La sabiduría de lo alto es inquebrantable sin hipocresía
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Febrero 24, 2019 |
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Dr. Jaerock Lee
Pastor Principal de la Iglesia Central Manmin
“En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es ante todo pura, pero también pacífica, indulgente, conciliadora, compasiva, fecunda, imparcial y sincera. Resumiendo: los artífices de la paz siembran en paz, para obtener el fruto de una vida recta” (Santiago 3:17-18, BLPH).
Un día, una mujer abordó un tren con un libro y un bocadillo y descubrió que su asiento estaba a un lado de un joven que lucía rudo. Después que el tren arrancó, ella estaba leyendo su libro. Luego, vio al joven comiéndose el bocadillo que ella traía. Ella pensó: “¡Él se está comiendo mi bocadillo incluso sin preguntarme! Mira su apariencia. Yo supuse que pasaría algo como esto”. Trató de mostrar su descontento pero a él no le importó y siguió comiendo. Ella incluso se estiró para tomar algo del bocadillo para mostrar que era suyo, pero al hombre no pareció importarle. Cuando el tren estaba a punto de llegar, el hombre cortó el pedazo que quedaba a la mitad y le dio una mitad a ella. Luego, salió del tren sin decir gracias o disculpe. Ella estaba atónita. Ahora estaba empacando para salir también. Quedó conmocionada cuando vio que el bocadillo que ella había traído estaba en su bolso. No fue aquel hombre, sino ella, quien comió del bocadillo de otra persona sin preguntar. Como se demostró en este caso, si tenemos predisposición o prejuicios, esto puede ocasionar que pensemos que algo no es verdad cuando sí lo es. Ya que la mujer pensó que el hombre lucía rudo y amenazante, rápidamente sacó la conclusión de que él tomó su bocadillo y lo comió. Ni siquiera verificó su bolso y pensó que él era una persona extraña ¡aunque fue él quien se portó amable con ella! Entonces, seamos siempre conscientes de que cuando vemos a las personas y las cosas con un corazón inquebrantable, podemos acercarnos a la verdad.
1. Un corazón inquebrantable requiere misericordia
Con un corazón inquebrantable, usted puede ver todo con una integridad estable y sin parcialidad. Si usted es inquebrantable en todo, entonces no es voluble y sus actitudes no cambian de acuerdo a las apariencias de otras personas, su estado financiero o su educación. Para lograr este carácter inquebrantable necesitamos misericordia. Incluso si sabemos mucho de la Palabra de Dios, no podemos ponerla en práctica apropiadamente sin el amor y la misericordia. Por ejemplo, usted ha aprendido en la Palabra de Dios que debe amar incluso a su enemigo. Pero puede no ser fácil para usted amar a alguien si le hace daño o si hace algo que usted no comprende. Esto es debido a que usted puede tratar de ajustar la actitud de esa persona para acomodarla a sus propios gustos, personalidad o rectitud centrada en sí mismo. La imagen de uno mismo puede parecer gorda en un lente convexo, mientras que la misma persona se ve delgada a través de unos lentes cóncavos. ¿Qué pasa si usted determina que una persona es gorda o delgada viendo la apariencia a través de uno de estos lentes? Usted podría decir “yo sólo digo lo que veo”. Pero lo que usted dice no es la verdad del asunto y puede ser una mentira ya que usted está diciendo algo diferente a la verdad. Su mentira también puede herir los sentimientos de alguien. Esto es especialmente cierto en la medida que le falte amor y misericordia y puede ocasionar que se incline a vacilar fácilmente. Usted puede fácilmente juzgar o condenar a otros cuando sus palabras o acciones no están de acuerdo con las suyas. Si usted los ve desde su inclinación, no puede sino decir algo diferente a la verdad acerca de ellos. Quien tiene integridad, amor y misericordia no critica a los demás, no importa lo que hayan hecho. Esto es porque desea aceptarlos con misericordia. Mientras que la misericordia lleva buenos frutos que dan vida, las fluctuaciones distorsionan la verdad en el juicio y condenación y trae fruto de maldad que quita la vida. Este fue el caso con los fariseos y escribas en el tiempo de Jesús. Ellos estaban orgullosos de que eran muy conocedores en la Ley y que enseñaban la Palabra de Dios al pueblo. Pero ellos interpretaban la Ley dentro de sus propias perspectivas con prejuicios y si alguien hacía algo de manera diferente desde sus perspectivas, lo condenarían como un pecador. Cuando Jesús sanó a una persona enferma en el día de reposo, ellos interpretaron el acto como una infracción al día de reposo. El significado verdadero de guardar el día de reposo no era prohibir todo tipo de trabajo, sino tomar un descanso espiritual. Sanar a los enfermos, predicar el evangelio y revivir almas no es una labor que busque el beneficio personal. Sino que es algo bueno que tenemos que hacer en el día de reposo. Pero los fariseos y los escribas juzgaron en sus vacilantes corazones a Jesús por infringir la ley del día de reposo. Finalmente, ellos llegaron a la conclusión que Jesús estaba en contra de Dios, lo cual era totalmente falso.
2. Ser inquebrantable le lleva a ver todo con integridad y sin parcialidad
Muchas personas pueden no ser capaces de darse cuenta que ellos a menudo llevan el fruto de la hipocresía debido a su corazón vacilante. Por ejemplo, suponga que dos hermanos jóvenes tienen una pelea. Si usted le preguntara al hermano más grande “¿Por qué peleabas?” él le diría “¡Mi hermano me pegó primero!” Si se basa en su palabra, usted pensará que fue culpa del hermano menor. Pero si le preguntara al hermano menor, él podría decir “¡Él trató de quitarme mi juguete y por eso le pegué!” Si usted regaña al hermano menor después de escuchar únicamente al hermano mayor, el hermano menor se sentirá victimizado. Y si los padres tendemos a amar al hermano mayor o si el menor usualmente es el que causa problemas, ellos le creerán al mayor. Pero los padres sabios deben ver todo con integridad y carácter sin parcialidad. Además, algunas personas distorsionan la verdad para su propio beneficio o en sus propios pensamientos. Debido a la vacilación dentro de ellos, pueden mentir o actuar con hipocresía sin incluso darse cuenta. Por ejemplo, suponga que usted escucha que alguien que usted ama ha sido acusado de hacer algo malo. Es muy probable que esté en desacuerdo inmediatamente diciendo “¡La persona no pudo haber hecho tal cosa!” O quizá sólo quiera cubrir la falta de esa persona diciendo que debe haber alguna buena razón. Sin embargo, si esa persona es alguien que a usted no le agrada, quizá sólo crea la acusación aunque en realidad no sea cierta. Usted incluso podría pensar ‘Esa persona cometió un error similar antes, y lo ha hecho otra vez’. Más aún, usted puede incluso justificar sus resentimientos contra él diciendo “De cualquier modo por eso es por lo que nunca me agradó”. Debido al carácter ‘vacilante’ de parcialidad en vez de tratar de discernir la verdad, usted sólo tiende a creer incluso lo que es malo y enjuiciar a dicha persona. Déjeme darle otro ejemplo. Suponga que una persona pasó y no lo reconoció. Esa persona pudo haber estado ocupada, o quizá estaba preocupada en sus pensamientos. Pudo haber tenido una visión deficiente o sólo trataba de evitar a las personas en ese momento. Pero si usted no tiene amor y misericordia hacia esa persona, probablemente hará juicio contra ella. Usted podría pensar que es desatenta o lo interpreta de otra manera dentro de su propia experiencia y sentimientos. En la medida que nos falte misericordia y amor, usaremos pensamientos carnales dentro del contexto de la vacilación. Luego, no podemos escuchar la voz del Espíritu Santo y nuestros ojos serán cubiertos y no podremos encontrar la verdad. O en una situación usted tiene que escoger entre cosas: si ya está inclinado a lo que le gusta, su discurso también se inclinará a esa dirección. Entonces, quizá usted no pregunte cuál es realmente la voluntad de Dios, sino que sólo preguntará acerca de si puede proceder con lo que le gustaría hacer. No importa qué tipo de consejo usted escuche de otros, usted sólo lo interpretará como que es lo que usted quiere. También hay algunas personas que sólo dicen las cosas que son benéficas para ellos. Por tanto, cuando usted de una opinión en consejería, debe discernir correctamente.
3. Para lograr el corazón inquebrantable sin parcialidad
Cuando tiene un problema con alguien, usted puede decir que dicha persona es la única causa del problema. Pero si usted escucha directamente de esa persona, puede ser una historia diferente. Y al escuchar sólo desde un lado, no puede ver todo imparcialmente en integridad. Profundicemos ahora sobre cómo lograr el corazón de imparcialidad y un carácter inquebrantable libre la parcialidad.
1) Inclinarse hacia el débil también puede ser parcial.
Éxodo 23:3 dice: “Tampoco inclines tu testimonio en favor de una persona solo porque sea pobre” (NTV). Aquí ‘pobre’ se refiere a todas las personas que son débiles y menos poderosas así como aquellos que son literalmente pobres. Por supuesto, no debemos ser parciales hacia el rico o hacia aquellos con poder para nuestro propio beneficio, sino que no debemos ser parciales hacia el débil y el pobre sólo porque lo son, y usted no debe ser parcial hacia aquellos que le son cercanos. Dicha parcialidad hace que sea difícil que haga un juicio atinado. Cuando un hombre fuerte y uno débil pelean entre sí, las personas usualmente piensan que es más apropiado ponerse del lado del débil. Piensan que es algo cobarde y egoísta si se ponen del lado del fuerte o del rico. Pero para discernir la verdad, no debemos inclinarnos hacia ningún lado. Dios no quiere que nos desplacemos a la izquierda o a la derecha. Quiere que discernamos lo que es correcto o incorrecto, y que percibamos con los ojos del amor y la compasión. 2) A menos que hayamos visto o escuchado personalmente algo, nunca debemos juzgar nada sólo por escucharlo de alguien más.
Especialmente acerca de objetos o personas con las que hemos tenido prejuicios, es difícil discernir la verdad correctamente, incluso si hemos visto y oído algo nosotros mismos. Más aún, si sólo juzgamos a otros a la ligera o sacamos conclusiones sólo por escuchar a alguien más o con algunas especulaciones, posiblemente estaremos muy mal. Es fácil hacer un juicio equivocado si creemos lo que escuchamos de otras personas sin examinar todo imparcialmente. Cuando está involucrado algo muy benéfico para usted, es más probable que haga un juicio deficiente. Por ejemplo, suponga que usted está invirtiendo en un negocio. Si usted invierte una gran cantidad de dinero sólo basándose en un rumor de alguien, ¿A quién podrá culpar si le estafan su dinero o si sufre una gran pérdida? En este caso usted debe realizar una investigación minuciosa al respecto. Usted tendrá que verificar la información muy cuidadosamente de si su socio es confiable y si el negocio puede generar realmente el ingreso, etc. De la misma manera, cuando somos cuidadosos acerca de lo que vemos, escuchamos y discernimos, podemos hacer que nuestro corazón sea más recto y más justo.
3) Tenemos que echar fuera los rencores y los motivos centrados en uno mismo.
La mayoría de las personas tenemos normas más indulgentes para aquellos que están cerca para aquellos que los tratan bien. Por ejemplo, si alguien que no es muy cercano a nosotros rompe las reglas, decimos “Él es arrogante. Él no sigue las reglas y actúa con falta de decoro”. Pero si sus familiares o amigos cercanos rompen las reglas, usted puede pensar que deben tener una buena razón. Entre no creyentes, cuando sus hijos son golpeados fuera de casa, sus temperamentos se encienden primero antes de pensar acerca de quién está bien y quién mal. No piensan si sus propios hijos golpearon a otros niños y sólo se enojan porque sus propios niños han sido golpeados. Entonces, tenemos un dicho “Las peleas de los niños pronto se convierten en las peleas de los padres”. O cuando la gente odia a alguien, quizá también odia su idea. Pero cuando a ellos les agrada otra persona, es más probable que sean flexibles acerca de la idea de la persona. Si usted tiene esa parcialidad con prejuicios, a menudo cubre sus ojos. Por tanto, usted necesita verificar si tiene rencores o motivos egoístas en su corazón cuando dice o hace algo. Cuando trata con alguien relacionado a aquellos a quienes ama o son cercanos, necesita ser más imparcial en sus palabras y acciones. Más aún, si ustedes son superiores, debe ser más cauteloso, porque otras personas pueden pensar que sus acciones o palabras vienen de sus pasiones y deseos aunque piense que puede tener un buen discernimiento sin vacilación.
4. La sabiduría inquebrantable sin hipocresía ve todo en bondad y verdad
Cuando usted echa fuera la maldad y se santifica, puede discernir el corazón de las personas y el contexto de situaciones. Usted puede discernir sus corazones basándose en la verdad y no hacer juicio con maldad, de modo que pueda ver la verdad. Por tanto, necesita santificarse para saber la voluntad de Dios sin vacilación. Esto significa que debe alejar todo tipo de maldad como odio, enojo, celos, avaricia, juicio, condenación, orgullo y arrogancia. Cuando usted se santifica y ve, siente y piensa acerca de todo en bondad, podrá discernir sin parcialidad. Usted no hará juicios o condenación debido a que piensa acerca de todo en bondad y basado en la verdad. De lo contrario, usted puede juzgar a otros por sus propios estándares y malentenderlos o herirlos. Jesús dijo en Mateo 7:5: “¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano”. Cuando a usted le falta amor, puede ver la paja de otras personas en su vacilación e hipocresía aunque tenga un pecado más grave, como la “viga”. Por tanto, usted debe cultivar rápidamente amor y misericordia en su corazón de modo que nunca haga juicio o condenación en una parcialidad con vacilación.
Amados hermanos en Cristo, oro en el nombre del Señor que usted aleje el pecado y la maldad de lo profundo de su corazón y por tanto obtener sabiduría para ver y discernir todo con integridad e imparcialidad a través de los ojos del corazón que es claro como el cristal y hermoso como la piedra preciosa más fina.
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