hasta las subordinadas a su alrededor. No trató con las cosas que acontecen en la vida de manera emocional o parcial, sino que trató de mantener una actitud paciente y de escuchar la voz de Dios.
Abram también fue un hombre muy amable. Tanto él como su sobrino, Lot, llegaron a ser muy ricos al punto de que la tierra ya no podía sustentarlos, lo que provocó que se separaran. A pesar de que él era mayor, permitió que su sobrino escogiera la mejor tierra diciéndole: “Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda”. La mayoría de personas creen que los superiores o las personas mayores deben elegir una cosa mejor primero, pero Abram dio el derecho de elegir a su sobrino con amabilidad.
Él también alcanzó la bondad. Como Lot se encontraba en peligro debido a la pronta destrucción de Sodoma, Abram intercedió por las personas (Génesis 18:22-32). Sucedió después de que Abram fue bendecido para recibir el nombre de “Abraham” por parte de Dios. Abraham oró fervientemente y recibió la promesa de que Dios no destruiría a Sodoma y a Gomorra si es que hubiera tan solo diez personas justas. No obstante, la ciudad cayó porque no hubo ni siquiera diez personas justas. Dios se acordó de Abraham y sacó a Lot en medio del colapso.
Abraham fue lo suficientemente obediente a Dios y entregó en holocausto a su único hijo, quien le había nacido a la edad de cien años. Él fue fiel en todos los aspectos, incluso al educar bien a su hijo y teniendo una buena relación con los sirvientes y su prójimo. Él fue pacífico y amable sin tener problemas con nadie y disfrutó ayudar y servir a los demás. Poseía dominio propio, por esta razón no actuó de manera imprudente ni fue más allá de cierto límite.
Amados hermanos y hermanas en Cristo: no es difícil recibir este tipo de bendiciones de las que Abraham pudo disfrutar. Las cosas son mucho más propensas a salir mal si ustedes utilizan sus propios pensamientos. Sin embargo, si ponen todas las cosas en las manos de Dios, piden y obedecen, Él tomará la responsabilidad de dirigirlos hacia las bendiciones, así como lo hizo para Abraham. Ruego en el nombre del Señor, que puedan seguir el ejemplo de Abraham y disfrutar grandes bendiciones.
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