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La búsqueda de la felicidad

Noticias Manmin   No. 21
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Mayo 18, 2008


“Y Noemí dijo: He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella. Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a donde quiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios. Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos” (Rut 1:15-17).

Muchas personas dicen que las bendiciones son algo con lo cual unos nacen, pero la felicidad es algo limitado para ciertas personas solamente. No es algo que alguien hereda de sus padres o que sea determinado por su destino. La felicidad es algo que uno busca y encuentra.
Del “Libro de Rut” en el Antiguo Testamento aprendemos cómo una mujer llamada Rut encuentra la felicidad en medio de una vida miserable y sin esperanza. Dios desea que cada uno de nosotros sea sabio y viva una vida bendecida, de la misma manera que lo hizo Rut, por lo tanto, debemos buscar y encontrar nuestra propia felicidad. Entonces, ¿Cómo fue que Rut buscó y encontró la felicidad?

1. Rut cumple con su deber hasta el fin
Rut era una mujer gentil que vivió cuando los Jueces gobernaban sobre el pueblo de Israel después de la muerte de su líder Josué. Después del Éxodo, los Israelitas entraron a la tierra de Canaan, tierra que fluye leche y miel, pero grandes calamidades vinieron después de la muerte de Josué. Sin un líder fuerte, el pueblo de Israel estaba constantemente sujeto a invasiones por parte de los pueblos Gentiles y acompañado de agonía. Entonces la adoración a los ídolos empezó a introducirse en la vida diaria de su gente y años de malas cosechas, que los llevó a la extrema hambruna.
Una familia de Belén de Judea emigró a Moab para escapar de la terrible hambruna en Israel. Sin embargo, incluso después de su traslado, el sufrimiento persistió y Elimelec el patriarca murió en ese lugar. Siendo ahora una viuda, todo lo que Noemí tenía eran sus dos hijos. Los dos hijos de Noemí se casaron con mujeres de Moab pero casi una década después Mahlón y Quelión murieron inesperadamente, dejando sola a su madre y a sus viudas.
Tres viudas viviendo las dificultades de la existente hambruna. Entonces escucharon que Dios había dado comida a la tierra de Belén. Decidida a regresar hacia tierra natal, Noemí se embarcó en su viaje de regreso a casa con sus dos nueras. En el camino de regreso a Belén, Noemí, teniendo compasión de sus dos nueras viudas, les pidió que regresaran a su tierra y que vivieran en paz. La mayor de sus nueras, Orfa, regresó a su casa entre lágrimas pero Rut se “aferró” a Noemí.
Incapaz de persuadir a Rut para que regresara a casa de sus padres, Noemí regresó a Belén junto con ella. A pesar que no tenía ninguna esperanza, Rut sirvió a su suegra con gran devoción. Al escuchar sobre la dedicación de Rut con su suegra, Booz el pariente de Noemí mostró misericordia a Rut y le permitió recoger y juntar tras los segadores entre las gavillas y que continuara viviendo allí junto a Noemí. Booz era un pariente de Elimelec el esposo de Noemí, hombre rico, y que amaba a Dios.
Durante esa época, de acuerdo al a Ley de Moisés, había una cláusula para “levantar el nombre de los difuntos en su herencia”, la cual dictaba que el pariente de un esposo muerto debía casarse y tener hijos con la viuda para que el nombre del difunto continuara ( “ser redimido”). Una forma para que Rut viviera en paz era casándose, dirigiendo una casa, y teniendo hijos para que el nombre de su esposo continuara. Como Noemí sabía que Booz era uno de esos parientes cercanos, ella le dio a Rut la siguiente instrucción:

“Te lavarás, pues, y te ungirás, y vistiéndote tus vestidos, irás a la era; mas no te darás a conocer al varón hasta que él haya acabado de comer y de beber. Y cuando él se acueste, notarás el lugar donde se acuesta, e irás y descubrirás sus pies, y te acostarás allí; y él te dirá lo que hayas de hacer (Rut 3:3-4).

Rut obedeció las instrucciones de su suegra. Conociendo que Rut era “una mujer de excelencia”, Booz prometió que haría todo lo que pudiera para redimirla, eventualmente se casó con ella, y tuvieron un hijo. El hijo de su hijo Obed fue Isaí, padre del rey David. Al final, Rut recibió tan maravillosa bendición al convertirse en la bisabuela del Rey David y teniendo su nombre listado en la genealogía de Jesús.

2. La búsqueda de la felicidad de Rut

Dios busca y mira el corazón del hombre. ¿Qué clase de corazón poseía Rut que pudo vencer su entorno y circunstancias y recibir las bendiciones de Dios?

1) El corazón de Rut era puro.

Siendo originaria de Moab, Rut no había servido siempre a Dios. Cuando se casó con uno de los hijos de Noemí, sirvió a su suegra hasta el final.
Como su esposo había muerto, ella no tenía hijos, y la situación financiera era terrible. Rut pudo fácilmente haber decidido casarse y vivir una vida tranquila. Sin embargo, incapaz de dejar a su suegra quien también era una viuda, nunca se apartó de Noemí a pesar de la petición de ésta a que regresara a casa de sus padres. En lugar de eso, Rut decidió dejar atrás su tierra natal y acompañar a Noemí a la ciudad de Belén.
Rut le dice a Noemí que su pueblo y su Dios serán también suyos, y que merecería ser castigada si alguna vez la dejaba sola, a menos que la muerte las separara. A pesar de haber perdido a su esposo y que su vida era sombría, Rut no dio cabida a pensamientos mundanos, y debido a esto pudo vencer cualquier agonía y sufrimiento con gozo y agradecimiento, y cuidó de su suegra.
Al mostrar tanto amor a los demás, Rut pudo amar a Dios con la misma actitud y bello corazón. Ella realmente era una vasija digna de bendiciones. Como amaba y servía a Dios con actitud determinada y con un corazón firme, pudo buscar y encontrar la felicidad.

2) Ruth era obediente.

Con la única excepción de haber desobedecido las palabras de Noemí una vez cuando ésta le dijo, “Os conceda Jehová que halléis descanso, cada una en casa de su marido. Luego las besó, y ellas alzaron su voz y lloraron”, Rut siempre obedeció con exactitud a su suegra. Al haber obedecido la orden de Noemí sobre lo que debía hacer con Booz, Rut recibió la bendición de casarse con Booz, un pariente cercano de su esposo.
“Padres” en términos espirituales simboliza a Dios. El hecho que Rut era obediente a su suegra significa que ella es obediente también a Dios.
Si a ella se le hubiera dicho que dejara a Dios y que fuera al infierno, Rut no habría obedecido, porque toda persona puede ir al cielo solamente cuando se aferra a Dios a cualquier costo. Así que, de la misma forma que tuvo que aferrarse a Dios a cualquier costo, también se aferró a Noemí hasta el final. Al representar este hecho su determinación para aferrarse a Dios hasta el final, ¿Qué podía impedir que Dios la bendijera? Ella se convirtió en una mujer de felicidad cuyo nombre sería escrito en la Biblia como uno de los ancestros del Rey David.
Por lo tanto, cada uno de ustedes tiene que obedecer la palabra de Dios con “¡Amen!” y con “¡Sí!”. Solamente cuando usted obedece a Dios completamente sin involucrar sus pensamientos y especulaciones personales, a pesar de las circunstancias siempre podrá disfrutar de todas las bendiciones que Dios derramará sobre su vida.

3) Rut amaba todas las cosas.

Aunque estaba viviendo una vida miserable sin hijos y sin esposo, Rut nunca culpó a los demás ni se quejó, sino que sirvió a su suegra con devoción. ¿Cuántas personas podrían hacer lo mismo en la actualidad si se encontraran en la situación de Rut? Ella pudo cumplir bien con sus obligaciones sin considerar que su situación fuera “desafortunada” debido a que amaba todas las cosas.
Como se amaba a sí misma, pudo estar agradecida en cualquier entorno y bajo cualquier circunstancia. Como amaba a su suegra, pudo servirle hasta el final con agrado. Como amaba el trabajo, pudo recibir el reconocimiento por su trabajo al ser diligente dedicándose a recoger entre las gavillas. Finalmente, como amaba a Dios, se convirtió en una mujer sobre quien Dios derramó grandes bendiciones.


Queridos hermanos y hermanas en Cristo, al no haber medias partes con Dios quien mira y conoce el corazón del hombre, Él consideró el corazón de Rut digno de Su amor y bendiciones. Agradado con Rut quien mostró obediencia, servicio y amor en acciones, Dios la bendijo en formas maravillosas. Esto fue posible mientras Rut, por su propia cuenta, buscó y encontró la felicidad.
Pueda cada uno de ustedes amar a Dios por sobre todas las cosas, y luego a la iglesia, al pastor y a sus hermanos y hermanas en la fe, y ser obedientes en todas las cosas de la misma forma que Rut lo hizo, para que puedan también recibir las espléndidas bendiciones de Dios, ¡Yo oro en el nombre de nuestro Señor Jesucristo!


 

 

 
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