Cómo alcanzar los deseos de nuestro corazón
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Octubre 10, 2010 |
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"Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón" (Salmos 37:4).
Muchos nuevos creyentes que comienzan a asistir a la iglesia reciben los deseos de su corazón. Algunos de ellos concientemente buscan a Dios, mientras que muchos otros buscan las respuestas a varios de sus problemas incluyendo enfermedades que son incurables por la medicina moderna, conflictos o discordias en sus hogares, entre padres e hijos y dificultades en sus trabajos o negocios.
Algunos creyentes rápidamente reciben los deseos de sus corazones luego de orar y abundan en agradecimiento y gozo. Otros no reciben respuestas aunque pasan un largo período de tiempo en oración. Otras personas fracasan en comprender el amor de Dios, por lo que dejan de orar y terminan apartándose de Dios.
Dios es Omnipotente y Omnisciente y abunda en amor. Él se deleita en responder a Sus hijos que piden con fe. Entonces ¿cuál es la razón por la que algunos creyentes fracasan en recibir los deseos de su corazón de parte de Dios? Es debido a que tienen un bajo conocimiento de ellos mismos y de las leyes concernientes a recibir respuestas de parte de Dios. ¿Qué debemos hacer para alcanzar los deseos de nuestro corazón?
1. Debemos examinar el carácter de nuestro corazón
Para poder recibir respuestas y alcanzar los deseos de nuestro corazón, debemos claramente creer sin tener dudas en la absoluta omnipotencia de Dios. Debemos examinar si en realidad creemos en Dios con nuestro corazón, o si estamos esperando recibir respuestas accidentales ya que no creemos completamente, sino que al contrario tenemos dudas.
Muchas personas adoraban a ídolos y confiaban en ellos antes de haber conocido al Señor. Es por eso que cuando ellos se enfrentan a varias pruebas y aflicciones se esfuerzan por solucionar esos problemas a través de ídolos o con sus propias habilidades. Es sólo después de que están atrapados dentro de las limitaciones que no tienen solución alguna debido a los problemas y se encuentran perdidos, cuando por fin se acercan a Dios y piden Su ayuda. Esto realmente significa que se acercan a Dios sólo con la expectativa de tener buena fortuna curativa en vez de confiar en el poder del Dios Todopoderoso.
Dios el Creador Todopoderoso gobierna todo lo que hay en el universo. Él dirige y administra la historia, la muerte y la vida, las bendiciones y los infortunios de la humanidad. Él escudriña lo más íntimo del corazón de cada uno. Cualquiera que quiera acercarse a Dios y recibir los deseos de su corazón, debe despojarse de la duda y toda esperanza de una sanidad accidental. En vez de eso debe pedirle a Dios con fe. Debe pedirle a Dios confiando en Su respuesta. Así Dios estará agradado y dará las respuestas a los deseos del corazón.
2. Debemos examinar la seguridad de nuestra salvación y la medida de nuestra fe.
En la actualidad hay muchos feligreses que están vagando por la sed espiritual y la angustia. Muchos no tienen la seguridad de su salvación a pesar de las décadas de una vida de fe. En tal sed, angustia y falta de seguridad, ¿cómo puede ser posible para ellos agradar a Dios y recibir los deseos de sus corazones?
Leemos en Romanos 10:10 lo siguiente: "Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación". Si nosotros abrimos nuestros corazones y aceptamos a Jesucristo como nuestro salvador personal, recibimos al Espíritu Santo como un don gratuito de Dios y el derecho de convertirnos en hijos de Dios. Sin embargo, sólo cuando confesamos con nuestros labios que Jesús es nuestro Salvador y creemos en nuestros corazones que Dios lo levantó de entre los muertos, podemos tener la seguridad de nuestra salvación.
Con fe verdadera en nuestros corazones, podemos actuar por la voluntad de Dios y recibir los deseos de nuestros corazones por parte de Dios. Jesús, en Juan 15:7 dijo: "Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho". Aunque hayamos obtenido el derecho de ser hijos de Dios y la seguridad de nuestra salvación, si no actuamos conforme a Su voluntad, no podremos considerarnos justos delante de Él ni tampoco recibir los deseos de nuestros corazones.
Por sobre todas las cosas, para alcanzar los deseos de nuestros corazones, debemos descubrir los muros de pecado levantados en contra de Dios, arrepentirnos y apartarnos del pecado. Si no nos arrepentimos y apartamos del pecado revelado a nosotros, no podremos recibir las respuestas de Dios. Por lo tanto, en la seguridad de nuestra salvación, cuando destruimos los muros del pecado y cumplimos con la voluntad de Dios, podremos alcanzar los deseos de nuestros corazones.
3. Debemos mostrar las obras de fe que agradan a Dios.
Luego de conocer a Dios el Creador y aceptar a Jesucristo, podremos comprender el corazón de Dios en la medida en que hagamos de la verdad nuestro pan espiritual. Un niño pequeño no entiende cómo debe agradar a sus padres, pero mientras transcurre el tiempo llega a entender cómo debe complacerlos. Luego intenta hacer lo que a ellos les agrada de acuerdo al amor que siente por sus padres. De la misma manera, los hijos de Dios, al punto que ellos comprendan, hacen de aquello su pan espiritual y practican la verdad.
Muchos personajes bíblicos nos muestran cómo agradaron a Dios y alcanzaron los deseos de sus corazones. Abraham por ejemplo siempre buscó la paz con los demás y alcanzó la santificación, y sirvió sinceramente a Dios con todo su corazón, mente, alma y sinceridad. Debido a que él creyó que Dios traería a la vida nuevamente a una persona muerta, nunca se involucró en ningún pensamiento carnal, sino que obedeció a los mandamientos de Dios de ofrecer a su hijo Isaac como una ofrenda de sacrificio. Esta obediencia de fe agradó a Dios y Abraham recibió la bendición de "Dios proveerá" y también fue llamado el "Padre de la fe".
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