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Mostrando paz y llevando rectitud

Noticias Manmin   No. 270
3025
Marcha 24, 2019


Dr. Jaerock Lee


“En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es ante todo pura, pero también pacífica, indulgente, conciliadora, compasiva, fecunda, imparcial y sincera. Resumiendo: los artífices de la paz siembran en paz, para obtener el fruto de una vida recta” (Santiago 3:17-18, BLPH).


Si alguien está enojado, ¿Qué piensa que haría un hombre sabio para esa persona? El hombre sabio sería cuidadoso de no hacer o decir nada que pudiera provocarlo e incrementar su enojo. De lo contrario, haría que empeorara la situación. Mientras tanto, hay algunas parejas casadas con falta de sabiduría que a menudo hablan bruscamente de que deberían divorciarse durante pleitos sobre asuntos pequeños.
Exploremos sobre cómo entender y acoger a los demás en cualquier tipo de situación y cómo tener paz con todos con buenas palabras.


1. Un pacificador, aquel que siembra en paz ante Dios

Cuando cumplamos todos los aspectos de la sabiduría en Santiago 3:17: ser puros, pacíficos, amables, benignos, llenos de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre y sin hipocresía, seremos capaces de convertirnos en los pacificadores mencionados en el verso 18. Los ‘que hacen la paz’ se refiere a aquellos que tienen paz con Dios, esto es, aquellos que no tienen un muro de pecado interponiéndose con Dios. Tales personas, que pueden sembrar en paz ante Dios, pueden segar rectitud.
Las personas a veces piensan erróneamente que son sabias porque tienen paz aunque en realidad infringen la verdad y hacen compromisos con la injusticia. También infringen la Palabra de Dios debido a algún tipo de apego emocional con otros. Un buen ejemplo es una persona que actúa como el fiador de las obligaciones de otra persona o alguien que presta dinero a otros.
La Biblia nos dice que nunca seamos fiadores de las deudas de otra persona (Proverbios 22:26) y que no debamos a nadie nada, sino el amarnos unos a otros (Romanos 13:8). Pero si un amigo cercano le pide que sea su fiador o que le preste dinero para su negocio, algunos de ustedes olvidan estas palabras y desobedecen a Dios. Más aún, si un hermano en la fe les pide ayuda, quizá usted no sea capaz de negarse. Sin embargo, usted debe recordar que esto sólo lo meterá en problemas.
Por supuesto, si usted sólo da el dinero sin esperar que se lo regresen, puede estar bien. Pero algunos de ustedes prestan el dinero y esperan que se los paguen. Mientras tanto, si tiene un problema financiero, esto podría causar enemistad entre usted y la otra persona. Estas cosas suceden porque la gente prioriza tener paz con otras personas sobre tenerla con Dios. Por tanto, necesitamos distinguir claramente entre buscar la paz para la gloria de Dios y hacer compromisos para nuestro propio beneficio.
Los tres amigos de Daniel fueron llevados cautivos a Babilonia cuando eran jóvenes. Trataron lo mejor que pudieron vivir por la ley de Dios aunque estaban cautivos. Así que Dios les bendijo con sabiduría. Un día ellos escucharon que serían echados al horno de fuego ardiendo si no adoraban la estatua de oro que el rey había hecho. Para tener paz con el rey, ellos pudieron tan solo haberse inclinado ante la imagen una vez. Pero este es un pecado tan serio delante de Dios que esto hubiera roto la paz con Dios. Ellos escogieron seguir la paz con Dios arriesgando sus propias vidas y rompiendo la paz con el decreto del rey.
Y ¿Cuál fue el resultado? Dios reveló grandemente su rectitud. El furioso rey los hizo echar en el horno calentado siete veces más de lo usual. Pero ellos no sufrieron ningún daño en el horno ardiente, ni si quiera un cabello de sus cabezas se quemó. El rey, quien atestiguó el milagro glorificó en gran manera a Dios y los hizo prosperar en Babilonia (Daniel 3).
Cuando ellos mantuvieron la paz con Dios no sólo ellos recibieron las bendiciones. El rey y el pueblo que atestiguó ese milagro vinieron a reverenciar a Dios. Así que se convirtieron en pacificadores entre Dios y la gente.


2. Un pacificador que hace lo que es correcto a los ojos de Dios

Éxodo 15:26 dice: “Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos...” y esto implica que lo que es recto ante sus ojos es diferente a lo que es recto a los ojos del hombre.
Por ejemplo, la gente piensa que es justo vengarse de sus enemigos. Pero Dios nos dice que amemos a todos e incluso a nuestros enemigos. Esto es recto ante Sus ojos. La gente dice que alguien es justo si no abandona su propia justicia pero Dios no estima a quienes rompen la paz basados en que toman su propia justicia como la justicia.
Por ejemplo, si uno tiene odio, enemistades, celos, rencores, mente adúltera y avaricia en su corazón, pero no los revela con acciones. Entonces, la gente no mirará a esa persona como alguien impío hasta que cometa el pecado en acción. Pero Dios lo considera impío si él tiene maldad en su corazón aunque no cometa pecado.
Como dije, lo que es correcto a los ojos de Dios puede ser diferente a lo que es correcto a los ojos de los hombres. La justicia de Dios es mantener perfectamente los mandamientos de Dios, que nos dicen qué hacer y qué no hacer, qué mantener y de qué deshacernos (Eclesiastés 12:13). Sin embargo, la mayoría de las personas simplemente escogen hacer lo que es recto a sus propios ojos.
Proverbios 16:17 dice: “Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, Aun a sus enemigos hace estar en paz con él”. Esto indica que cuando primero tenemos paz con Dios, podemos tener paz con otras personas también. Si rompemos la paz con Dios para tener paz con los hombres, esto no tiene sentido. Ese tipo de paz puede romperse en cualquier momento y nos beneficia en ninguna forma.
Usted puede algunas veces enfrentar una situación donde debe escoger entre la paz con Dios por encima de la paz con los hombres. Por ejemplo, digamos que hay un rito ancestral durante los días festivos en Corea. Usted no se inclina ante un ídolo, pero de acuerdo a qué tan sabiamente actúe, el resultado puede ser diferente. Significa que si trata de persuadir sus familiares con palabras buenas y sabias por la ayuda del Espíritu Santo, esto es muy bueno. De lo contrario, usted también puede sólo quedarse en silencio. Si usted ora calladamente y acumula bondad ante Dios continuamente, entonces los familiares tendrán la oportunidad de recibir salvación.
Pero algunas personas actúan apresuradamente y no tienen éxito. Ellos insisten en sus propias opiniones con palabras fuertes o tienen discusiones con un temperamento acalorado para herir los sentimientos de los familiares. No importa lo correcto que ellos piensan que pueden estar, si hacen algo innecesario y ocasionan mayores problemas, esto no es sabio.


3. Cómo sembrar paz y soportar rectitud

El diácono Esteban, quien apareció en Hechos 7 no tuvo maldad de tal manera que oró por aquellos que lo estaban apedreando. Él fue apedreado hasta morir debido a que señaló las maldades del pueblo. Él llevó la verdad con el corazón de rectitud, pero las personas malvadas no pudieron soportarlo ya que él los señaló. Este acto fue justo a ojos de Dios, pero si él hubiera actuado sabiamente y evitado la situación, él pudo evitar perder la vida y pudo haber revelado mayor gloria de Dios y desempeñado un ministerio aún mayor.
Por otro lado, Jesús era perfecto en sus palabras y hechos. Él nunca culpó o criticó a las personas y nunca hizo nada descortés con nadie. Él hizo muchas obras pero nunca ocasionó ningún problema. Calladamente triunfó sobre todos y todas las cosas en bondad.
Sin embargo, nosotros podemos herir los sentimientos de otros o romper sus corazones en la medida que nuestras palabras y hechos sean menos perfectos aunque estemos esforzándonos para lograr el amor de Dios. Por tanto, necesitamos pensar realmente cómo actuó Jesús y cómo fue capaz de aplicar soluciones sabias a cada problema a partir de su sabiduría. Además de escoger lo que es más correcto a los ojos de Dios, tenemos que recibir buena sabiduría en los métodos. Luego, podemos tener respuestas y bendiciones más rápidamente y podemos tener paz con todos.
Ya que Jesús fue crucificado como expiación por nosotros, cualquiera puede tener el derecho a convertirse en hijo de Dios por la fe en su crucifixión y tener paz con Dios. Romanos 5:1 nos dice: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. Pero ser perdonado de pecados y justificado por la fe no es el paso final. Debemos crecer nuestra fe como fe verdadera acompañada por obras. Esto es, debemos alejar rápidamente el pecado y la maldad y cultivar la rectitud de Dios en nuestros corazones. Si no crecemos para tener fe acompañada de obras, y si nos mantenemos viviendo en pecado, entonces la paz con Dios será rota.
Dios hizo la paz con nosotros incluso sacrificando generosamente a su unigénito Hijo. Así que, una vez que usted es perdonado de su pecado, debe hacer lo que es recto a los ojos de Dios y no romper la paz con Él y edificar una relación de confianza más fuerte con Dios. Al hacer esto, usted puede llevar fruto abundante de rectitud como Abraham, el padre de la fe lo pudo hacer.


4. Bendiciones dadas a los pacificadores

Abraham, el padre de la fe, tuvo un corazón hermoso a los ojos de Dios que pudo adoptar a muchas personas. Un día, Abraham se quejó con Abimelec debido al pozo de agua que los siervos de Abimelec habían confiscado. Y Abimelec dijo que él no sabía quién lo había hecho. Entonces, Abraham no lo responsabilizó. La razón por la que Abraham se quejó no era porque él quisiera reprender a Abimelec o quisiera alguna compensación. Él sólo lo mencionó para evitar que tales cosas sucedieran nuevamente.
Abraham tomó ovejas y bueyes y los dio a Abimelec y ambos hicieron un pacto para que ellos no volvieran a tener un malentendido. Él señaló la falta de Abimelec pero aún así, persiguió la paz. Aunque él buscó la paz, trazó una línea clara. Cuando Abraham pagó el precio por el pozo a Abimelec, quien tenía que haber compensado el daño, él se rindió a Abraham desde el fondo de su corazón. Después de esto, él evitó que sus siervos confiscaran el pozo nuevamente (Génesis 21).
Abraham trató con todo de manera apropiada por la sabiduría de bondad. Él tuvo paz con todos e hizo todo de una manera que no ocasionara problemas. Si usted tiene tal sabiduría de bondad para hacer la paz, puede extender el reino de Dios más eficientemente. Esto es, usted puede ganar el corazón de aquellos que se oponen a usted, por la sabiduría de bondad y hacerlos sus partidarios. Esta sabiduría de bondad es dada cuando usted tiene un corazón generoso con el cual puede dar lo que tiene y hacer todo honestamente sin motivos egoístas.
Además, Abraham no tuvo falsedad y fue sincero. Él pudo obedecer a todo con tal que fuera la voluntad de Dios de modo que pudo tener paz con Dios. Por eso él no dudó ni se dio por vencido sino obedeció cuando Dios le dijo que abandonara su nación, su parentela y la casa de su padre para ir a la tierra que Dios le mostraría (Génesis 12). Ya que él tuvo tal corazón, Dios le prometió que multiplicaría grandemente su descendencia como las estrellas del cielo y la arena del mar.
Incluso cuando Dios le dijo que ofreciera a su único hijo, Isaac, quien él había tenido a la edad de 100 años, como una ofrenda quemada como un animal, él obedeció sin dudarlo, porque creía perfectamente en Dios, quien puede levantarlo de los muertos. Debido a que Dios conocía que podría obedecerlo, él preparó un carnero de modo que podía ofrecerlo en sacrificio quemado en vez de Isaac (Génesis 22).
Ya que Abraham sólo obedeció la Palabra de Dios, Dios estuvo con él y recibió bendiciones y prosperó a donde quiera que iba. También, cuando tenemos paz con Dios, Él nos guiará para tener paz con otras personas. Ya que Abraham tuvo paz con Dios, Lot, quien estaba con Abraham, recibió bendiciones.
Los israelitas recibieron perdón y misericordia de Dios gracias a Moisés, el líder de Éxodo. Cuando ellos se quejaron y cometieron un grave pecado de adorar la imagen de oro de un becerro en el desierto, Moisés imploró a Dios para que los salvara incluso si esto significaba ir al infierno en vez de ellos (Éxodo 32:31-32).
Así como lo hizo él, cuando usted guíe a otras personas a Dios y los guíe a tener paz con Dios, usted puede decir llamado un verdadero hijo de Dios. Es como dice en Mateo 5:9 “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios”.
José confió en Dios y realizó sus tareas diligentemente aunque fue vendido como un esclavo a un país gentil y fue encarcelado después de haber sido acusado falsamente. Dios le dio la capacidad de interpretar el sueño que tuvo el faraón de Egipto. Su sueño fue un aviso de los siguientes 7 años de abundante cosecha y los 7 años de hambruna que seguirían. Más aún, Dios le dio a José la sabiduría para prepararse bien para la hambruna. Al final, él se convirtió en el segundo gobernador después del faraón en Egipto. Él salvó a Egipto de los siete años de hambre y enriqueció al faraón. Incluso salvó a sus padres y hermanos y eventualmente abrió el camino para formar la nación de Israel.
Aquellos que tienen paz con Dios pueden recibir la sabiduría de Él. Con la sabiduría, pueden confortar a mucha gente en dificultades, darles paz y guiarlos al camino de la bendición. La sabiduría de Dios es la Palabra registrada en la Biblia. Usted puede recibir la sabiduría de Dios cuando logre la santificación al guardar Sus mandamientos y echando fuera la maldad y siendo guiado por el Espíritu Santo.

Amados hermanos en Cristo, la sabiduría de Dios es pura, pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía Usted debe recordar y completar todos los aspectos de la sabiduría. Usted debe, por lo tanto, tener paz con Dios, así como paz con otras personas.
La paz con Dios no sólo se trata de nuestra relación con Dios, sino también se relaciona con nuestra fidelidad en todos los aspectos. Cuando somos fieles en todos los aspectos con servicio, sacrificio, amor y generosidad virtuosa, podemos tener paz con todos. Entonces podemos tener confianza espiritual, recibir lo que pidamos y llevar fruto de bendiciones a todo lugar.
Oro en el nombre del Señor que usted permanezca en la paz y las bendiciones de Dios como pacificadores, cosechen fruto abundante de justicia y disfrute la gloria como la del sol en el cielo.


 

 

 
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