El árbol de la ciencia del bien y del mal
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Julio 09, 2017 |
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Pastor Principal, Dr. Jaerock Lee
«Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás» (Génesis 2:15-17).
En Génesis 2, cuando Dios formó al hombre del polvo de la tierra y sopló en su nariz aliento de vida, se convirtió en un ser viviente. Y Dios plantó un huerto en Edén y condujo al hombre allí y le permitió gobernar sobre todas las cosas.
Dios colocó el árbol de la ciencia del bien y del mal en la mitad del huerto del Edén. ¿Por qué el Dios de amor colocó el árbol de la ciencia del bien y del mal en mitad del huerto?
1. La providencia de Dios para el cultivo de la humanidad para obtener hijos verdaderos
En el tercer día de la creación, Dios hizo que las aguas que cubrían la Tierra se juntaran en un solo lugar y las llamó «Mares», e hizo que el suelo seco apareciera y lo llamó «Tierra». Con Su palabra también creó la vegetación, las plantas que dan semilla según su género, y árboles que dan frutos con su semilla en ellos, según su género. En ese momento, todo tipo de planta también surgió en el huerto del Edén (Génesis 1:9-13).
En el sexto día de la creación, Dios formó al hombre y sopló el aliento de vida en su nariz y se convirtió en un ser viviente. Luego Dios lo llevó al huerto del Edén. En el huerto Dios hizo que creciera todo tipo de árbol agradable a la vista y bueno para comer: también colocó el árbol de la vida en medio del huerto al igual que el árbol de la ciencia del bien y del mal (Génesis 2:9).
Los frutas en el huerto del Edén fueron incomparablemente más deliciosas, fragantes y hermosas que aquellas en la Tierra. Adán, el primer hombre que fue creado como un ser vivo, podía comer de todos los frutos en el huerto del Edén, pero con una excepción. Este era el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal que se encontraba en la mitad del huerto. Dios le advirtió severamente que no comiera al decirle: «Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás» (Génesis 2:16-17).
Sin embargo, debido a que había transcurrido mucho tiempo, Adán fracasó en mantenerse firme en la Palabra de Dios en su mente y finalmente terminó comiendo del árbol. En consecuencia, fue expulsado del huerto del Edén (Génesis 3). Dios colocó a los querubines al este del huerto del Edén para que nadie pudiera entrar. Aquí, en esta parte, algunas personas pueden preguntarse por qué Dios colocó el árbol de la ciencia del bien y del mal en el Huerto del Edén, haciendo posible que Adán cometiera pecado. No conocen el gran amor de Dios y la providencia del cultivo de la humanidad.
¿Realmente piensa que el Dios de amor podría colocar el árbol de la ciencia del bien y del mal a propósito para hacer que Adán cometa un pecado? Algunos malinterpretan a Dios y dicen que Él probó a Adán con el árbol de la ciencia del bien y del mal. Ahora vamos a profundizar en la razón por la cual Dios colocó el árbol de la ciencia del bien y del mal en medio del huerto del Edén y le prohibió comer de él.
Antes de comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, Adán gozó de autoridad y bendiciones como hijo de Dios en el huerto del Edén, un lugar tan hermoso, tranquilo y donde vivió en abundancia. Sin embargo, él no sintió verdadera felicidad porque nunca había experimentado la relatividad. Debido a que allí no había enfermedad, accidentes ni muerte, jamás experimentó el dolor, la tristeza ni la infelicidad.
Para poder llegar a sentir el verdadero valor de algo, tendría que haber experimentado algo opuesto anteriormente. Si alguien ha sufrido de hambre, conocerá muy bien el valor del alimento. Si nunca antes ha experimentado la pobreza, no podrá sentir verdadera gratitud por su riqueza. Si usted nunca ha odiado a alguien, quizás no conozca el valor del amor. Esto es sumamente importante para sentir la relatividad.
Luego de que adán comiera del árbol y fuera expulsado a la Tierra, esta fue maldecida. Solo mediante el sufrimiento, todos los días de su vida, podría tener alimento para comer (Génesis 3:17). Sufrió de frío, calor, hambre, cansancio y dolor en la Tierra. Se sentía ansioso y preocupado porque su comunicación con Dios fue cortada. Incluso experimentó un incidente miserable: uno de sus hijos mató a su propio hermano (Génesis 4).
En ese momento Adán pudo darse cuenta de cuán feliz había sido su vida en el huerto del Edén. Solo después de experimentar la infelicidad podría sentirse verdaderamente agradecido por todo. Fue también por lo que él hizo a toda la humanidad, es decir, todos los descendientes de Adán, deben experimentar el proceso de experimentar la relatividad y darse cuenta de la «verdad» en la Tierra debido al árbol del conocimiento del bien y del mal. En otras palabras, han llegado a ser capaces de darse cuenta de la verdadera felicidad y el verdadero amor a través del cultivo de la humanidad, y de esa manera pueden tomar decisiones que conducen a compartir el amor eterno con Dios en la belleza del cielo.
2. El amor inmerso en el cultivo de la humanidad
Los padres quieren lograr que sus hijos puedan sobresalir. Por lo tanto, los envían a la escuela y los guían para que estudien más, aunque a algunos de ellos no les gusta el estudio, y tienen dificultades para estudiar. Es posible que no sea fácil para ellos aprender algo y ser capacitados. No obstante, aquellos que superaron ese lapso de tiempo y tuvieron éxito, deben sentirse agradecidos con sus padres que los apoyaron con devoción y con los maestros que los guiaron.
Lo mismo se aplica al cultivo de la humanidad del amor de Dios. Él sabía que los descendientes de Adán sufrirían dolor, tristeza y dificultades mediante las pruebas. Sin embargo, Él permitió esto porque a través del cultivo de la humanidad, aunque puede ser difícil para ellos, pueden convertirse en hijos verdaderos de Dios. Por lo tanto, el cultivo humano es el curso necesario a seguir para entrar en el cielo eterno. Puedes llegar a ser fruto glorioso creyendo en Dios y venciendo todo con bondad y verdad.
Después de que Dios formó al hombre y comenzó el cultivo de la humanidad, Él no solo nos observó, sino que también participó en el cultivo de la humanidad. Él no dejó a la humanidad con dolor y lágrimas, sino que sintió nuestro dolor junto con nosotros. Envió a Su amado Hijo Jesús a la Tierra para salvar a la humanidad que se había convertido en pecadores, y sintió mucho dolor viendo cómo se burlaban de Jesús y cómo fue terriblemente crucificado.
El Dios de amor sabía todo cuando planeó el cultivo de la humanidad, y Dios ha estado soportando todo el dolor y la tristeza con amor a través del cultivo de la humanidad. Dios conoce nuestra debilidad muy bien y nos proporciona incesantemente poder y amor.
Dios prometió estar con nosotros cuando clamamos en oración a Él, y hacemos lo que pedimos en el nombre de Jesucristo. Aun cuando no sabemos qué pedir, el Espíritu Santo en nuestros corazones nos ayuda en nuestra debilidad al interceder por nosotros (Isaías 58:9; Juan 14:13-14; Romanos 8:26).
Amados hermanos en Cristo: Dios colocó el árbol de la ciencia del bien y del mal en el huerto del Edén para que el primer hombre Adán, y todas las personas nacidas como descendientes de Adán, sean capaces de disfrutar de la verdadera felicidad. Les pido que comprendan esta razón por la cual Él puso el árbol de la ciencia del bien y del mal en el huerto y la providencia en el cultivo de la humanidad. Espero que al hacerlo se esfuercen más para convertirse en verdaderos hijos de Dios y que entren en la más hermosa morada celestial, la Nueva Jerusalén.
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