«La justicia en recibir respuestas»
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Octubre 11, 2015 |
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 «… y hazme un guisado como a mí me gusta, y tráemelo, y comeré, para que yo te bendiga antes que muera» (Génesis 27:4).
Pastor Principal Dr. Jaerock Lee
Tal como se muestra en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, Dios ha proclamado Su voluntad por medio de Su pueblo, tales como los profetas y los apóstoles. Sus palabras en ocasiones eran para los individuos, y a veces para los países o naciones. Sin importar nada, una vez proclamadas, Sus palabras fueron todas cumplidas. Esto es porque fueron proclamadas en el nombre de Dios (Isaías 55:11).
Sin embargo, las respuestas y bendiciones de Dios no son dadas simplemente a cualquiera o de manera incondicional. Dios Puede darnos bendiciones solo cuando está en acuerdo con la justicia. Entonces, para recibir Sus respuestas y bendiciones, ¿qué debemos hacer de acuerdo a la justicia? Encontremos la respuesta de esto en un evento bíblico en el libro de Génesis.
1. Usted debe creer sin dudar en el poder de las palabras de bendición que han sido proclamadas
En Génesis 27, vemos que Jacob engañó a su padre Isaac para recibir bendiciones. En ese entonces, Isaac era muy anciano para poder ver con claridad y reconocer el rostro de las personas.
Él le pidió a su hijo amado Esaú que fuera a cazar y le trajera algo delicioso para comer. Esto lo hizo para darle toda la bendición a Esaú, el hijo primogénito, antes de morir. Sin embargo, la esposa de Isaac, Rebeca, amaba más a Jacob y ella quiso que fuera él quien recibiera la bendición. Ella hizo que Jacob trajera una cabra del rebaño, cocinó un plato sabroso y le dio a Jacob para que se lo llevara a su padre Isaac. Ella luego hizo que Jacob se pareciera a Esaú, quien era hombre velludo. Eventualmente, Isaac confundió a Jacob con Esaú y lo bendijo (Génesis 27:27-29).
Luego de que Jacob recibiera todas las bendiciones, Esaú se acercó a Isaac con un plato delicioso. Solo entonces se dio cuenta que Isaac bendijo a Jacob y tembló violentamente. Eso fue debido a que él conocía muy bien que no podía anular o cancelar la bendición que había proclamado en el nombre de Dios el SEÑOR.
Esaú clamó con un grito muy amargo, pero Isaac no podía hacer nada. Por ello, en Génesis 27:37 él dijo: «He aquí yo le he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus hermanos; de trigo y de vino le he provisto; ¿qué, pues, te haré a ti ahora, hijo mío?» Después de todo, la bendición del hijo primogénito había sido dada a Jacob. Este se convirtió en un hombre rico, y su pueblo Israel se convirtió en un pueblo que fue establecido sobre las demás personas.
Posiblemente ahora usted tiene preguntas. ¿Cómo es posible que Jacob recibiera la bendición a pesar de que él engañó a Isaac? Jacob creía en el poder en la oración de bendición, y la recibió con un corazón ferviente. Después de eso, el hecho de pasar por muchas pruebas hizo que su vaso fuera capaz de recibir la bendición.
Por el contrario, el corazón de Esaú era diferente al de Jacob. Él vendió su primogenitura por un plato de guiso de lentejas. Además de ello, había tomado a mujeres gentiles como esposas. Él jamás mostró anhelo en su corazón o algún acto de fe.
A pesar de que el método no fue el mejor, Jacob merecía recibir la bendición del hijo primogénito. Por supuesto que hasta que lo hizo, se dieron pruebas. Él sufrió en gran manera mientras trabajaba como obrero para su tío. Luego, cuando regresó a su pueblo natal, tuvo que lidiar con el momento terrible en el que su hermano Esaú trató de matarlo. En cada paso que tomó, Jacob mostró fe. Se sobrepuso a un hombre de Dios después de luchar contra él toda la noche, y recibió un nuevo nombre: «Israel».
La bendición que un hombre ora a Dios nunca desaparece sin lograr nada. Por supuesto, el hombre que está orando debe ser un hombre que está garantizado por Dios. Deuteronomio 18:22 dice: «Si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él». Por el contrario, si las cosas que se dicen se producen o se hacen realidad, entonces significa que el profeta efectivamente entregó la Palabra de Dios.
Debemos creer en la Palabra de Dios que se cumplirá y que las oraciones de bendiciones serán respondidas, hasta el final sin cambiar. Esta es la regla de justicia que deben recordar para recibir la respuesta.
2. Usted tiene que ofrecer el «plato delicioso» que le agrada a Dios
Un plato «delicioso» es comida que posee un sabor especial. Para poder recibir respuestas y bendiciones, y especialmente para recibirlas con rapidez, ustedes tienen que darle a Dios ese plato «delicioso». Las bendiciones vienen de manera inmediata para algunas personas, mientras que vienen para otros con más lentitud. Esta diferencia se da si proveen platos deliciosos para Dios o no.
Génesis 27:4 dice: «… y hazme un guisado como a mí me gusta, y tráemelo, y comeré, para que yo te bendiga antes que muera». A Isaac le encantaba la comida cocinada con lo que Esaú cazaba. Es por ello que amaba más a Esaú que a Jacob. Dado que Isaac amaba a Esaú, él quería bendecir a Esaú. Sin embargo, Isaac sabía que la oración de bendición no vendría sobre él de manera incondicional. Es decir, él sabía que tenía una «obra de siembra» con fe en que la bendición en realidad vendría. Por esta razón Esaú trajo un plato delicioso que complacería su mente.
Lo mismo se aplica cuando ustedes le piden recibir algo a Dios. Debe haber una obra de siembra. Es debido a que la fe se revela ante Dios por medio de las obras de la siembra. Santiago 2:22 dice: «¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?» Usted debe probarle al reino espiritual que posee la fe para recibir bendiciones.
Además, en Filipenses 4:18-19, vemos que Pablo bendijo la iglesia en Filipos cuando ellos ofrendaron para su ministerio. Dice lo siguiente: «...estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios. Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús».
Las bendiciones vendrán sobre sus vidas cuando den olor fragante y sacrificio acepto, agradable a Dios. Por consiguiente, cuando vengan a recibir oración, deben preparar un plato delicioso que agrade a Dios. Es decir, deben tocar el corazón de Dios con su amor y devoción. Además, que «siempre estén regocijados, que oren sin cesar y den gracias en todas las cosas» es también un «plato delicioso».
Por ejemplo: cuando intenté guardar los mandamientos de Dios, intenté hacerlo con toda mi vida. También, cuando quise ser fiel, intenté hacerlo hasta la muerte como vemos en Apocalipsis 2:10. Cuando trabajé por las almas, intenté hacerlo de modo abnegado como lo hizo Pablo. Entonces, Dios ciertamente me retribuyó con grandes respuestas y bendiciones.
Por consiguiente, usted debe entender qué tipo de plato delicioso Dios quiere de su parte. Esto no es algo difícil. Cuando usted ora y asiste al servicio de adoración y lo hace con todo su corazón; cuando entrega todo lo que tiene con dedicación, incluyendo el tiempo, dinero o sus talentos y los entrega con acción de gracias por la gracia recibida, y cuando se enfoca en el evangelismo, se preocupa por las almas y les da nueva vida; todas estas cosas pueden convertirse en platos deliciosos.
Tal como dice Efesios 5:10: «... comprobando lo que es agradable al Señor», le insto que busque algo que usted pueda hacer. Al hacerlo, es mi anhelo que reciba respuestas y bendiciones de parte de Dios.
Amados hermanos y hermanas en Cristo: si ustedes realmente quieren ser renovados y ser sanados y bendecidos, entonces entreguen a Dios un plato delicioso que son sus obras de fe aceptables a Dios. Al hacer esto, es mi anhelo que puedan producir frutos hermosos en espíritu y cuerpo. Ruego en el nombre de nuestro Señor que Dios pueda recibir abundante gloria por medio de ustedes que están recibiendo bendiciones.
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