Expectativa y amor en el árbol de la ciencia del bien y del mal
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Julio 10, 2016 |
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Pastor Principal Dr. Jaerock Lee
«Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás» (Génesis 2:15-17).
Las personas que no conocen la profunda providencia de Dios del cultivo de la humanidad con frecuencia se preguntan: «¿Por qué razón Dios colocó el árbol de la ciencia del bien y del mal en el huerto del Edén y colocó al hombre hacia el camino de la destrucción?»
El Dios de amor no colocó el árbol de la ciencia del bien y del mal en el huerto para que intencionalmente llevara a la humanidad hacia el camino de la destrucción. Entonces, ¿por qué Dios colocó el árbol de la ciencia del bien y del mal en el huerto del Edén?
1. La bendición y advertencia dada al primer hombre, Adán
Aunque en el momento de la creación del primer hombre, Adán, era físicamente un hombre adulto, mentalmente era como un recién nacido. Por consiguiente, mientras él estuvo en el huerto del Edén, Adán tuvo que atravesar por el proceso de obtener una gran cantidad de conocimiento espiritual incluyendo asuntos relacionados a Dios, el reino espiritual, la verdad, la bondad, la luz y cosas por el estilo, al igual que el conocimiento necesario por medio del cual podía gobernar toda la creación. Luego de este proceso, como el señor de toda la creación, Adán adquirió las calificaciones necesarias para gobernar y someter todas las cosas.
Al igual que Dios le dijo a Adán en Génesis 1:28: «Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla…», el primer hombre engendró muchos hijos y de esta manera fue «fructífero». Y como mayordomo de todas las cosas tuvo una autoridad tremenda durante mucho tiempo. No obstante, Dios le dio al hombre libre albedrío y solo le prohibió hacer una cosa. Dios le ordenó que no podía comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. No obstante, luego de haber pasado un largo período de tiempo, Adán y Eva no guardaron los mandamientos de Dios y terminaron comiendo del árbol de la ciencia del bien y del mal.
2. El proceso por el cual el pecado ingresó al hombre
A partir de Génesis 3:1 se desarrolla el proceso del primer hombre, Adán, cayendo en pecado.
La serpiente era más astuta que cualquier otro animal del campo que Dios había creado, y tentó a la mujer, Eva. La razón por la cual las personas hallan a las serpientes extremadamente abominables en la actualidad es porque la serpiente guió a la humanidad hacia la muerte y por naturaleza las detestan.
En el huerto antes de la tentación, a diferencia de hoy en día, la serpiente solía tener una apariencia adorable y agradable a la vista. Era además muy astuta por lo cual podía ganar el corazón de las personas.
Cierto día, la serpiente le preguntó a Eva: «¿Conque Dios os ha dicho: “No comeréis de ningún árbol del huerto”?» La respuesta de Eva a la serpiente fue la siguiente: «Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis» (Génesis 3:2-3).
Mientras que Dios les dijo: «… ciertamente morirás», Eva le dijo a la serpiente que Dios les había dicho: «… si lo hacen, morirán» (NTV). Sin tener en cuenta y declinando la directiva de Dios, Eva añadió e incluso cambió las palabras de Dios: «ciertamente morirás» a «morirán». La serpiente conocía el tipo de oportunidad que estaba disponible, se apoderó de ella y le dijo a Eva: «Ciertamente no moriréis». Pues Dios sabe que el día que de él comáis, serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal».
Ahora que Eva había caído en la tentación de la serpiente, las lujuria de la carne, los deseos de los ojos y el orgullo de la vida fueron detonantes, y además el fruto del árbol era bueno para comer y agradable para sus ojos. Eva terminó comiendo del árbol de la ciencia del bien y del mal e incluso dio de ese fruto a Adán.
De acuerdo con la ley del reino espiritual la cual dicta: «... la paga del pecado es muerte» (Romanos 6:23), la Palabra de Dios: «ciertamente morirás» fue aplicada al hombre quien ahora debe pagar por su pecado. No obstante, esto no significa que la vida en Adán y Eva expiró inmediatamente después de comer del árbol del conocimiento del bien y del mal.
Cuando Dios dijo: «ciertamente morirás», no solo se refería a la muerte física del hombre sino también a la muerte del espíritu, el amo del hombre; el fin de la comunicación entre Dios y Adán es lo mismo que «la muerte del espíritu de Adán». Además, cada descendiente de Adán luego de haber pecado, se convirtió en pecador y estaba sujeto a la muerte y todo en la Tierra fue maldecido también (Génesis 3:17).
La serpiente fue maldecida de manera más severa que las demás criaturas. En Génesis 3:14 Dios le dijo a la serpiente: «... sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida». Espiritualmente, en este caso «la serpiente» se refiere al enemigo diablo y Satanás, mientras que «el polvo» simboliza al hombre que fue creado «del polvo de la tierra».
En otras palabras, al decir que la serpiente comería polvo significa que el enemigo diablo y Satanás gobernarían y traerían pruebas, aflicciones, sufrimientos a las personas carnales empapados en pecado. Esto es por qué las personas que se han alejado en este mundo sufren de todo tipo de sufrimiento, traídos a ellos por la autoridad del enemigo diablo y Satanás.
3. Razón por la cual Dios colocó el árbol de la ciencia del bien y del mal en el huerto del Edén
¡A pesar que Dios sabía que Adán comería del árbol de la ciencia del bien y del mal, aun así lo colocó porque quería darle a Adán verdadera felicidad!
Adán no se encontró con la tristeza mientras vivía en el Huerto del Edén. Como uno de los resultados Adán no podía sentir y experimentar la verdadera felicidad. Con el fin de que cualquiera pueda apreciar el verdadero valor de algo, tiene que experimentar lo opuesto de «algo» como se aprende a través de la relatividad.
Por ejemplo: si usted nunca ha estado enfermo desde su nacimiento, no podría entender completamente la magnitud del sufrimiento y el dolor que trae la enfermedad, ni apreciar realmente tener una buena salud. Solo aquellas personas que han pasado hambre pueden apreciar la abundancia de la comida, y solo cuando haya maldad y tinieblas las personas podrán apreciar verdaderamente la bondad y la luz.
Sin haber sido testigo de la muerte en el Huerto del Edén, que es sin sufrimiento, Adán no podía comprender a Dios cuando le dijo que moriría si comía del árbol de la ciencia del bien y del mal. Al experimentar el tormento y dolor asociado con el hambre, el frío, el calor, la muerte, la separación, el pecado y la maldad en este mundo caído, Adán pudo finalmente darse cuenta de lo feliz y dichosa que había sido en el Huerto del Edén.
No importa cuán abundante pueda ser la vida de una personas, a menos que conozca la verdadera felicidad de la vida, ¿quién puede decir que está viviendo una vida significativa? Una vida que realmente vale la pena es la vida en la cual la persona siente felicidad a pesar que tenga que sufrir momentáneamente. Es por esta razón que Dios colocó el árbol de la ciencia del bien y del mal. Fue para permitirle al hombre reconocer y comprender relativamente mediante la experiencia del dolor y el sufrimiento.
En su libre albedrío Adán comió del árbol de la ciencia del bien y del mal, y como resultado de su pecado, la humanidad ha tenido que vivir en medio del sufrimiento que provienen del frío, calor, enfermedad, pobreza, hambre, separación, muerte y cosas por el estilo. Cuando entremos al cielo luego de haber aprendido todas estas cosas y haber pasado por el cultivo de la humanidad, comprenderemos cuán hermosa es la vida en el cielo, daremos gracias a Dios de corazón y viviremos en completa dicha y gozo.
Amados hermanos en Cristo: Dios colocó el árbol de la ciencia del bien y del mal en su lugar, ha cultivado a la humanidad y ha preparado un camino para todos los hombres, los pecadores, para recibir salvación. Como leemos en 2 Corintios 4:17: «Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria», incluso si enfrentamos sufrimientos y aflicciones momentáneas en este mundo, disfrutaremos «un cada vez más excelente y eterno peso de gloria» en el indescriptible cielo glorioso.
Ruego en el nombre de nuestro Señor que puedan comprender el camino de la salvación, poseer gozo y felicidad de salvación y finalmente vivir en el cielo eterno.
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