Amor espiritual
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Febrero 11, 2018 |
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Pastor Principal, Dr. Jaerock Lee
«Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor» (1 Corintios 13:13).
Si tienes la fe para pasar los últimos días del año y el principio del próximo ofreciendo un servicio de Año Nuevo en el santuario, realmente eres un creyente bendecido. Dios ama a esos hijos, y Él quiere darles los mejores regalos y guiarlos por el mejor camino. El mejor regalo de todos es el amor. Hoy vamos a estudiar cómo producir el fruto del amor espiritual tal como está escrito en 1 Corintios 13.
1. ¿Por qué el amor es el mayor entre la fe, la esperanza y el amor?
La fe es el tesoro de tesoros. Está escrito que sin fe no se puede agradar a Dios. Solo a través de la fe se puede ganar la salvación, obtener vida eterna y entrar en el cielo. Si tienes esperanza desearás tomar por fuerza los mejores lugares celestiales y te esforzarás por santificarte. Por ende, la fe y la esperanza son necesarias hasta llegar al reino de los cielos.
Entonces, ¿por qué Dios dice que el amor es el mayor entre estos tres? Es porque se nos dará gloria para convertirnos en verdaderos hijos de Dios en el cielo eterno solo cuando alcanzamos el amor. Por supuesto, podemos recibir la salvación y entrar al cielo con la fe, y podemos obtener las mejores moradas a través de la esperanza. Pero sin amor no podemos entrar en la Nueva Jerusalén. La Nueva Jerusalén de la que habla Apocalipsis 21 es el fruto del amor, y los atributos que representan los cimientos de la muralla de la ciudad se resumen en uno, el amor perfecto. El propósito del cultivo de la humanidad por parte de Dios es también compartir Su amor con Sus verdaderos hijos.
Mientras vivimos nuestra vida cristiana en este mundo, necesitamos fe y esperanza. Pero una vez que entramos al cielo a través de la fe necesaria para poder recibir la salvación, ya no necesitamos la fe. Tampoco necesitamos la esperanza, porque hemos alcanzado lo que esperábamos. Lo único que conservaremos por siempre en el cielo es el amor. Es por esta razón que Dios quiere que alcancemos el amor por sobre todas las cosas. Entre los muchos dones descritos en 1 Corintios 12, el mayor es el amor (1 Corintios 12:31). Cuando alcanzamos el amor inmutable que es amor espiritual, entonces podemos recibir una cantidad ilimitada de respuestas (Proverbios 8:17).
Dios desea retribuir lo que hemos hecho y nos permite cosechar lo que hemos sembrado. Si amas a Dios desde lo profundo de tu corazón, Él te recompensará con Su amor que es grande y asombroso. Es decir, Él bendecirá nuestra alma para que prospere, permitirá que todo vaya bien con nosotros y recibiremos buena salud (3 Juan 1:2). Dios ciertamente cumplirá Su palabra (Números 23:19).
A lo largo de la historia de Manmin, el amor de Dios y del Señor se ha manifestado continuamente en niveles más profundos. Hemos aprendido sobre el amor perfecto en el que el amor y la justicia son equilibrados. Hemos aprendido la manera de llenar las carencias y deficiencias de amor. Incluso hemos aprendido los siete niveles de la profundidad del amor de Dios que es el núcleo de Su corazón. También, al ver el sacrificio del pastor en la providencia de Dios, los creyentes experimentaron el amor de Dios. Se dieron cuenta de que Dios nunca se da por vencido por ellos y les da oportunidades hasta el final. Los creyentes que experimentaron a Dios como el Dios de la justicia llegaron a sentir Su amor con sinceridad y expresan que Él es amor.
Por otra parte, el poder por el cual las obras han crecido cada día en esta iglesia es también el fruto del amor. En el poder está el amor de Dios, quien desea salvar las almas que están muriendo en esta perversa generación. El poder proviene de este amor con el que Él quiere que las personas crean en el Señor, reciban la salvación y aumenten la esperanza por el cielo que es real y no solo por el mundo carnal que no es más que vanidad. Todo esto ha sido posible al mostrar el mundo espiritual. Como se menciona, Manmin es la iglesia llena del amor y la que ha dado abundantes frutos de amor. El fruto también ha sido producido por los miembros de la iglesia.
A continuación, echemos un vistazo a lo que tenemos que hacer para producir el fruto perfecto del amor espiritual.
2. Para producir el fruto del amor espiritual
1) Debemos aprender del amor espiritual diligentemente.
Para producir el fruto perfecto del amor espiritual, debemos aprender la Palabra de Dios, en primer lugar. Es decir, como mínimo, debemos tener un conocimiento básico de la misma. He predicado sobre el amor espiritual varias veces. El mensaje más representativo es la serie de El capítulo del amor que explica los niveles básicos de amor descrito en 1 Corintios 13. Por ejemplo, el primer versículo del capítulo dice: «Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe». Como está escrito, debemos entender la importancia del amor espiritual. Asimismo, debemos aprender cada característica única del amor al detalle, como están descritas: «El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece». Conocerlas apenas y recordarlas vagamente como una cadena de palabras no es suficiente. Debes entender claramente el mensaje y equiparte con él. Solo escuchar o leer las lecciones una vez no es suficiente. Tienes que permitir que la Palabra penetre en tu vida y analizar tu vida con ella. Aunque ya hayas entrado en lo espiritual, debes armarte con los mensajes para poder llenar tu escasez y carencia de amor. Luego Dios te ayudará a discernir cuando se trata de lo que tienes en el corazón, qué decir y qué hacer por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo obrará por ti para que disciernas entre el amor espiritual y el amor carnal y entre buscar el beneficio de los demás y buscar tu propio beneficio.
2) Debemos practicar el amor espiritual con diligencia.
Juan 13:34 dice: «Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros». En 1 Juan 3:18 leemos: «Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad».
No solo debes conocer y comprender el amor de Dios, sino que tienes que practicar el amor por los demás. Debes ayudar a los necesitados mediante el ahorro de lo que tienes. Incluso si nadie te agradece a ti o lo que haces, debes ayudar a los demás con alegría y gratitud sincera. Mientras trabajas de modo voluntario, debes sacrificarte a tí mismo con todo tu cuerpo para el reino de Dios sin deseo de recibir elogios de otros o para lucirte a ti mismo. También, es necesario orar con paciencia para aquellos que poseen una fe débil hasta que crecen y cambian, y tú debes ayudarlos. También debes orar por las personas que te dan un mal momento, sin odio ni resentimiento.
Debes observar cualquier tipo de fallo de los demás con un corazón que es tierno y amable como el algodón. Debes sentirte feliz cuando otros están mejor como si fueras tú el que está mejor. Debes dar cosas buenas a los demás primero sin importar su tamaño y debes poner el beneficio de los demás antes que tus propios beneficios. Debes tratar de no enojarte, incluso cuando pareces incapaz de hacerlo, y no debes juzgar ni condenar. No debes tener ningún tipo de malos pensamientos.
Debes soportar, creer y esperar todas las cosas, incluso si enfrentas pruebas. Cuando practiques lo que aprendas acerca del amor espiritual, podrás poseer el amor espiritual (Filipenses 4:9).
Amado hermano en Cristo: Anhelo que en el 2018 seas lleno del amor espiritual y que recibas respuestas a lo que pides. Yo ruego en el nombre del Señor que, al hacerlo, compartas el amor eternamente con Dios y el Señor como verdadero hijo de Dios en la Nueva Jerusalén.
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