Fruto de gozo
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Diciembre 13, 2015 |
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 Pastor Principal Dr. Jaerock Lee
«Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley» (Gálatas 5:22-23).
Todo aquel que acepta a Jesucristo como Su Salvador, recibe el don del Espíritu Santo y puede nacer de nuevo como un hijo de Dios. Y, en la medida en que ellos viven de acuerdo a los deseos del Espíritu, es decir, a medida que siguen la verdad por la guía del Espíritu Santo, pueden dar los frutos del Espíritu Santo.
Ahora profundicemos en el fruto de gozo.
1. Fruto de gozo: regocijarse y estar contento en cualquier tipo de situación
El gozo espiritual es simplemente estar gozoso y contento. Incluso los incrédulos se gozan cuando experimentan algo bueno, pero esto es únicamente temporal. Cuando se enfrentan con problemas, su gozo y alegría desaparecen. Sin embargo, si producimos el fruto del gozo como uno de los frutos del Espíritu, podremos regocijarnos y estar felices aun en medio de cualquier situación o circunstancia.
En 1 Tesalonicenses 5:16-18 leemos: «Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús». Es gozo espiritual poder siempre regocijarse y dar gracias.
El gozo es uno de los estándares por medio de los cuales podemos examinar si estamos llevando un vida cristiana apropiada. Algunas personas toman el camino del Señor con gozo y alegría en cada momento de sus vidas. Pero los demás pueden aparentar que llevan una vida diligente en la fe, pero no tienen suficiente gozo o agradecimiento derivado desde el centro de su corazón. Ellos simplemente realizan la tarea encomendada por Dios como si estuvieran cumpliendo con alguna responsabilidad. Pero, al enfrentar problemas inesperados, pierden la paz que poseen en su mente, y su corazón tiembla por los nervios. Les insto a que ustedes examinen si es que se regocijan de corazón cuando se enfrentan con situaciones difíciles.
De hecho, tan solo la gracia de la salvación es más que suficiente razón para siempre regocijarnos. Solo pensar que somos salvados del fuego del Infierno y que podemos ir al Cielo debe darnos razón de sentir una felicidad inexpresable. El gozo del ‘primer amor’, cuando aceptamos al Señor por primera vez, es muy grande. Aunque mañana no tengamos nada para comer, o si estamos tan cansados por trabajar arduamente, aún tendremos alabanzas en nuestros labios. Incluso si somos perseguidos o sufrimos dificultades injustas en el nombre del Señor, somos felices solo pensando en el Cielo.
En la realidad de las cosas no hay muchas personas que pueden mantener esta alegría del primer amor en su corazón. Luego de un tiempo, el gozo gradualmente va desapareciendo, e incluso cuando las personas piensan acerca de la gracia de la salvación, no tienen las mismas emociones que tenían antes. En dificultades, primero comienzan a suspirar y quejarse en medio del sufrimiento. ¿Por qué cambia de esta manera la gente? Es debido a la carnalidad en sus corazones. Una de las características de la «carne» es que cambia. Aquel que tiene una naturaleza carnal podría tener un gozo desbordante en un momento, pero puede cambiar en cualquier momento y la alegría que experimentó puede desaparecer en un instante.
2. Con el fin de producir el fruto de gozo
1) Debemos abstenernos de la carne
Cuando los demás son bendecidos y elogiados, si no tenemos las características de la carnalidad conocidas como «envidia y celos» podemos regocijarnos como si fuéramos nosotros los que recibiéramos las bendiciones y los elogios. Por otra parte, en la medida que podamos tener envidia y celos sentiremos malestar cuando a otros pareciera que les está yendo mejor que a nosotros. Podríamos perder la alegría y nos desanimaríamos porque tenemos un sentimiento de inferioridad.
Además, si no tenemos la naturaleza de la carne conocida como «ira» y «resentimiento», siempre vamos a tener paz, incluso cuando somos maltratados o sufrimos daños o pérdidas. Nos volvemos llenos de resentimiento y decepción porque tenemos carnalidad en nosotros. Debido a esto nuestros corazones están cargados. Podemos sentir dolor e incluso sentirnos víctimas cuando pensamos que estamos enfrentando una mayor desventaja y daños en comparación con otros.
Además, en la medida que tengamos carnalidad no podemos tener fe espiritual. Es por eso que tenemos la tendencia a preocuparnos todavía más por no ser capaces de confiar en Dios. Aquellos que están llevando sus propios negocios serán prósperos en todas las cosas con las bendiciones que desbordan si pueden escuchar claramente la voz del Espíritu Santo y seguirlo. Pero si tienen codicia, impaciencia y pensamientos carnales, luego tienen dificultades. Mientras más carnalidad desechemos de nuestros corazones, más alegría espiritual y agradecimiento vendrán a nuestra vida.
2) Debemos seguir el deseo del Espíritu en todas las cosas
No buscamos la alegría de este mundo, sino que buscamos la alegría que es traída por el Espíritu Santo, que viene de lo alto. Podemos sentir la alegría y la plenitud del Espíritu solo cuando el Espíritu Santo en nosotros se regocija. Podemos tener gozo especial cuando adoramos a Dios, oramos, alabamos con todo nuestro corazón y practicamos la Palabra de Dios. Cuando nos damos cuenta de que hemos sido cambiados por la verdad, estamos extremadamente felices y agradecidos.
En su vida cotidiana, siempre se puede elegir entre el deseo del Espíritu Santo y el deseo de la carne. Si elige el deseo del Espíritu Santo cada vez, entonces el Espíritu Santo se regocijará en usted, y por lo tanto también se llenará de gozo. En 3 Juan 1:4 leemos: «No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad». Como está escrito, Dios se regocija cuando se practica la verdad, y Él te da alegría en la plenitud del Espíritu.
Por ejemplo: si el deseo de buscar nuestro propio beneficio colisiona con el deseo de buscar el beneficio de los demás, y si el conflicto permanece, eventualmente perderemos el gozo. Si buscamos la carne y nuestros propios beneficios, no podemos tener gozo espiritual, aunque es posible conseguir lo que queremos en ese momento. Además se puede sentir mentalmente inestable. Por otra parte, si usted decide buscar el beneficio de otra persona, aunque es posible que experimente alguna pérdida, tendrá gozo de lo alto porque el Espíritu Santo se regocija. Solo aquellos que han experimentado este tipo de gozo pueden entender este sentimiento. Es la felicidad que el mundo no puede dar o conocer.
Lo mismo se aplica para todo lo demás. Si una persona que solía juzgar a los demás con sus propios estándares llega a cambiar y comienza a comprender a los demás con bondad, va a tener paz en la medida en que él cree en la bondad. Cuando nosotros ‘morimos’ a nosotros mismos de esta manera en un intento de hacer que los demás se sientan cómodos, podemos experimentar la paz y el gozo. Además, siempre se puede disfrutar de esta paz y gozo si se quita el sentimiento de que alguien más tiene una personalidad que es ‘diferente’ y los conflictos con los suyos o los sentimientos de aversión a cierta persona. A medida que sigue el deseo del Espíritu Santo, el gozo espiritual aumentará y su corazón se convertirá en la verdad. En esa medida, usted llevará el fruto de gozo, y tendrá un resplandor espiritual en su cara.
3) Debe sembrar las semillas de gozo y gratitud con diligencia
El granjero debe cultivar las semillas y trabajar duro para cultivar el fruto. Del mismo modo, con el fin de llevar el fruto espiritual del gozo tenemos que buscar las cosas para ser felices y agradecidos, y luego ofrecer gratitud a Dios. Si tenemos fe, hay muchas cosas por las cuales dar gracias todos los días.
En primer lugar, tenemos el gozo de la salvación que no podemos cambiar por nada. Además, el buen Dios es nuestro Padre. Él protege a Sus hijos que viven en la verdad y responde a todo lo que pidamos. Además, si guarda el día de reposo y da el diezmo completo durante el año, no enfrentará ninguna desgracia o accidente en ningún momento. Si usted guarda Sus mandamientos y es fiel a Él y no comete pecado, siempre tendrá bendiciones en abundancia.
Incluso si se mete en algunas situaciones difíciles, ya conoce las maneras de resolverlas. Si ha hecho algo malo, puede recibir la compasión de Dios y además la solución. Si usted no tiene nada por lo cual pueda ser acusado, puede alegrarse y agradecer aún más (1 Juan 3:21). De esta manera, Dios obra para bien de todo y le dará aún mayores bendiciones.
Cuando tratamos de encontrar las cosas por las cuales dar gracias, Dios nos da aún más cosas para que seamos agradecidos. Así, nuestra gratitud y gozo incrementarán y eventualmente produciremos el fruto de gozo por completo.
Amados hermanos y hermanas en Cristo: debemos producir el fruto de gozo para que podamos regocijarnos cada día. Ruego en el nombre de nuestro Señor que podamos producir todos los demás frutos del Espíritu Santo de manera abundante, y disfrutar de todo el gozo que Dios da por la eternidad.
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