La fe es la certeza de lo que se espera
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Marcha 25, 2018 |
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Pastor Principal, Dr. Jaerock Lee
«Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos» (Hebreos 11:1-2).
El capítulo 11 de Hebreos explica lo que es la fe y cómo los antepasados de la fe lograron recibir de Dios sus respuestas. En cuanto a la definición, leemos: «Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve».
Profundicemos más el estudio de la fe y cómo podemos recibir respuestas a través de la fe.
1. La fe espiritual para la que nada es imposible
Pese al desarrollo de la ciencia y la medicina, el tipo de enfermedades y los problemas que la humanidad no puede manejar han aumentado hoy. El número de enfermedades recién descubiertas ha aumentado, y se han producido accidentes y desastres interminablemente alrededor del mundo. Muchas personas han muerto de enfermedades terminales o incurables. Algunas personas han perdido la riqueza y la fama de la noche a la mañana. En este mundo carnal, solo se puede ser confinado a los límites ya que es imposible tratar con los problemas que van más allá de la capacidad humana.
No obstante, en el mundo de la fe, las cosas que ustedes esperan se harán reales, y las cosas invisibles se harán visibles. Este es el mundo espiritual. Es el mundo sin limitación, donde nada es imposible, sin importar en qué tipo de realidad se encuentra. Es el mundo donde el poder de Dios el Todopoderoso funciona. La Biblia nos habla sobre el tipo de personas que pudieron experimentar el mundo de la fe, a quiénes Dios consideró como personas de fe y cómo Dios las llevó a recibir respuestas y bendiciones. Naamán fue uno de los buenos ejemplos, que se explica en 2 Reyes 5.
2. Las razones por las que Naamán pudo recibir respuestas
Naamán era el general del ejército del rey de Aram. A pesar de que era el siguiente en rango ante el rey, él fue afectado con una enfermedad que no podía curarse con métodos humanos. Él era un leproso, pero fue sanado por el poder de Dios. Mientras muchos leprosos en Israel no fueron limpiados, Naamán hizo descender la respuesta de Dios y quedó limpio, aunque él no había conocido antes de Dios (Lucas 4:27). ¿Por qué? En primer lugar, tenía bondad en el corazón
La mayoría de las personas no escuchan a los demás cuando están en una posición alta porque sus corazones se envanecen. Sin embargo, Naamán tuvo suficiente bondad para prestar atención a las palabras de una joven sirviente.
Él escuchó a la joven que había sido tomada prisionera de Israel. Ella le dijo: «Me gustaría que mi amo fuera con el profeta que está en Samaria. Entonces él lo sanaría de su lepra». Al oír esto, él viajó a Israel para encontrarse con Eliseo, el profeta de Dios. En segundo lugar, mostró su fe al preparar las ofrendas con todo su corazón.
Naamán partió para Israel y se llevó consigo diez talentos de plata, y seis mil siclos de oro y diez mudas de ropa (2 Reyes 5:5). Él no quería cosechar lo que no había sembrado o más de lo que él había sembrado. Él preparó sinceramente ofrendas que eran adecuadas para su posición con un fuerte deseo de ser sanado (Mateo 6:21). Dios aceptó la intención en sus ofrendas, lo consideró como muestra de su fe y lo bendijo para que pudiera cosechar lo que había sembrado.
En tercer lugar, obedeció la Palabra de Dios que recibió a través del profeta.
Eliseo no se presentó ante Naamán aunque Naamán viajó desde un lugar lejano para visitar a Eliseo. El profeta solo le envió un mensajero, diciendo: «Ve y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne será restaurada y quedarás limpio». Ya que en esos días Naamán se enfocó en los límites carnales, no le fue posible creerle a Eliseo. Él incluso pensó que Eliseo lo despreciaba y dijo que iba a regresar a su propio país (2 Reyes 5:10-12).
Sin embargo, sus siervos intentaron detenerlo y que se fuera con las manos vacías (2 Reyes 5:13). Cuando hablaban con él, le llamaban «padre», por lo que podemos suponer que trató a sus siervos con amor y generosidad virtuosa como trataba a sus propios hijos. Sus sentimientos parecían estar lastimados al momento, pero él cambió su parecer a causa de las palabras de sus siervos y obedeció a Eliseo. En cuarto lugar, obedeció sin titubear hasta el final.
¿Por qué Eliseo le dijo a Naamán que se lavara siete veces en el Jordán a través de su mensajero en lugar de reunirse con él? El número «siete» significa el cumplimiento, y el «agua» representa la Palabra de Dios. Por lo tanto, lavarse siete veces en el Jordán significaba obedecer la Palabra de Dios por completo.
Naamán obedeció perfectamente la Palabra de Eliseo y al final experimentó la obra de Dios. Después de sumergirse siete veces en el Jordán, se encontró con que su piel fue restaurada como la piel de un niño, y quedó limpio (2 Reyes 5:14). Debido a que creyó la palabra del profeta Eliseo y obedeció sin titubear hasta el final, logró recibir la respuesta de parte de Dios.
En quinto lugar, él retribuyó la gracia recibida.
Después de que él fue sanado de la lepra, Naamán regresó a Eliseo con su compañía y expresó su agradecimiento. También confesó que Dios es la única verdadera deidad en la tierra (2 Reyes 5:15-17).
Nadie le había enseñado la ley de Dios, y nadie le había hablado sobre Dios. Pero a través de esta experiencia única, él llegó a creer firmemente que el Señor de Israel es el único Dios verdadero. También pidió perdón al Señor porque él tendría que inclinarse en la casa de Rimón cuando su amo fuera allí y se inclinara sobre su mano (2 Reyes 5:18).
Él tenía un corazón que fue lo suficientemente bueno como para recordar y retribuir la gracia que Dios da y no traicionar a Dios, por lo tanto, Dios lo escogió y le permitió glorificarlo.
3. La fe como una senda para hacer descender el poder de Dios
Cuando se enfrentan con dificultades, la mayoría de personas puede decir: «No puedo hacerlo. Este caso es aplicable solo a los que tienen una gran fe». Sin embargo, las respuestas pueden ser para todos los que creen verdaderamente a Dios. La fe es un cable que te conecta con Dios el Creador, y es también una senda para hacer descender el poder de Dios.
Por lo tanto, al orar y pedir con fe, recibirás (Marcos 11:24) y nada podría ser un problema. Es porque cuando se tiene fe en Dios, la ley del mundo espiritual donde nada es imposible es aplicada.
Si pides ganancias financieras y no las recibes, es porque pides con motivos incorrectos, como para que puedas emplearlas en placeres personales (Santiago 4:3). No se puede decir que tienes fe si le pides algo para gastarlo en tus placeres. También demuestra que no te has preparado como un vaso apto para recibir respuestas. Por lo tanto, en este caso, Dios no te puede dar la respuesta, sin importar cuánto te esfuerzas por mostrar tu fe.
Querido hermano en Cristo: no debes decir simplemente con tus labios: «Yo sí creo», sino que debes mostrar la prueba de tu fe. La prueba es obedecer a cosas que te cuesta obedecer, creer que las cosas que esperas se harán reales, y creer en los 66 libros de la Biblia. Ruego en el nombre del Señor, que al creer perfectamente en Dios muestres la prueba de tu fe y que glorifiques a Dios en gran manera.
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