Las Doce Piedras del Cimiento del Muro de la Nueva Jerusalén
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Marcha 01, 2009 |
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"y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista. " Apocalipsis 21:19-20
El Reino de los Cielos es tan hermoso que no se lo puede describir con palabras terrenales. La Nueva Jerusalén es el mejor y más hermoso lugar para vivir. Dios está haciendo todo hermosamente elaborado y con la intención de proveer sus más ricas bendiciones en la Nueva Jerusalén. El permitió que el apóstol Juan escribiera acerca de esto en la Biblia, hace 2000 años, porque El deseaba que muchos hijos anhelaran y caminaran hacia la Nueva Jerusalén. Así como un rompecabezas requiere que se pongan todas las piezas juntas para tener una imagen completa, necesitamos poseer doce clases de corazones espirituales para entrar a la Nueva Jerusalén. Deseo que ustedes entiendan el significado de las doce piedras fundamentales y posean corazones de espíritu perfecto al examinarse con los doce significados.
1. Los significados de las doce piedras fundamentales
El muro de la Nueva Jerusalén tiene doce piedras en su cimientos, y en ellas estaban los doce nombres de los doce apóstoles del Señor. Esto significa que el muro de la ciudad tiene doce pilares. Los doce apóstoles se refiere a los doce discípulos del Señor y en lugar del nombre de Judas Iscariote se escribió el nombre de Matías en una de las doce piedras fundamentales. Los doce apóstoles se refiere a aquellos que se han santificado por completo y que han sido completamente leales al punto de sacrificar sus vidas. Por lo tanto, cualquiera que sea salvo por fe, logra la santificación y es fiel hasta la muerte puede entrar en la Nueva Jerusalén. El número "12" que aparece en las doce piedras, doce tribus y doce apóstoles está relacionado de cerca a la providencia de Dios. Jesús dijo en Juan 11:9 "¿Acaso el día no tiene doce horas? —Respondió Jesús—. El que anda de día no tropieza, porque tiene la luz de este mundo". Las doce horas del día se refiere a la luz perfecta donde no hay ninguna tiniebla. La luz se refiere al Dios eterno y perfecto en quien no hay ninguna tiniebla. El doce es el número de la luz que representa la perfección y la plenitud, y Dios utiliza este número como el signo de la más bendita de las promesas. Las doce piedras del cimiento se refieren a doce clases de piedras preciosas. Cada piedra preciosa representa un corazón especial del espíritu respectivamente. Los doce corazones del espíritu incluyan las bienaventuranzas descriptas en Mateo 5, el amor espiritual de 1 Corintios 13, y el fruto del Espíritu de Gálatas 5. La unificación de estos doce corazones compone el corazón de Cristo Jesús y de Dios. Por lo tanto, el centro de la unificación de los doce corazones simbolizado por las doce piedras fundamentales es "el amor perfecto". Para lograr este amor perfecto se debe tener fe espiritual, y estar dispuesto a sacrificarse, a ser ferviente, leal, y misericordioso y a tener dominio propio. Por esta razón, Dios no preparó las doce piedras fundamentales con una sola joya sino con doce joyas diferentes simbolizando doce corazones diferentes. Si logra todos los corazones incrustados en estas doce piedras, puede entrar a la Nueva Jerusalén.
2. La primera piedra del cimiento es el jaspe.
El aspecto del corazón espiritual representado por el jaspe es la "fe". Le fe que simboliza el jaspe como una de las piedras es la fe espiritual, que es opuesta a la fe de la carne. Es la fe que cree completamente en cada palabra de Dios desde lo profundo del corazón. La fe espiritual es una de las más fundamentales de la vida cristiana. Por ello, no podemos vivir una vida cristiana apropiada sin fe espiritual de la misma manera que un edificio no es seguro cuando su cimiento no es estable. Los que tienen fe espiritual creen en la palabra de Dios permanentemente; por lo tanto, siempre tendrán las obras de la obediencia.
Abraham fue llamado "el Padre de la Fe" porque mostró su fe con obras perfectas sin cambios. Recibió una palabra de gran bendición de parte de Dios a los 75 años. Dios le prometió que le daría una gran nación y que Abraham sería fuente de bendición. El creyó esta palabra y dejo su pueblo, pero no podía tener un hijo que fuera su heredero. Pasó tanto tiempo que Abraham y su esposa Sara envejecieron al punto que no podían tener un hijo. Incluso en esta clase de situación, Romanos 4:19-20 dice, "su fe no flaqueó". Dice que se fortaleció en la fe, dando gloria a Dios. Abraham creyó la palabra de Dios completamente, y fue premiado con su hijo Isaac a los 100 años.
Sin embargo hubo una ocasión cuando la fe de Abraham brilló con una luz más intensa. Cuando Dios mandó a Abraham que ofreciera a Isaac, su único hijo como sacrificio, él inmediatamente obedeció la Palabra de Dios. No dudó de la Palabra que Dios le había dado, prometiéndole que iba a tener innumerables descendientes a través de Isaac. Debido a que él tenía una fe firme en la Palabra de Dios, pensó que Dios reviviría a Isaac, incluso si lo ofrecía como holocausto. A través de los descendientes de Abraham, se formó la nación de Israel y el fruto de su fe tuvo consecuencias en su carne también.
Debido a que creemos en Dios, creemos en su Palabra y la obedecemos como es. Incluso si la Palabra de Dios no está de acuerdo con nuestros pensamientos, si tenemos fe espiritual simplemente podemos creerla y practicarla. Aunque parezca que vamos a enfrentar pérdidas si practicamos la Palabra de Dios, aún así simplemente la seguiremos.
Debido a que Dios es vida, sin duda, muestra Su poder a los hijos que muestran una fe verdadera. El prueba que su Palabra, de la cual Sus hijos dependen, es verdadera. Por ejemplo, cuando Pedro creyó la palabra de Jesús y obedeció, ¿Qué pasó? Cuando Jesús le dijo que tirara la red en las aguas profundas, él obedeció y pudo atrapar tantos peces que incluso la red se rompía. Jesús también le dijo a Pedro que fuera al mar y pescara para obtener la moneda que necesitaba para pagar el impuesto del templo. Le dijo que abriera la boca del pez y que encontraría una moneda. Asimismo, la fe espiritual tiene un poder maravilloso para transformar las cosas imposibles para los hombres, en cosas posibles. Debido a que esta fe espiritual es el tesoro de los tesoros, es la primera de las doce piedras de la Nueva Jerusalén.
3. La segunda piedra fundamental es el zafiro.
El zafiro es de color azul oscuro y transparente. Es la cualidad de la honestidad y la integridad. Es el corazón de la verdad misma, con la cual una vez que la persona ha escogido la verdad de Dios, no se somete a ninguna tentación o amenaza de este mundo. La persona que comparte la luz de la verdad de su corazón, como este zafiro, es como Daniel y sus tres amigos. Primero, Daniel no obedeció ni siquiera la orden del rey, cuando iba en contra de la voluntad de Dios. Sabía que iba a ser echado al foso de los leones debido a eso; sin embargo, no cambió de opinión. Dios recibió esa integridad y rectitud, resultado de su fe, como una ofrenda agradable. Dios envió a sus ángeles a que cerraran la boca de lo leones, para que Daniel no fuera lastimado de ninguna manera. En el capítulo 3 de Daniel, podemos ver cómo los tres amigos de Daniel mantuvieron la integridad de su fe. Fueron arrestados porque no obedecieron la orden del rey de postrarse ante un ídolo. Debido a que el Señor Dios es el único Dios y solamente a Él se debe adorar, no podían postrarse ante ningún ídolo. Esto se debe a que la ley de Dios claramente especifica que no debemos postrarnos ante ningún ídolo, ni siquiera para evitar una situación peligrosa. Los que son rectos y verdaderamente temen a Dios, no se comprometerán con la adoración a los ídolos.
Los tres amigos de Daniel iban a ser arrojados al horno ardiente, si no se postraban ante un ídolo. Sin embargo sus corazones no temieron en lo más mínimo. Incluso ante las amenazas temibles del rey, prefirieron confesar su fe osadamente. Daniel 3:17-18 dice: "Si se nos arroja al horno en llamas, el Dios al que servimos puede librarnos del horno y de las manos de Su Majestad. Pero aun si nuestro Dios no lo hace así, sepa usted que no honraremos a sus dioses ni adoraremos a su estatua". ¡Qué corazones hermosos similares a una joya tenían! ¡Por ello no podían dejar de lado su fidelidad a Dios, incluso ante la posibilidad de perder sus vidas! Podemos sentir lo sublime y lo noble del zafiro, piedra pura de color oscuro. Dios no abandona a las personas que mantienen su rectitud, aún a costa de sus propias vidas. Dios los protegió en el horno de tal manera que no sufrieron ningún daño.
Amados hermanos y hermanas en Cristo: Hemos analizado el jaspe, la primera piedra del cimiento que se refiere a la fe espiritual; y la segunda piedra, el zafiro, que se refiere a la rectitud y a la integridad. Oro en el nombre del Señor Jesucristo para que ustedes logren un corazón completamente espiritual y se conviertan en almas que sean más preciosas que cualquier joya a los ojos de Dios.
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