Por la Palabra de Dios
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Abril 08, 2018 |
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Pastor Principal, Dr. Jaerock Lee
«Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan» (Hebreos 11:6).
Solo porque ustedes dicen que creen en Dios, no harán que suceda la obra de Dios. Es necesario pasar por el proceso de mostrar su fe hasta obtener las cosas inalcanzables que han esperado y hacer visible lo invisible.
El capítulo 11 de Hebreos narra la fe de los antepasados que recibieron respuestas y bendiciones de Dios siguiendo la ruta llamada la «Palabra de Dios». Vamos a profundizarnos en la fe para vivir perfectamente por medio de la Palabra de Dios a través de la fe de Abel, Enoc y Noé.
1. Antepasados de la fe que obedecieron la Palabra de Dios
1) Por la fe, Abel obtuvo el testimonio de que él era justo.
Adán y Eva fueron expulsados del huerto del Edén a la tierra como resultado de su incapacidad para tener en cuenta la Palabra de Dios y por su desobediencia. Entonces, ellos enseñaron sinceramente la Palabra de Dios a sus cariñosos hijos. Repetidamente les dijeron que tenían que ofrecer sacrificios de sangre mediante la muerte de animales por el perdón de sus pecados (Romanos 6:23; Hebreos 9:22).
No obstante, con el paso del tiempo, su hijo Caín llevó una ofrenda del fruto de la tierra a Dios, mientras Abel continuó obedeciendo a la Palabra de Dios y llevó los primogénitos de su rebaño y su porción de grasa, que fue la ofrenda de sangre.
Así, Dios miraba con agrado a Abel y sus ofrendas, pero no miraba con agrado a Caín y su ofrenda. Caín tuvo celos de su hermano Abel y eventualmente lo mató. Con relación a este incidente, Hebreos 11:4 nos dice: «Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella». El sacrificio ofrecido en el tiempo del Antiguo Testamento es sustituido ahora por el servicio de adoración, y así como la gente en aquellos tiempos tuvo que ofrecer el sacrificio según la Palabra de Dios, debemos también ofrecer servicios de adoración de acuerdo con la voluntad de Dios (Romanos 12:1; Juan 4:24).
Hoy, algunas personas parecen ofrecer servicios de adoración que Dios no mira con agrado, pues son parecidas a la ofrenda de Caín. Pueden orar o alabar, pero es solo con sus labios. Ellos pueden tener pensamientos vanos y se duermen mientras escuchan el mensaje. Posiblemente no ofrecen sus diezmos y las ofrendas, o pueden dar solo en la medida que ellos quieren dar (Malaquías 3:8). Aunque confiesan que guardan el día del Señor, solo asisten al servicio por la mañana o solo por la noche con la excusa de estar demasiado ocupados para asistir a ambos. Sin embargo, creen que guardan el día del Señor.
Vivir de acuerdo a la Palabra de Dios no les causará una pérdida, tal como el caso de Abel. Más bien es el sabio camino que conduce a la bendición de Dios (Deuteronomio 28).
2) Por la fe, Enoc obtuvo el testimonio de que él era agradable a Dios.
Enoc fue santo y perfecto, lo suficiente para caminar con Dios por trescientos sesenta y cinco años (Génesis 5:21-24). Fue incluso tomado vivo, sin morir. Es porque él había rechazado todos los pecados y se santificó. La ley espiritual, que en Romanos 6:23 estipula que «La paga del pecado es la muerte», no era aplicable a él. Él actuó según la Palabra de Dios en cada asunto. Por la obediencia a la Palabra y el logro obtenido de la santidad, él se ganó el título de ser agradable a Dios.
Algunos creyentes pueden preguntarse cómo es posible que el ser humano viva tan solo por medio de la Palabra de Dios y que deseche todo pecado, pero es la voluntad de Dios que nos asemejemos a él y que lleguemos a ser perfectos y santos al despojarnos del pecado y alcanzar la santificación (1 Pedro 1:15; Mateo 5:48). Si en verdad aman a Dios, no podrán hacer nada más que poner en práctica Su Palabra (Juan 14:21). Solo cuando actuamos según la Palabra en cada asunto, como lo hizo Enoc, podrán obtener el testimonio de que son agradables a Dios.
3) Por la fe, Noé se convirtió en un heredero de la rectitud.
Alrededor de 1.500 años después de que Adán y Eva fueron expulsados del huerto del Edén por su rebelión, y comenzaron a vivir en este mundo, este ya estaba lleno del pecado y el mal. Aun en medio de una generación malvada, Noé no se había manchado por el mundo y mostraba reverencia a Dios (Génesis 6:9). Por esto, Dios planeó renovar el mundo a través de él.
Dios planeó salvar a su familia del juicio del diluvio y permitir que su descendencia se multiplicara. Así, Él hizo que Noé construyera un arca gigantesca para preservar a su familia y a todos los machos y hembras de los seres vivientes (Génesis 6:13-22).
Al construir el arca, Noé clamó y pidió a la gente que se arrepientan y se preparen para el juicio inminente. Pero siguieron pecando, y en vez de arrepentirse, se reían de él. Ellos se burlaban de Noé diciendo que había construido aquella gran arca, aunque no llegaba la lluvia. Aunque su pecado había ido más allá del límite de anular la sentencia, Dios les dio siete días más, a fin de que las personas pudieran alejarse del pecado y no alcanzar el juicio. Pero nadie, excepto la familia de Noé, se arrepintió, y terminaron encontrándose con la muerte durante el diluvio.
De igual manera, a medida que las personas tratan de vivir por la Palabra de Dios, pueden enfrentar persecuciones o dificultades. Al principio pueden esforzarse para superarlas, pero algunos pueden renunciar y volverse al mundo, o incluso abandonar a Dios, cuando las cosas no mejoran, aunque el tiempo pasa o cuando las cosas empeoran.
Cuando las situaciones provocan desventaja, pueden perder la llenura del Espíritu, dejan de orar y descuidan las responsabilidades que Dios les ha encargado. Quizá dejen de creer en la Palabra de Dios hasta el final. Sin embargo, solo cuando se practica la Palabra sin titubear, a pesar de las persecuciones o las burlas, se puede ganar el amor de Dios y el reconocimiento y ser guiados por el camino de la bendición.
2. Poseer la fe con la que se puede poner en práctica la Palabra de Dios completamente
1) Usted debe demoler todas las especulaciones y pensamientos que causan dudas sobre la Palabra.
Para hacerlo, primero debe eliminar el mal en su corazón. Si males como la arrogancia, el orgullo, la terquedad o el engaño permanecen en su corazón, no será fácil destruir los pensamientos y las especulaciones que son la causa de que se tenga dudas acerca de la Palabra de Dios. Cuando hay conflictos con la Palabra, se tiene que examinar si los pensamientos y los conocimientos son realmente correctos y se debe practicar la bondad continuamente. Entonces, Dios les dará la gracia por la que pueden creer con sinceridad.
2) Deben leer, escuchar y aprender la Palabra de Dios.
En Romanos 10:17 leemos: «Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios». Deben escuchar la Palabra de Dios y hacer de ella el pan de vida. Entonces podrán descubrir y obedecer la voluntad de Dios. En otras palabras, el Espíritu Santo les ayudará a obedecer al traer la Palabra a su memoria. Si ponen en práctica la Palabra en su mente, serán llevados a la prosperidad en todas las circunstancias y a disfrutar la bendición que Dios da (Isaías 1:19).
3) Deben obedecer la Palabra con acciones.
Sin importar cuánto escuchan la Palabra y la guardan como mero conocimiento, es inservible a menos que la pongan en práctica (Santiago 2:22, 26). Por ende, deben practicar la Palabra que nos dice qué hacer, qué no hacer, qué debemos guardar y de qué debemos despojarnos. Y deben obedecer por completo sin utilizar sus propios pensamientos. Entonces, Dios les reconocerá su fe.
Queridos hermanos en Cristo: les exhorto a que obedezcan la Palabra de Dios y agraden a Él. Ruego en el nombre de nuestro Señor que al hacer esto puedan recibir todo lo que pidan y caminar con Él todo el tiempo.
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