Los Doce Cimientos del Muro de la Ciudad de la Nueva Jerusalén (2)
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Marcha 08, 2009 |
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"y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilio; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista." (Apocalipsis 21:19-20)
Los doce cimientos del muro de la ciudad de la Nueva Jerusalén están hechos de doce tipos de joyas. El corazón compuesto del significado espiritual arraigado en cada joya es el corazón de Dios y el Señor, el cual es el perfecto amor. En la última edición estuvo la explicación acerca del significado incrustado en la primera piedra del cimiento el jaspe y el segundo el zafiro, y en esta edición el significado incrustado en el tercero, cuarto y quinto piedras de los cimientos serán tratados con profundidad.
1. La Tercera Piedra del Cimiento, Ágata
El corazón espiritual que se representa por esta ágata es 'la pureza y el amor de sacrificio.' Ser puro es tener hechos y corazón limpios y no tener fallas. Y con esta pureza de corazón, uno debe ser capaz de sacrificarse así mismo. Este es el corazón del espíritu contenido en el ágata. Por supuesto, no nos sacrificamos para perecer cosas carnales. Nosotros nos sacrificamos por el reino y la justicia de Dios. Aquí, vamos a ahondar en el amor de sacrificio con más detalles. El amor de sacrificio es dejar todo (por el reino de Dios), no esperando nada a cambio. Estamos satisfechos solamente dando. Así que, no tenemos ningún tipo de apego a aquello que vamos a dar. Simplemente lo damos todo. Del mismo modo, si tenemos amor carnal, queremos algo a cambio de otros tanto como nos sacrificamos nosotros mismos por otros. Si no recibimos tanto como esperamos, nos sentimos decepcionados por causa de ellos. Nosotros podríamos tener resentimientos hacia aquellas personas quienes no nos entienden, y podemos inclusive odiarles. Si verdaderamente nos sacrificamos por otros, daremos todas las cosas dentro de la verdad, y no queriendo nada a cambio. Permítame darle el ejemplo de Rut. Rut no era una Israelita. Ella vivió en Moab. Ella se casó con el hijo de Noemí la cual fue allá para escapar de la hambruna en Israel. Noemí tenía dos hijos, y ambos se casaron con mujeres Moabitas. Pero sus dos hijos murieron. Bajo estas condiciones, cuando Noemí escuchó que la hambruna en Israel había acabado, ella quiso regresar a Israel. Noemí les sugirió a sus dos nueras que ellas deberían quedarse en Moab, su patria. Pero Rut insistió que ella seguiría a su suegra. Si Rut no tuviese amor de sacrificio, ella no hubiese podido hacerlo. Significa que el amor de sacrificio de Rut no solamente vino de su sentido de deber. Era amor espiritual que vino de la fe en Dios. Finalmente, Rut recibió muchas bendiciones a través de Boaz, el cual era el pariente redentor entre los familiares de su suegra. Muchas personas piensan que, si ellos se humillan y se sacrifican, su valor se reducirá, también. Pero aquellos que se sacrifican sin ningún motivo egoísta con corazón puro serán revelados delante de Dios y del pueblo. La bondad y el amor brillará para los demás como una luz espiritual.
2. La Cuarta Piedra del Cimiento, la Esmeralda, Es una joya que ofrece una la luz verdosa.
El corazón espiritual que se representa por la esmeralda es la rectitud y la claridad, justicia y limpieza. Es lo mismo que el color del fruto de luz en Efesios 5:9. A saber, el color que tiene la armonía de 'toda la bondad y justicia y verdad', es idéntica a la luz espiritual de la esmeralda. Sólo cuando tenemos toda la bondad, justicia y verdad podemos tener verdadera justicia a los ojos de Dios. No solo puede ser bondad sin justicia o justicia sin bondad. Entonces, quiénes en la Biblia mostraron la luz de verdadera justicia en armonía de la bondad, la justicia y la veracidad. David es uno de ellos. David fue el segundo rey de Israel, justo después de Saúl. Y después de que el pueblo amó a David antes que a éste, Saúl intentó matar a David por sus celos. Una vez, David tuvo una buena oportunidad para matar a Saúl. Los guerreros quienes estaban con David estaban felices y querían matar a Saúl, pero David los detuvo de matarle. Aún cuando Saúl había sido desamparado por Dios, David no podía herir a Saúl, el cual había sido ungido como rey por Dios. Dios dijo que este corazón de David es justo. Esta justicia salió con una bondad conmovedora. Él no pagó mal por mal, sino que solamente pagó con buenas palabras y hechos. Así que, cuando situaciones similares tuvieron lugar, David pudo actuar de la misma manera. Entonces, si David hubiese matado a Saúl a la primera oportunidad, ¿hubiese llegado a ser rey prontamente sin pasar a través de muchos sufrimientos? Por supuesto que pudiese. Pero el problema está en la relación de confianza con Dios. Incluso si tenemos que pasar a través de muchos sufrimientos y dificultades en realidad, debemos tener el corazón para escoger la justicia de Dios. Y si nosotros somos una vez reconocidos por Dios para ser justos, el nivel de Dios garantizándonos será diferente. David no mató a Saúl con sus propias manos. Saúl fue muerto por la mano de los gentiles. Y como Dios atestigua de él, David llegó a ser el rey de Israel. Ester también tenía un corazón justo y puro con el que Dios está complacido. Como un judía, ella se convirtió en la reina de Persia. Y debido al un plan malvado de Amán, un ministro de Persia, la nación entera de los Judíos estaba en peligro de ser exterminada. En esta situación, Ester no solamente se mantuvo quieta pensando en el peligro que podría venir sobre ella. Ella no intentó sobrevivir sola. Ella ayunó por tres días para la salvación de su pueblo confiando en Dios y entonces audazmente fue delante del rey. Los judíos no sólo escaparon del peligro del exterminio, sino que ellos pudieron matar a Amán y a sus enemigos. Si nosotros no abandonamos nuestra justicia incluso cuando vamos a perderlo todo, Dios nunca nos abandonará tampoco. Pero muchas personas no pueden pasar más allá de este momento, y es por ello que no pueden recibir grandes bendiciones o respuestas. Si ellos tienen algunas situaciones desventajosas, ellos cambian rápidamente su mentalidad. Su decisión para mantener la justicia se hace más débil, y su compromiso, e incluso toman caminos de injusticia. Aquellos hijos de Dios quienes están anhelando por la Nueva Jerusalén nunca se paran en el mismo camino que se para los pecadores. Ellos no deben seguir la sabiduría de los malos para su propio beneficio. 3. La Quinta Piedra del Cimiento, Ónice El corazón espiritual del ónice simboliza el carácter de la fidelidad trabajadora'. Si hacemos solamente lo que se supone que debemos hacer, no podemos que somos fieles. Podemos decir que somos fieles cuando hacemos más de lo que se supone que tenemos que hacer. Usted debe cumplir no solamente el trabajo que se le ha confiado, sino también tratar de hacer las cosas que originalmente no fueron dadas a usted con todo su corazón y mente. Sólo entonces uno puede decir que usted es fiel. El tipo de fidelidad trabajadora reconocida por Dios es hacer su deber con todo su corazón, mente, alma, y vida. Para tener este tipo de fidelidad espiritual, debemos primeramente tener un corazón justo. Debemos tener deseo por el engrandecimiento del reino de Dios, para que la iglesia tenga un avivamiento y crecimiento, para que los lugares de trabajos sean prósperos, y para que nuestras familias sean felices. Si nosotros no buscamos nuestro propio beneficio, sino el deseo de los otros y la prosperidad de la comunidad, esto es tener un corazón justo. El ser fiel, teniendo juntamente este corazón justo, tiene que tener un corazón de sacrificio. Si solamente pensamos, "Lo cosa más importante es mi prosperidad, sin importar si la iglesia está creciendo o no," nosotros probablemente no nos sacrificaremos por la iglesia. Aquellos que son buenos de corazón no se inclinarán hacia un solo lado u otro. Si somos negligentes en cierto punto, nosotros no estaremos cómodos acerca de ello si tenemos bondad en nuestro corazón. La magnitud de este tipo de actitud será diferente conforme a la magnitud de la bondad que usted tenga. Si tenemos poca bondad, usted ni siquiera le importará realmente mucho acerca de otro grupo. Probablemente usted tendrá cierta preocupación, pero usted tenderá a simplemente olvidarlo. Pero si usted tiene una mayor bondad, usted simplemente no ignorará cuando algo le cause incomodidad a su corazón. Usted sabe que tipo de actos son actos de bondad, y si usted no está cumpliendo esa bondad, es difícil para usted soportarlo. Usted tendrá paz solamente después de que usted ha mostrado buenos hechos en actos de bondad. Y el hombre malo puede estar en paz después de que él actúa en su maldad. De la misma manera, un buen hombre puede estar en paz cuando actúa en bondad. Así que, aquellos quienes son buenos en corazón pueden naturalmente ser fieles en toda la casa de Dios. Dios dijo acerca de Moisés en Números 12:7, "No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa." El deber que Moisés recibió de Dios era guiar a los Israelitas, quienes estaban bajo la esclavitud en Egipto, a la tierra de Canaán. Solamente contando a los hombres adultos eran 600,000. pero si usted fuese a incluir a los niños, los ancianos, y las mujeres, el número sería más de 2 millones. Este número de personas era como pequeños niños. Ellos constantemente se quejaban a Moisés, algunas veces inclusive se rebelaban en contra de él. Sin embargo, Moisés les guió hasta el fin con fe y amor. Una vez, el pueblo cometió un gran pecado y Dios le dijo que castigaría a todos ellos y formaría otra nación a través de los descendientes de Moisés. Él se arrepintió delante de Dios y pidió por perdón como si él mismo hubiese cometido pecado. Y para salvar al pueblo, él ofreció oración, entregando su vida. Moisés trabajó con todos su corazón, mente, y alma, y podría dar incluso su vida para cumplir su deber. Dios muestra este corazón fiel con el color del ónice. La sexta piedra del cimiento, la cornalina se explicará en la próxima edición.
Queridos hermanos y hermanas, Dios quiere que Sus hijos entiendan bien el significado espiritual de cada joya en los doce cimientos del muro de la ciudad de la Nueva Jerusalén y que tengan buena fe. Que puedan ustedes cumplir el corazón del espíritu incrustado en cada joya y hagan brillar la luz de su hermoso espíritu, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo ¡Yo oro!
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