Los Doce Cimientos del Muro de la Nueva Jerusalén (4)
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Abril 12, 2009 |
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«Y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista.» (Apocalipsis 21:19-20)
La Palabra de Dios en sí misma es Luz, de modo que si Su Palabra mora en usted podrá emitir Luz desde su interior. A esta luz espiritual no se la puede esconder ni cubrir con nada, pues se la irradia de forma natural, brilla en todo su entorno y ablanda el corazón endurecido. En esta edición estudiaremos el significado espiritual que conllevan el noveno, décimo, undécimo y duodécimo cimientos.
1. La Piedra Preciosa del Noveno Cimiento es el Topacio
El Topacio es de color rojizo anaranjado y es transparente. Este simboliza la bondad espiritual. Un diccionario define la bondad como 'el carácter de ser amable, de mucha ayuda, y honesto", pero el significado espiritual de la bondad involucra 'buscar la bondad dentro del Espíritu Santo'. Bondad espiritual no es buscar la bondad desde nuestra perspectiva sino desde la de Dios, por lo tanto, aquellos que poseen bondad espiritual la emanarán naturalmente (Mateo 12:35). Buenas palabras y obras nacerán de ellos sin importar el lugar al que vayan o a quienes conozcan, de su interior saldrá el grato olor de la bondad de Cristo, además de virtudes morales y amor hacia aquellos que los rodean. Mateo 12:19-20 está relacionado con la bondad de Jesús, pues leemos: "No contenderá, ni voceará, ni nadie oirá en las calles su voz. La caña cascada no quebrará, y el pábilo que humea no apagará, hasta que saque a victoria el juicio". De igual manera la conducta, gestos y vocabulario de Jesús deben haber sido intachables y perfectos, Él debió haber tenido muy buenos modales. Aquellos que buscan la bondad con sinceridad también reflejarán los gestos y obras de Jesús, y tendrán un vocabulario diferente en sus bocas (Proverbios 22:11). Se dice que nosotros no debemos 'quebrar una caña cascada o apagar el pábilo que humea'; en este contexto la 'caña cascada' representa a aquellos que sufren muchas aflicciones en este mundo y que tienen su corazón muy herido, pues Dios no los rechazará si lo buscan con un corazón quebrantado. El 'pábilo que humea' constituye las personas que están manchadas con maldad, la misma que está 'humeando' por causa de la luz del espíritu, pues no debemos darnos por vencidos con este tipo de personas si es que tienen incluso la mínima posibilidad de recibir salvación. Algunas personas no tienen la fortaleza para regresar a la iglesia por sí mismos cuando han caído en tentación debido a la debilidad de su fe, lo cual quizás sea causado por un sinnúmero de cosas de este mundo que aún no han logrado desechar. Quizás han causado daño a otros miembros de la iglesia y por causa de su pesar y vergüenza sienten que no deben regresar a la iglesia. Por otro lado, otras personas anhelan ser amadas y reconocidas por los demás, pero cuando eso no sucede se entristecen y la maldad de su corazón sale a la luz, mas si tenemos bondad verdadera podremos entender y aceptar a personas como estas. Nosotros debemos conmover sus corazones brindándoles un buen trato que sea sincero y amoroso en lugar de discutir sobre lo correcto e incorrecto y tratar de forzarlos a la sumisión.
2. La Piedra Preciosa del Décimo Cimiento es el Crisopraso
El Crisopraso es una variedad de calcedonia que es micro cristalina y es de color verde jade claro como una manzana. Este simboliza la templanza. En Dios, la abundancia en todo es buena, pero para poder tener todo en armonía y en orden es necesario el dominio propio. El dominio propio y el discernimiento de las cosas con la verdad se hacen cruciales para cualquier cosa que hagamos una vez que estamos en el Señor, además de obedecer al Espíritu Santo ya que si escuchamos su voz y la seguimos podremos controlarnos a nosotros mismos cuando lo necesitemos de modo que podamos prosperar en todas las cosas, de lo contrario experimentaremos innumerables problemas. El fruto del dominio propio es importante y necesario para alcanzar la perfección. Podemos producir los frutos del Espíritu Santo como son gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, y mansedumbre si tenemos el fruto del amor, y todos estos se perfeccionarán en la templanza. Las personas que viven apartados de la verdad pasan por pruebas y desastres sin conocer que Dios los ama debido a que no ejercen el auto control. Es importante controlar el corazón y los deseos de la carne para seguir solamente los del Espíritu Santo, y mientras se sumerge en lo espiritual debe controlar la fortaleza y magnitud de cada uno de los corazones espirituales para tener armonía perfecta a plenitud.
3. La Piedra Preciosa del Undécimo Cimiento es el Jacinto
El Jacinto es una piedra preciosa azulada y transparente que simboliza "pureza y santidad". La 'Pureza' implica ser limpio y transparente además de estar libre de pecado en el corazón ante los ojos de Dios. Es decir, es un corazón limpio sin reproche, mancha, o defecto. Podemos tener corazones limpios y transparentes de acuerdo a la Palabra de Dios en nosotros (Hebreos 10:22). De la misma forma que lavamos nuestras manos y cuerpo con agua para que estén limpios, nosotros podemos ser purificados si dejamos que la Palabra de Dios, que representa el agua espiritual, nos lave. Cuando obedecemos los mandamientos de la Palabra de Dios que requieren que desechemos, hagamos o no hagamos algo nuestro corazón es lavado de toda falsedad y maldad. Asimismo, si obedecemos los mandamientos que requieren que hagamos o guardemos algo podremos evitar ser manchados por el pecado y la maldad del mundo mediante un constante abastecimiento del agua purificadora, y de este modo podremos mantener limpio nuestro corazón. Aquellos que tienen un corazón puro tendrán la bendición de poder ver a Dios (Mateo 5:8), viviendo una vida en la que puedan caminar junto a Él en el Cielo, e incluso en este mundo.
4. La Piedra Preciosa del Duodécimo Cimiento es la Amatista
La Amatista es de color violeta y es transparente, un color elegante y hermoso que espiritualmente simboliza la mansedumbre. El diccionario define la mansedumbre como 'la condición amable, delicada, y dócil'. Ser espiritualmente amable significa tener un corazón apacible y cálido además de abierto para aceptar a todos los demás. Muchas personas encuentran un refugio en aquellos que poseen un corazón delicado y agradable como el algodón ya que ellos son quienes pueden entender todo con bondad así como abrazar y aceptar las cosas con amor. Si nosotros llegamos a tener un corazón cálido y delicado solamente para nosotros no tendrá sentido alguno ya que debemos mostrar obras de bondad y amor a los demás, es decir, que la virtud es necesaria para fortalecer a los demás, para hacerles sentir nuestra calidez, y para que encuentren un refugio en nuestro corazón. Quienes tienen verdadera bondad espiritual no tienen ningún prejuicio hacia las demás personas, sino que a través de ellos podemos ser fortalecidos y sentir el consuelo que no sentimos en el mundo. Entonces podremos someternos a este tipo de corazón y desearemos permanecer en él, pues este tipo de bondad espiritual es como un gran árbol que provee una sombra amplia y fresca en un ardiente día de verano. Asimismo, las personas alrededor de quienes han cultivado la bondad espiritual encuentran reposo y se sienten felices junto a ellos, y eventualmente Dios el Padre dirá que aquellos que son amables espiritualmente también son hermosos en verdad. Como resultado de esto ellos recibirán una gran extensión de terreno en el Reino Celestial eterno por haber abrazado y guiado a muchas almas hacia la verdad (Mateo 5:5). Moisés fue un hombre muy humilde, aún más humilde que cualquier hombre que había sobre la tierra (Números 12:3). Cuando dirigió el Éxodo de Egipto guió a más de 2 millones de personas por el desierto durante 40 años. Él abrazó al pueblo en su corazón y los guió de acuerdo a la voluntad de Dios al igual que los padres que educan a sus hijos, y de ese mismo modo, si usted hace todo con humildad, no solamente la tarea de cuidar de las almas sino cualquier tipo de tarea, usted lo hará sin ningún inconveniente. Toda persona ha sido educada en circunstancias diferentes y tiene carácter diferente, mas la mansedumbre para despojarse de uno mismo y aceptar a los demás se destaca de manera hermosa en las situaciones en las que se insiste en la justicia propia.
Amados hermanos y hermanas en Cristo, Hoy hemos terminado el aprendizaje acerca de los corazones espirituales representados por cada una de las piedras preciosas que forman los 12 cimientos del muro de la Nueva Jerusalén. Estos son el corazón de fe, de integridad, de sacrificio, de justicia, de fidelidad, de pasión, de misericordia, de paciencia, de bondad, de dominio propio, de pureza, y de mansedumbre. Una vez que consolidemos todas estas virtudes llegaremos a tener el corazón de Jesucristo y de Dios el Padre, el cual simboliza el amor perfecto y constituye la llave para entrar en la Nueva Jerusalén. Yo ruego en el nombre de nuestro Señor Jesucristo que muchos de ustedes lleguen a tener un corazón espiritual por completo y que sean de consuelo y gozo para el corazón de Dios el Padre en la Nueva Jerusalén.
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