La sabiduría de lo alto es conciliadora
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Diciembre 23, 2018 |
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 Dr. Jaerock Lee
Pastor Principal de la Iglesia Central Manmin
- Director del consejo, La Iglesia de la Santidad Unida de Jesucristo
- Presidente vitalicio, La Asociación Misionera de Avivamiento Cristiano Mundial
- Fundador y Director del consejo, Red Cristiana Global
- Fundador y Director del consejo, Red Cristiana Mundial de Médicos
- Fundador y Director del consejo, Seminario Internacional Manmin
- Fundador y Director del consejo, Seminario Teológico La Alianza Santidad
- Doctorado de ministerio, y Doctorado honorífico de Divinidades
- Sus sermones fueron transmitidos por el Sistema Cristiano de Transmisión y la Compañía Transmisora del Lejano Oriente.
- Condujo cruzadas en la ciudad de Nueva York, Washington D. C., Baltimore, Maryland, Los Angeles, y en Hawaii, en los EE.UU.; Japón; La India; Pakistán; Filipinas; Argentina; Honduras; Perú; Rusia; Alemania; Kenia; Tanzania; Uganda; la República Democrática del Congo; Jerusalén en Israel; y Estonia.
“En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es ante todo pura, pero también pacífica, indulgente, conciliadora, compasiva, fecunda, imparcial y sincera. Resumiendo: los artífices de la paz siembran en paz, para obtener el fruto de una vida recta” (Santiago 3:17-18, BLPH).
Dios dice a sus amados hijos “Guarden Sus mandamientos y hagan el bien, y yo los bendeciré”. Mientras que aquellos que son espiritualmente huecos no obedecen y solo buscan sus propios beneficios, los sabios guardan con gozo los mandamientos y hacen el bien porque conocen que la bendición dada por Dios es mucho más grande que la ganancia que puedan obtener a través de métodos del mundo.
Al guardar los mandamientos, hacer el bien, echar fuera la maldad para lograr la santificación y buscar la paz, usted puede llevar fruto de benignidad y conciliación. Estos dos elementos provienen de corazones generosos y de la libertad que usted puede tener en la medida que cultive su corazón en la verdad. Continuando con la sabiduría de la benignidad en la última edición, explicaré la sabiduría de la conciliación o la sabiduría de la disposición sumisa a doblegarse.
1. El significado espiritual de la ‘conciliación’ (o ‘docilidad’)
Aquí, ‘ser dócil’ espiritualmente significa ‘ser sumiso con una disposición a doblegarse’. Cuando usted es conciliador y se somete con una disposición a doblegarse, puede mostrar el aroma de un corazón bueno y hermoso a través de palabras y obras. Si su corazón está lleno de bondad y verdad, las palabras que da serán buenas palabras y todas sus obras serán hermosas.
Pero ser bueno no es sólo someterse suave y gentilmente todo el tiempo. También es ser fuerte e intrépido porque el corazón lleno con bondad y verdad tiene la autoridad de la luz para apartar las tinieblas. Así que, si tenemos docilidad en una disposición que se somete a doblegarse, eso es doblegarse ante una razón o juicio más elevado, podemos guiar a otros a la verdad y ayudarlos a controlar sus corazones. Por tanto, cuando los pastores y trabajadores que han llevado el fruto de conciliación dan un consejo a los miembros de la iglesia, la autoridad de sus palabras será diferente.
Sin el fruto de la conciliación, aunque usted aconseje a alguien y parece ser que entendió, pronto tal persona puede venir con problemas similares deseando escuchar la respuesta nuevamente. Incluso si usted hace su mejor esfuerzo para resolver sus problemas, puede ver que no ha cambiado. Pero si usted está dispuesto con sumisión a doblegarse, puede aclararle todas las dudas y pensamientos negativos que tenga dicha persona. Sólo con un par de palabras usted puede entender su situación y cambiar la dirección de sus pensamientos para tener pensamientos espirituales.
En otras palabras, la ‘conciliación’ no se trata sólo de ser bueno y amable, sino que es el alto nivel de bondad en el que podemos discernir y escoger lo que es más agradable a Dios por el Espíritu Santo cuando hay varias opciones que pertenecen a la verdad..
2. Tres características de ‘conciliación’
1) Da paz a otros discerniendo la cruz de sus problemas en base a la verdad.
En Lucas capítulo 12, una persona vino a Jesús y le pidió que le dijera a su hermano que dividiera equitativamente la herencia de sus padres con él. Pero Jesús le dijo en Lucas 12:15, “Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”. A menos que esta persona eche fuera su avaricia, tendrá constantemente conflictos con su hermano. También, sólo cuando pueda echar fuera su avaricia recibirá bendiciones de Dios. Entonces, Jesús le dio la respuesta espiritual al enseñarle el camino verdadero de la bendición.
En Daniel 5, el rey Belsasar de Babilonia estaba teniendo una fiesta. Trajo los vasos de oro que había tomado del templo en la casa de Dios que estaba en Jerusalén. Él tomó de ellas y adoró a sus ídolos. En ese momento, los dedos de la mano de un hombre de pronto emergieron y se comenzó a escribir algo en la pared del palacio. El rey estaba tan conmocionado que temblaba con temor. Dijo que daría una gran recompensa a la persona que pudiera interpretar la escritura y lo convertiría en el tercero más poderoso en el reino.
Daniel, quien había sido designado por Nabucodonosor, el padre del rey, fue convocado. Él fue capaz de leer y explicar lo que significaba. El significado era que el rey Belsasar actuó arrogantemente delante de Dios. Debido a esto, su reino sería dado a los Medos y los Persas. El rey le dio grandes recompensas a Daniel como lo prometió. Lo vistió con púrpura y lo hizo el tercero en poder en el reino.
Sin embargo, incluso después de escuchar la interpretación, él no se abocó a solucionar el problema para nulificar el juicio de Dios que se avecinaba. Sólo disfrutó su fiesta. En esa misma noche, él perdió su reino y fue asesinado por las fuerzas enemigas como Dios había dicho. Dios le advirtió con anticipación a través de ese incidente extraordinario, y Daniel le explicó con maravillosa sabiduría, pero no sirvió para nada. Debido a que el rey no aplicó la sabiduría a sí mismo, no pudo obtener ningún beneficio de ella.
Hay algunas personas que son como el rey, incluso hoy. Les gusta escuchar consejos pero no loa aplican a sí mismos. Entonces, sólo cuando usted cambia por sí mismo con acciones mediante la verdad y trata de ayudar a su familia y a las personas a su alrededor, podrá ayudarlos a cambiar por la buena sabiduría y guiarlos a la gracia de Dios.
2) Es discernir la voluntad de Dios calladamente y tener contentamiento.
Algunas personas muestran su descontento externamente cuando las cosas no salen como quieren o cuando están en situaciones difíciles. Se ponen nerviosas, cambia su color facial y hacen que los demás se sientan nerviosos también. Desahogan quejas y pueden también culpar a otros. Pero así no pueden resolver el problema. Este tipo de acciones sólo impide que experimenten las obras de Dios y también perderán el corazón de otros.
Sin embargo, aquellos que han cultivado la docilidad y la disposición de doblegarse no perderán la comodidad en sus corazones, incluso en situaciones difíciles (Filipenses 4:11-13). No son sorprendidos ni se ponen tristes. Simplemente disciernen calladamente la voluntad de Dios. Ya que la gracia de Dios que han recibido es abundante en ellos y debido a que están seguros del amor de Dios, pueden tener paz. Y eligen el mejor curso de acción que pueden en situaciones dadas.
Por supuesto, no significa que no estén nerviosos en lo absoluto. Más bien significa que en el fondo de su corazón no hay agitación, y están en paz porque confían en Dios. Cuando esa confianza es verdadera, Dios seguramente responderá y será glorificado (Romanos 8:28).
La fe no es sólo querer que Dios obre de la manera en que queremos que obre. Si en verdad creemos, tenemos que darnos cuenta de la voluntad de Dios al confiar en Él todo el tiempo. Y dentro de la voluntad de Dios tenemos que encontrar nuestro camino y actuar con fe. Si tenemos contentamiento en nuestras situaciones con docilidad y siguiendo la bondad, el Espíritu Santo siempre brillará en nuestro camino.
Esta es la sabiduría para experimentar las obras de Dios quien camina con nosotros incluso en el valle de sombra de muerte.
3) Es el carácter de no sólo obedecer la Palabra de Dios sino hacer más que lo que se espera de nosotros.
Aquellos que son conciliadores de corazón obedecerán la palabra de Dios porque aman a Dios. Más aún, bajo la guía del Espíritu Santo, ellos pueden discernir lo mejor en toda situación. Cuando Dios manda una cosa, ellos hacen dos o tres, o incluso más que eso, mediante el entendimiento del corazón de Dios. Cuando Dios mira hijos como estos, Él estará complacido y dirá “ellos son conforme a mi corazón”.
Algunas veces, usted quizá tendrá que elegir entre dos cosas. Por supuesto, si una es verdad y la otra es falsedad, usted obviamente tiene que escoger la verdad. Pero si ambas cosas son verdad, la mayoría de las personas querrán escoger la que ellos desean más. Pero si tenemos docilidad completa, seremos capaces de escoger cosas que pueden glorificar más a Dios. Seremos capaces de pensar cuál de los caminos agradará más a Dios. Este fue el caso de Daniel y sus tres amigos quienes fueron tomados cautivos a Babilonia cuando esta invadió el Reino del Sur de Judá.
En Daniel 1, ellos vivían en el palacio del rey de Babilonia y resultó que iban a comer de la comida escogida por el rey. Pero esta comida posiblemente contenía el tipo de alimentos inmundos que prohibida la Ley de Dios. Daniel y sus tres amigos pidieron al jefe de los oficiales un favor especial. Pidieron que les diera sólo agua y vegetales y que verificara su condición después de diez días. Ellos pudieron sólo haber hecho una concesión y comido los alimentos pensando “Estamos en Babilonia y esto está fuera de nuestro control”. Pero ellos no hicieron concesiones y voluntariamente pidieron comer sólo vegetales para no comer las cosas prohibidas por Dios.
Así que Dios obró de una manera que su apariencia fue mejor y más robusta que aquellos jóvenes que estaban comiendo de la selección del rey. Daniel y sus amigos también recibieron grandes bendiciones debido a su corazón, que escogió lo que es correcto y de mayor bondad. Más tarde pudieron alcanzar altos puestos siendo reconocidos por el rey.
A veces no es fácil elegir lo que es más correcto a los ojos de Dios. Incluso si escogemos lo que es de mayor bondad, podemos tener algunas dificultades en vez de bendiciones inmediatas. Pero incluso en esos momentos, debemos tener la fuerza de voluntad para aceptarlas sin quejarse. Podemos hacer esto sólo cuando tenemos una confianza fuerte en Dios. Además, tenemos que entender qué tipos de actitudes tuvieron Daniel y sus amigos hasta que fueron capaces de pedirle tal favor a jefe de oficiales. Ellos fueron muy buenos, fieles y amables ante el jefe de oficiales y ante otras personas. Habían acumulado suficiente medida de sus buenas obras de modo que en un momento crucial Dios pudo mover el corazón del jefe de los oficiales.
Cuando usted muestra su fe a los ojos de Dios, algunas veces necesita el entendimiento o la ayuda de otras personas. Suponga que quiere asistir a un evento de la iglesia pero no puede tomar un día libre del trabajo debido a su calendario de trabajo o porque tiene que asistir a una reunión familiar. Tiene que pedir un favor a otras personas o a sus familiares. Para hacerlo, usted tiene que acumular obras de bondad en su vida diaria. Usted debe trabajar diligentemente, ganar reconocimiento de los demás y no hacer daño a otros. También tiene que mover los corazones de sus familiares aunque no pueda asistir a la reunión familiar. Si usted sólo hace lo que quiere y les pide que lo entiendan, esto sólo es su avaricia.
3. El apóstol Pablo con abundante docilidad
1) Su deseo de no ocasionar que las almas tropezaran.
Incluso antes de que conociera al Señor, guardó la Ley de Dios completamente. Después de conocer al Señor, dio todo de sí mismo y no disfrutó incluso las cosas que pudo haber disfrutado por causa del evangelio. Por ejemplo, 1 Corintios 8:13 dice: “Por lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi hermano”.
En esa época, había mucha idolatría en Corinto, y en muchos mercados vendían la carne que había sido ofrecida a los ídolos. Resulta que la gente a menudo compraba algo de carne que había sido ofrecida a un ídolo sin saberlo. Y se preguntaban si esto sería aceptable a Dios. Por supuesto, si el creyente sabía que había sido ofrecida a los ídolos, sería mejor que no la comiera. Pero si no sabía de dónde venía o no podía evitar comerla, incluso si comía la carne, no era un pecado (Romanos 14). Él solo la comía como alimento, no como parte de una participación en la idolatría.
Pero a aquellos que tenían una fe débil, les podría haber desagradado comer lo que una vez fue ofrecido a los ídolos. También, con sólo ver al apóstol Pablo comiendo esa comida, ellos podrían haber pensado que él estaba participando en idolatría. O podrían haber pensado “Ah, si una persona como Pablo puede comer lo que ha sido sacrificado a los ídolos, entonces yo también puedo comerlo”. En la fe de Pablo, no había problema si lo comía, pero él dijo que no comería esa clase de comida en el temor de que alguien que lo viera pudiera tropezar. Él dijo que prefería no volver a comer ningún alimento para evitar que algún alma tropezara.
2) El deseo de su corazón de renunciar a su derecho y autoridad.
El apóstol Pablo renunció a su derecho de darse sus gustos y de casarse como otras personas lo hacían para que tales cosas no se interpusieran en su predicación del evangelio. Él incluso renunció al derecho de ser apoyado por los creyentes. De hecho, a los pastores fueron se les proporcionaron las necesidades de los miembros la iglesia para consagrarse a sí mismos a la Palabra y la oración. Pero Pablo trabajó y cubrió sus necesidades él mismo. Por supuesto, había varias otras razones para esto. Pero por encima de todo él no quería ser carga para los hermanos debido a su amor por ellos.
Dios estaba complacido con Pablo y le permitió manifestar más obras poderosas que otros apóstoles. También, Dios le dio una inspiración más clara y mayor sabiduría de modo que pudo dar respuestas claras a las preguntas de los hermanos. Y con grandes obras poderosas, él pudo llevar innumerables almas a la salvación y en la dirección que Dios deseaba.
Cuando usted cumple con el corazón de la conciliación y sumisión con una voluntad a doblegarse, puede escoger lo bueno todo el tiempo. Usted escogerá lo bueno no porque tenga cierto propósito subyacente o porque alguien esté mirándolo. Es sólo porque usted quiere complacer más a Dios. Es decir, la bondad que llena su corazón sobreabunda y sale naturalmente en sus palabras y acciones. Los pastores y los líderes deben lograr este corazón de conciliación porque deben mostrarse como buenos ejemplos en todo y algunas veces hacer algo que ellos no están obligados, para glorificar a Dios.
Por tanto, cuando hacemos algo, incluso si pertenece a la verdad, debemos comprobar humildemente si es correcto a los ojos de Dios una vez más y escoger lo que sea más agradable a Él. Luego, podemos hacer todo con más sabiduría. Si podemos escoger cosas que son más agradables a Dios, esa es una verdadera sabiduría. También, podemos discernir lo que es más agradable a Dios en la medida que nos deshagamos de motivos egoístas.
Amados hermanos en Cristo: Cuando alcancen el cielo eterno, ustedes confesarán con lágrimas la gratitud y amor por Dios quien recuerda cada una de sus esperanzas y les brinda hermosas moradas y recompensas. Oro en el nombre del Señor para que reciban la sabiduría de la conciliación para escoger lo que agrada a Dios y entrar en la Nueva Jerusalén, el reino celestial más bello.
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