No sea una Persona de Doble Ánimo
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Agosto 16, 2009 |
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"Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos" (Santiago 1:6-8).
Alzar nuestra mirada hacia Dios y amarlo en toda situación son actitudes de una persona que no es de doble ánimo.
Si usted realmente cree en Dios le pedirá que le ayude cuando tenga algún problema o deseo en su corazón. Una persona con este tipo de corazón no debería cambiarlo hasta que reciba la respuesta de parte de Dios ya que al hacerlo se convierte en una persona de doble ánimo quien tiene fe y duda a la vez. ¡Así no ganará nada, solamente desilusión!
1. Recibirá lo que pide, únicamente si pide con fe
Santiago 1:6-7 dice: "Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor". En el versículo 8 dice: "El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos".
Aunque usted confiese que pide a Dios con fe, si tiene pensamientos de duda se asemeja a una persona de doble ánimo. Si desea recibir respuestas a sus oraciones debe creer completamente sin tener duda alguna de que Él le responderá.
En Marcos 11:24 Jesús dice: "Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá". Él no dijo: "creed que lo van a recibir". Él dijo: "creed que lo han recibido". Si su respuesta está tardando anhelo que usted considere si quizás es una persona de doble ánimo.
2. La diferencia entre la fe verdadera y la fe como conocimiento
Hay dos categorías de fe: "fe verdadera" y "fe como conocimiento" a las cuales nos referimos como "fe espiritual" y "fe carnal" respectivamente. Fe verdadera es creer en Dios el Creador y en Jesucristo el Salvador desde lo más profundo de nuestro corazón. Fe como conocimiento es simplemente haber escuchado y conocido acerca de Dios, no creyendo de corazón, sino confiando en el mundo. Es ser incapaz de confiar en Dios por completo. Quienes dudan, es decir, aquellas personas de doble ánimo, tienen la fe que es solamente de conocimiento. El hecho de pedir con fe verdadera y pedir con una base de conocimiento en la fe producirá resultados muy diferentes.
Al pedir con fe verdadera tendrá paz ante todo bajo cualquier circunstancia. Por el contrario, quienes son de doble ánimo se pondrán ansiosos e impacientes. Por ejemplo, supongamos que su hijo menor está en una situación de emergencia, y tiene fiebre muy alta. En esta situación, si usted tiene fe verdadera, primeramente examinará las cosas por las cuales debe arrepentirse, y luego acudirá a la oración grabada en el sistema telefónico o recibirá la oración del pañuelo. Pero si la situación empeora luego de haber confiado en Dios, quizás se sienta tentado a cambiar de opinión. Si confía en Dios con fe verdadera, su corazón no será sacudido por esta situación, pero si pide basado en una fe como conocimiento, se pondrá nervioso y confesará palabras de duda.
En segundo lugar, si usted pide con fe verdadera, no como alguien de doble ánimo, entonces no cambiará de opinión. Por el contrario, las personas de doble ánimo cambiarán de opinión al ver que la respuesta se tarda. Por ejemplo, mientras ofrecen una oración prometida por algo en particular, simplemente quebrantan la promesa, cambian el tópico de la oración, o no lo enfatizan. Debemos darnos cuenta de que esto demuestra falta de confianza en Dios.
La mayoría de las personas que esperan respuestas de parte de Dios desean recibirlas inmediatamente y además desean que Dios responda según sus propios deseos.
Pero Dios considera todas las condiciones en conjunto, incluyendo la medida de fe de cada individuo y Su justicia, luego concede lo mejor a cada uno en el momento adecuado.
Por supuesto, esto no significa que podemos ser obstinados con cada cosa que pedimos en oración. Podemos recibir la respuesta cuando pedimos sin dudar y de acuerdo a la voluntad de Dios (1 Juan 5:14). Por lo tanto, cuando pedimos algo a Dios, necesitamos sabiduría para discernir cuál es la verdadera respuesta de parte de Dios. Asimismo, a pesar de pedir sin dudar, no podremos recibir cosa alguna si lo hacemos por codicia.
En tercer lugar, quienes piden con fe verdadera clamarán en oración porque creen que Dios ciertamente responderá (Jeremías 33:3). Quienes piden con fe clamarán en oración incluso en medio de las situaciones más lúgubres. Cuando el mendigo ciego llamado Bartimeo escuchó que Jesús estaba pasando cerca de él, clamó a Jesús diciendo: "¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!" A él no le importó que los demás trataran de detenerlo porque tenía la certeza de que Jesús lo sanaría. El clamor en oración refleja la fidelidad de su fe.
Quienes no piden con fe verdadera, no claman aunque tengan un problema que resolver, o aunque deseen recibir bendiciones. Ellos deberían clamar incluso cuando no ven ninguna señal de la respuesta en camino, en lugar de desanimarse porque eso muestra que no tienen la certeza de que recibirán la respuesta.
3. ¿Cómo podemos orar con fe verdadera en lugar de ser personas de doble ánimo?
Quienes deseen recibir la respuesta de parte de Dios deben pedir con fe verdadera y sin dudar. ¡Esto no es nada fácil! No se quiere dudar, pero la duda se levanta dentro de uno; o quizás cambie de opinión en su corazón; muchas veces es difícil clamar en oración.
Existe una serie de procesos mientras se cultiva la fe verdadera. Debemos tener la voluntad y decisión de depender solamente en Dios para todo, ya sean problemas cotidianos o anhelos del corazón, aunque se levanten las dudas esporádicamente y a pesar de las tentaciones, debemos desecharlas y depender simplemente de Dios. Además debemos practicar la verdad diligentemente siguiendo la guía del Espíritu Santo. Por supuesto que quizás no recibamos la respuesta a la brevedad que deseamos incluso al comportarnos de esta manera, pero Dios toma en cuenta todos nuestros esfuerzos.
Aun los padres terrenales se complacen al sentir que sus hijos los aman al depender de ellos e intentan estar siempre a su lado. De manera similar, Dios el Padre también se deleita en Sus hijos cuando tratan de depender en Él únicamente y causa que su alma prospere mediante sus obras de práctica de la verdad.
Romanos 8:7 dice: "Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden". Él quebranta los pensamientos humanos, uno por uno, y saca la falsedad de nuestro corazón, entonces escucharemos la voz del Espíritu Santo y no seremos controlados por el enemigo Satanás. Al escuchar la voz del Espíritu Santo, tendremos confianza en el corazón de que recibiremos la respuesta. ¡Y finalmente llegaremos a ser hijos de Dios que reciben todo lo que le piden! (1 Juan 3:21-22).
Amados hermanos y hermanas en Cristo, No ser una persona de doble ánimo es levantar nuestra mirada hacia Dios y amarlo, además de depender en Él en medio de toda circunstancia.
¡Ruego en el nombre de Jesucristo que a través de este amor a Dios ustedes puedan recibir todo aquello que pidan y que den la gloria a Dios con todo su corazón!
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