YO SOY EL QUE SOY
|
|
|
4152 |
|
Mayo 08, 2016 |
|
|
|
Pastor Principal Dr. Jaerock Lee
«Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros» (Éxodo 3:14).
En nuestro caminar cristiano, es muy importante entender quién es Dios.
Algunos creyentes dicen con sus labios que creen en Dios, pero no sienten Su amor y no tienen seguridad de su salvación. Solo cuando llegamos a conocer el origen de Dios podemos tener una relación más cercana con Él y llevar una vida llena del Espíritu con certeza de la salvación.
1. El Dios que no tiene principio ni fin es YO SOY EL QUE SOY.
En todo lo que el hombre ha aprendido y experimentado siempre hay un «principio» y un «final. Por ejemplo: el ser humano y los animales tienen un principio y un final. Su principio está marcado por el nacimiento a través de sus padres, y su final está marcado por el momento y la forma de su muerte. Sin importar cuán antiguo pueda ser un objeto, este fue creado en algún momento por alguien y todos los eventos históricos han tenido un principio y un final.
Es por esto que algunos preguntan: «¿Quién creó a Dios?» O «¿Desde cuándo existe Dios y qué habían antes de Él?» Otros piensan y se preguntan cómo llegó a existir Dios, como si hubiese habido un punto de inicio de Su existencia. Sin embargo, si Dios el Creador y el Absoluto hubiese tenido tal inicio, ese hubiera sido el acto más extraño de todos.
Si Dios hubiera iniciado Su existencia en algún punto de la historia, la gente obviamente pensaría en las cosas que precedieron a Dios y en el tiempo antes de Su presencia. Entonces Dios no sería ni el Creador ni el Dios Absoluto si alguien más lo hubiera creado o le hubiera dado vida. Por consiguiente, si Dios es en realidad absoluto y perfecto, Él no debe tener un principio ni un final sino que debe haber existido por Sí mismo.
Respecto a quién es Dios, Él le dijo a Moisés: «YO SOY EL QUE SOY» (Éxodo 3:14). Nadie dio a luz a Dios ni lo creó. Dios ha estado presente desde siempre, desde antes de la eternidad hasta la perpetuidad (más allá de la eternidad).
2. Dios existía como luz y sonido pero llegó a ser la Trinidad de Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu.
¿En qué forma o imagen existía nuestro Dios, quien ha estado presente desde el tiempo antes de la eternidad? Juan 1:1 nos dice: «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios».
En este caso la frase «En el principio» se refiere al tiempo mucho antes de la creación de las cosas en el universo, cuando Dios existía por Sí mismo. Simboliza una era que un simple ser humano no puede entender jamás con su experiencia o conocimiento limitado. Con respecto a este Dios, quien había estado presente por Sí mismo desde antes de la eternidad, Juan 1:1 nos dice: «...y el Verbo era con Dios». Él aún no había asumido ninguna forma en particular pero existía como el Verbo en sí, y este es el «sonido».
1 Juan 1:5 nos dice también: «Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él». En los términos «luz» y «tinieblas» están inmersos significados espirituales. El término «tinieblas» engloba todo lo que no es verdadero sino injusto, sin ley y pecaminoso, mientras que el término «luz» se refiere a todo lo que es verdadero como el amor, la bondad, la justicia y cosas por el estilo. No obstante, Dios no solo es «luz» en términos espirituales sino que también existía como la luz antes de los tiempos.
Dios quien es el Verbo existía en medio de una luz hermosa y asombrosa con un sonido claro y transparente. Él existía en medio de una luz hermosa e inconcebible y como una voz transparente, delicada, suave, majestuosa y potente que resonaba por todo el universo.
Luego, en el momento que Él había designado, Dios, quien había existido como luz y sonido, sostuvo en su corazón la creación del hombre; Él anhelaba alguien con quien compartir Su amor. Para poder llevar a cabo todos los planes concernientes al cultivo de la humanidad, Dios el Origen se formó a sí mismo primero en Dios la Trinidad. Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu.
Desde entonces Dios el Origen tomó una forma más concreta como Dios la Trinidad. Y, tal como está escrito en Génesis 1:26, sabemos cuál era Su apariencia: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza». En otras palabras, cuando Dios la Trinidad hizo al hombre, lo hizo a Su imagen. La apariencia externa del ser humano se creó a la imagen de Dios y su corazón fue creado para asemejarse al de Dios. No obstante, desde el momento en el que Adán pecó, el corazón del hombre que había sido creado a imagen del de Dios, fue alterado para mal y poco a poco se distanció de Dios.
3. Solo YO SOY EL QUE SOY es el objeto de nuestra adoración.
A diferencia del ser humano que es una mera criatura, Dios existía en Sí mismo desde la eternidad hasta la perpetuidad. Solo YO SOY EL QUE SOY es el Dios verdadero y perfecto y solo Él debe ser el objeto de nuestra adoración y amor. Sin embargo, algunas personas no conocen a este Dios y por eso adoran ídolos que han sido hechos por el hombre. Tales individuos esculpen y forman objetos hechos de oro, plata, madera y roca para luego inclinarse ante ellos.
Supongamos que uno de sus hijos no lo reconoce y se acerca a extraños y les dice: «Mamá». «Papá». ¡Cuán decepcionado y herido se sentiría usted! De igual manera, ¿puede imaginarse cuán decepcionado y herido se sentiría Dios el Creador si usted sirve a algún ídolo inventado por el hombre? Por esta razón Dios aborrece la adoración a ídolos.
En Éxodo 20:3-5 Dios expresa: «No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen». Dado que Dios es YO SOY EL QUE SOY, la única Deidad verdadera, debemos adorar y servirle a Él solamente.
Hay una cosa más que debemos tener en cuenta. Jesús el Salvador, quien vino a este mundo, es el mismo Dios el Creador. Ningún hombre pudo ser Su padre; ninguna mujer pudo ser Su madre. Claro está que cuando Jesús vino a este mundo para ser el Salvador, Él se vistió de carne y nació de una virgen.
Aun así, en Mateo 1:18 leemos: «Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo». La razón por la que se nombra a María como «madre» de Jesús en este versículo es solo porque este relato lo escribió uno de los discípulos de Jesús. Jesús no nació con ninguna influencia hereditaria que le fuera pasada por el espermatozoide de José o el óvulo de María. Él nació gracias al poder del Espíritu Santo. Dios simplemente usó a la virgen María durante el embarazo como un instrumento para traer al Salvador.
En muchas partes de la Biblia vemos a Jesús llamando «mujer» a la virgen María, pero no «madre». En ningún lugar Él la llama «madre». Ninguna mujer que es tan solo una simple criatura puede llegar a ser la madre de Dios el Creador. Algunos adoran y alaban a la virgen María como si estuviesen adorando a Dios mismo. No obstante, usted debe recordar que ninguna criatura debe llegar a ser el objeto de nuestra adoración. Siempre debe recordar que nada, excepto Dios la Trinidad, puede convertirse en el objeto de nuestra adoración.
Amados hermanos y hermanas en Cristo: Dios, quien es YO SOY EL QUE SOY, existía como la luz y el sonido en el principio. Para poder obtener hijos verdaderos con quienes compartir Su amor por siempre, Él creó al ser humano y comenzó el cultivo de la humanidad. Con este fin, Él comenzó a existir como Dios la Trinidad. Ruego en el nombre del Señor que usted pueda llevar una vida bendecida en Cristo al recordar siempre que Dios el Creador es el único Dios verdadero y el único a quien debemos adorar.
|
|