Un tesoro escondido en un campo
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Junio 11, 2017 |
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Pastor Principal, Dr. Jaerock Lee
«Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo» (Mateo 13:44).
Muchas personas buscan la felicidad verdadera y se esfuerzan por hallarla; sin embargo, pocos son los que se sienten verdaderamente felices en su vida.
Se afanan sin descanso por vivir una vida mejor, pero no se sienten satisfechos con lo que tienen y algunos incluso pierden las riquezas y la fama de la noche a la mañana.
1. El Reino de los Cielos es como un tesoro escondido en un campo
Cuando Dios formó a Adán, el primer hombre, hizo que su espíritu fuera el mayordomo del hombre, el alma estaba controlada por el espíritu y la carne era el lugar de morada del espíritu y el alma. Dios estableció que Adán fuera el mayordomo de toda la creación y lo bendijo para que sojuzgara todas las cosas. Ya que era un ser espiritual, estaba en comunicación con Dios quien es espíritu.
No obstante, después de un largo período de tiempo, Adán cometió el pecado de desobediencia. Él comió del árbol de la ciencia del bien y del mal del que Dios le había prohibido que comiera. En consecuencia, su espíritu (su mayordomo) murió y su comunicación con Dios fue interrumpida. A medida que entró el pecado en Adán, el conocimiento espiritual que Dios le había dado, es decir, el conocimiento de la vida, se desvaneció. Con el paso del tiempo, él aceptó más falsedades en control de Satanás.
Por ende, el espíritu del hombre pasó a ser como paja que está seca. Los descendientes de Adán no aceptaron a Dios e hicieron lo inapropiado ante Sus ojos (Romanos 1:28-31).
Por causa de estas personas, Dios envió al mundo a Jesús, a quien Él había predestinado con anterioridad y había mantenido en secreto desde antes de los tiempos. Jesús fue crucificado como la expiación por ellos. Mas Él venció la muerte y resucitó. Su resurrección abrió el camino de salvación para que todo el que cree en Jesucristo pueda recibir salvación y entrar al cielo por fe.
Cuando escuchamos el evangelio del reino, aceptamos a Jesucristo, recibimos el perdón de los pecados y al Espíritu Santo, entonces nuestro espíritu muerto regresa a la vida. De inmediato obtenemos el derecho de convertirnos en hijos de Dios por fe y nuestros nombres se escriben en el Libro de la Vida en el cielo, y de este modo comenzamos a sentir gozo y a asistir a todo tipo de servicios de adoración. Empezamos a entender la Palabra de Dios con la ayuda del Espíritu Santo y también recibimos el poder para orar y vivir de acuerdo a la Palabra.
En Mateo 13 hay varias analogías sobre el cielo. Una de ellas es la de «Un tesoro escondido en un campo». La analogía de la parábola compara la búsqueda de un tesoro escondido en un campo con el espíritu muerto que vuelve a vivir al escuchar el evangelio, al aceptar a Jesucristo y al recibir el Espíritu Santo; por ende, el cielo desciende al corazón de las personas.
2. «... un hombre halla [un tesoro], y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo»
Expresar que un hombre halló el tesoro y lo escondió de nuevo implica que el espíritu muerto volvió a vivir y que se anhela vivir de acuerdo a la voluntad de Dios, pero aún no se ha recibido la fuerza para hacerlo, y por eso no se basa las acciones en la Palabra. El «gozo» que siente una persona significa que comprende la existencia del cielo en su corazón, y este se llena de alegría cuando el espíritu vuelve a vivir.
Para poder basar las acciones en la Palabra de Dios es necesario despojarse de los rasgos de falsedad que hay en el corazón, principalmente porque Satanás es quien controla las falsedades en el corazón. Si el corazón está lleno de injusticia y falsedad, aunque se confiese la fe en Dios, estos rasgos conducirán hacia las tinieblas. Entonces, es necesario orar con confianza en Dios. Solo así se podrá escuchar la voz del Espíritu Santo y se seguirá la voluntad de Dios.
¿Qué significa la afirmación «... va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo»? Aunque el espíritu que está en el alma vuelve a vivir tras aceptar a Jesucristo, se debe también destruir los aspectos del alma para que el espíritu pueda obrar como el mayordomo del ser humano otra vez (2 Corintios 10:5).
El alma que está controlada por Satanás se levanta contra la verdad y contra Dios. De este modo, la persona cuyo espíritu está bajo el control del alma, es decir, la persona de alma, está controlada por Satanás y habita en la oscuridad. A menos que destruya las falsas obras del alma, su espíritu no podrá revivir y tampoco llegará a ser mayordomo de la persona. El alma prosperará en la medida en que la operación engañosa del alma se destruya y el espíritu se llene cada vez más. Entonces se podrá vivir de acuerdo a la Palabra de Dios. Por lo tanto, si se encuentra un tesoro escondido en un campo, con diligencia debe vender todo lo que tiene y rápidamente comprar aquel campo.
3. Para poder poseer el cielo que es mucho más precioso que todas sus pertenencias
Cierto día, mientras cultivaba el campo, un hombre pudo sentir algo bajo su pala. Él cavó hasta el fondo y encontró un gran tesoro; lo cubrió con tierra hasta esconderlo bien y comenzó a pensar. Finalmente decidió que vendería todo lo que tenía para poder comprar aquel campo. Sin duda, el tesoro que había encontrado era más precioso que todo lo que él poseía.
En lo espiritual, «vender todo lo que se tiene» se refiere al acto de destruir las obras de falsedad del alma, despojarse de las obras de la carne (Gálatas 5:19-21) y deshacerse de las cosas de la carne (Romanos 13:13-14). Estas son las cosas que no son apropiadas de acuerdo a la Palabra de Dios. Se trata de despojarse de cualquier cosa que se ame más que a Dios.
Supongamos que usted escucha un mensaje que le invita a amar, a agradecer, a despojarse de la mentalidad adúltera y a no robar. Si usted obedece al pie de la letra y se despoja de los pecados y la maldad a través de la oración, esto corresponde al acto de «vender todo lo que se tiene». Al ahuyentar el pecado y la maldad, podrá vivir de acuerdo a la Palabra y según los deseos del Espíritu Santo. Podrá sumergirse al espíritu y convertirse en luz y sal del mundo.
En otras palabras, «vender todo lo que se tiene» significa luchar en contra del pecado al punto de derramar sangre, vivir según la Palabra de Dios (Hebreos 12:4), llegar a ser una persona espiritual, participar en la naturaleza divina y tener el corazón de Jesucristo (2 Pedro 1:4). Para poder poseer algo, tenemos que pagar por ello. De igual manera, si usted desea poseer el cielo, debe pagar algo a Dios quien es el dueño del cielo. Podrá obtener el cielo si adora en espíritu y en verdad, si se sacrifica a sí mismo, si ofrece su tiempo y dinero de manera voluntaria y si ofrece todo lo que tiene.
Además de esto, debe recordar que no podrá comprar el campo si siente mayor agrado por sus pertenencias que por el tesoro que escondió en el campo. Y tampoco venderá todo lo que tiene si desconoce que el tesoro está escondido en el campo o si no tiene confianza en él. Por otro lado, si usted confía plenamente en el cielo, podrá luchar contra el pecado hasta derramar sangre y despojarse de él.
Amados hermanos en Cristo: aquellos que poseen el cielo, aunque se despojan de todo en este mundo, son los más ricos en la Tierra. Esto es porque todo lo que necesitan está en Jesucristo. Por lo tanto, le animo a que se despoje de todo lo que está en contra de la Palabra de Dios y que viva solo en base a ella. Ruego en el nombre de nuestro Señor que usted encuentre este tesoro, y que así su corazón se vuelva como el cielo y que lo posea por la eternidad.
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