El Fruto del Espíritu (7) Dominio propio
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Abril 11, 2010 |
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"No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará" (Gálatas 6:7).
Un granjero que espera una gran cosecha debe primeramente cultivar la tierra, sembrar semillas, y cuidar el terreno y los sembríos. Algunos sembríos se cosecharán con "medida buena, apretada, remecida, y rebosante", mientras que otros producirán cien, sesenta o treinta veces más. Sin embargo la cosecha de algunos granjeros no será buena a pesar de su arduo trabajo. Esto demuestra falencias en sus métodos de agricultura.
Incluso en lo espiritual, existen muchos creyentes que son aparentemente diligentes con sus vidas en Cristo, pero no se escucha acerca de sus bendiciones. Algunos de ellos se encuentran envueltos en problemas, mientras que otros, incluso después de décadas de vivir en Cristo, aún no han recibido bendiciones notables o respuestas de Dios a sus oraciones. Sin embargo, la promesa de Dios nunca falla; todo lo que uno ha sembrado en Dios está obligado a dar fruto. ¿Qué debemos hacer para recibir bendiciones y cosechar fruto abundante de acuerdo a lo que hemos sembrado?
1. Primeramente uno debe cultivar el corazón
Independientemente de la calidad de las semillas sembradas, un granjero no puede producir una gran cosecha si la calidad del terreno es pobre. Por ejemplo, es difícil para las semillas sembradas retoñar en tierra endurecida, con asfalto, o sobre calles. Un ave puede comerse fácilmente aquellas semillas o estas pueden secarse debido al calor del sol. En lo posible se debe sembrar las semillas en tierra buena, para que de este modo el granjero pueda obtener una cosecha que de al ciento, sesenta y treinta más.
Del mismo modo, cuando se siembran semillas de bendición, se lo debe hacer en tierra buena espiritualmente. La "tierra" simboliza nuestro corazón. Aunque una cantidad exorbitante de semillas se siembren y cultiven, a menos que se lo haga en buena tierra espiritual, la cosecha no será abundante y a la magnitud de nuestro trabajo. Por lo tanto, el corazón de un individuo primeramente se debe cultivar desechando el pecado y la maldad, y alcanzando un corazón santificado y puro.
2. Se debe obedecer la Palabra de Dios mientras se siembra las semillas.
Mientras un individuo cultiva su corazón, al mismo tiempo debe sembrar semillas. No debe hacerlo únicamente después de que la tierra de su corazón haya sido cultivada y sea buena; la cultivación del corazón y la siembra de semillas deben darse simultáneamente. ¿Qué significa entonces el "sembrar semillas"? Significa obedecer los mandamientos prescritos en la Biblia, aquellos que indican "Hacer esto" o "Guardar aquello". La evangelización, visitar los hogares de los miembros de la iglesia, amarse los unos a los otros, buscar el bien de los demás, servir a los demás y sacrificarse a sí mismo, entregar los diezmos completamente, ser agradecidos, guardar el día del Señor como un día santo, y muchas otras cosas semejantes constituyen el "sembrar semillas".
La siembra de semillas no es un evento de un día sino un proceso constante. Al igual que un granjero que planta una variedad de productos tales como el arroz, el trigo, o los frijoles de acuerdo a la estación, nosotros también debemos continuar cultivando nuestros corazones, sembrando semillas, y cosechando en obediencia a la Palabra de Dios hasta que entremos en el Cielo.
3. Se requiere un proceso de cultivación cargado de paciencia
1) Adoración Cuando un creyente se une a sus hermanos y hermanas en Cristo para adorar, este puede escuchar la Palabra de Dios y aprender Su voluntad, y en comunión con los demás creyentes, será bendecido y su fe se incrementará (Hebreos 10:25). Si uno tiene interés en aprender la agricultura, primeramente debe aprender de un agricultor con experiencia. Del mismo modo, uno debe adorar primeramente en espíritu y verdad, y continuar conociendo el corazón y la voluntad de Dios para poder entender bien Sus leyes sobre la siembra y la cosecha.
2) Alabanza y Oración Un creyente debe ser lleno del Espíritu Santo y fortalecido por medio de la alabanza y la oración. Si un agricultor carece de fuerza y es frágil, no podrá involucrarse con la agricultura. Asimismo, en la vida espiritual uno debe primeramente obtener la fortaleza para vencer al diablo enemigo y Satanás mediante las oraciones fervientes a fin de transformar el corazón en tierra espiritualmente rica y sembrar en ella con diligencia.
3) Regocijo continuo y gratitud en todo Este es el testimonio de nuestra fe. La cultivación diligente de nuestro corazón demuestra su confianza, tanto en la Nueva Jerusalén, la mejor de las moradas celestiales, como en el ingreso a ella. Además, ya que se cree que cualquier cosa que se siembre será de gloria y recompensa en el cielo, así como fruto de bendición en este mundo, se podrá trabajar con alegría y gratitud. Un agricultor que está lleno de esperanza por una cosecha abundante hace su trabajo con gozo; por lo tanto podrá considerar como liviana aún la tarea más difícil. Si nosotros nos regocijamos y damos gracias en todo, el diablo enemigo y Satanás no podrán penetrar nuestros corazones, sino que huirán de nosotros. Además nosotros no nos cansaremos ni miraremos al mundo, sino que nos esforzaremos por el Cielo. Cuando el corazón de un creyente es cultivado de este modo y las semillas son sembradas y cultivadas, estas retoñarán, florecerán, y producirán fruto en su tiempo. Solamente cuando un creyente produce frutos tales como los nueve frutos del Espíritu Santo, el fruto de las Bienaventuranzas, el fruto del amor espiritual que se describe en 1 Corintios 13, y el fruto de la Luz, podrá manifestar la evidencia de Su amor por Dios. Jesús nos dice en Juan 14:21: "El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él". Dios manifestará la evidencia de Su amor por un creyente cuando este demuestre la evidencia de su amor por Dios mediante la obediencia de Sus mandamientos.
Hermanos y hermanas en Cristo, Cuando ustedes obedecen y viven de acuerdo a los mandamientos de Dios a causa de su amor por Él, recibirán de Su parte cualquier cosa que le pidan. Todo aspecto de su vida prosperará y tendrán buena salud así como su alma prospere, e incluso recibirán el poder del Espíritu Santo por medio del cual pueden llevar a muchas almas hacia Dios. Yo ruego en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que al igual que un agricultor diligente, cada uno de ustedes cultive con diligencia la tierra de su corazón y obtenga cosechas abundantes.
* Para información adicional o para leer este mensaje con mayor detalle, visite la página electrónica de la Iglesia Central Manmin (www.manmin.org), seleccione el idioma "español" en el menú, y pulse en "Palabras de Vida".
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