El Espíritu Santo quién nos enseña todas las cosas
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Marcha 27, 2011 |
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"Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas" (1 Juan 2:20).
Si nosotros llegamos a conocer la verdad, recibiremos el Espíritu Santo y la unción de parte de Él. El Espíritu Santo es el Espíritu y corazón de Dios. Juan 14:26 dice: "Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho". ¿Qué es específicamente lo que el Espíritu Santo nos enseña?
Primero: el nos hace saber que somos hijos de Dios
Romanos 8:16 nos dice: "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios". En otras palabras, el Espíritu Santo testifica que Jesucristo es nuestro Salvador y nosotros somos hijos de Dios que recibimos Su salvación.
Además nos permite entender y creer en las cosas de la Biblia que no pueden ser comprendidas con el pensamiento normal del hombre. No es fácil para el ser humano comprender que Dios ha existido desde siempre y hasta siempre, y que creó los cielos y la tierra con Su Palabra. La Biblia describe que los muertos resucitaron, que el sol y la luna se detuvieron y que las aguas del mar fueron divididas por el poder de Dios. Tales obras no están de acuerdo con los pensamientos del ser humano. Sin embargo, el Espíritu Santo nos ayuda a creer que estos eventos son reales y auténticos.
Segundo: el Espíritu Santo nos enseña sobre el pecado, la justicia y el juicio.
Él nos permite saber sobre lo que es el pecado y la justicia, y nos permite comprender y creer que habrá un juicio en los últimos días. Por medio de Él podemos darnos cuenta como hijos de Dios que debemos desechar los pecados y vivir en justicia. Nos habla en nuestro corazón a cada momento para ayudarnos a actuar en la verdad. Amablemente nos enseña diciendo: "Aun cuando a ustedes no les agradan sus acciones, no tienen que odiar a otros. No deben dejar de orar, sin importar cuán ocupados estén y no tienen que mentir buscando su propio beneficio". Nuestros corazones continuarán estando llenos del Espíritu Santo si es que somos obedientes a lo que nos pide y vivimos de acuerdo a los deseos del Espíritu Santo. Al hacer esto, le ofreceremos a Dios gozo y agradecimiento y llevaremos el fruto del Espíritu Santo.
Por otra parte, si es que no obedecemos a Su Palabra, intercederá por nosotros con gemidos indecibles y nos enseñará que debemos arrepentirnos y apartarnos del pecado. Pero si continuamos desobedeciendo a Su Palabra, dejará de enseñarnos, Su voz se debilitará y eventualmente ya no podremos escucharla. Para empeorar las cosas, si desobedecemos a su voz una y otra vez y además vivimos en pecado, el Espíritu se extinguirá y la salvación estará lejos de nuestro alcance. No obstante, si seguimos obedeciendo a Su Palabra, con el transcurso del tiempo escucharemos Su Palabra de manera más clara. Así podremos discernir entre lo bueno y lo malo y Él nos guiará en cada aspecto de nuestras vidas.
Por supuesto, cuando nuestro corazón está lleno de falsedad, no podemos obedecer lo que Él nos ha enseñado. Esto sucede debido a que en nuestros corazones hay una batalla entre los deseos del Espíritu Santo y el deseo por pecar. En tal caso el Espíritu Santo nos ayudará. Cuando buscamos la fortaleza y gracia de Dios al meditar en Su Palabra día y noche, orar y ayunar, Él no simplemente nos permitirá darnos cuenta de la verdad, sino que también nos dará la fortaleza para ponerla en práctica.
Tercero: Él nos mostrará el camino de bendiciones en nuestras vidas.
Cuando reconocemos a Dios en todos nuestros caminos, oramos sin cesar y encomendamos nuestras obras a Él, recibimos la guía del Espíritu Santo en toda ocasión. Por ejemplo: Dios instruyó a David cuando debía y no debía luchar con el enemigo e incluso le permitió conocer detalladamente las tácticas militares de la batalla. El Apóstol Pablo recibió la dirección del Espíritu Santo quien le mostró a dónde ir y lo que sucedería ahí. Asimismo, el Espíritu Santo nos enseñará todas las cosas en la medida en que dependamos de Dios y vivamos en la verdad.
Por ejemplo: al predicar el Evangelio, visitar a hermanos y hermanas en Cristo u orar por ellos, el Espíritu Santo permite pronunciar palabras que ellos necesitan escuchar. Es más, se torna muy fácil para ustedes el recibir bendiciones financieras en sus lugares de trabajo y negocios siempre y cuando reciban la dirección del Espíritu Santo. En otras palabras, el Espíritu Santo mora en sus corazones y les enseña todas las cosas a manera de tutor privado de cada uno de ustedes. Él también enderezará sus caminos al ayudarlos a entender el reino espiritual y la verdad.
Por lo tanto, nadie puede engañar a aquellos que son enseñados por el Espíritu Santo. Supongamos que alguien les dice que pueden entrar al Cielo con tan solo vivir una vida de bondad aunque no crean en Cristo. Entonces, ¿qué les enseñará el Espíritu Santo? Él les recordará el verso bíblico escrito en Hechos 4:12, que dice: "Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos". Supongamos que otra persona intenta engañarlos diciendo que ‘aunque vivan en pecado, recibirán salvación siempre y cuando hayan aceptado a Jesucristo como Salvador’, y que por ende no necesitan esforzarse mucho por desechar toda forma de pecado y maldad. Pero entonces el Espíritu Santo instantáneamente les enseñará la respuesta correcta, es decir, Él les recordará lo que dice Mateo 7:21: "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos".
No obstante, aunque no recordemos un verso bíblico específico, aquellos que oran pueden discernir entre lo bueno y lo malo. Cuando una persona les dice algo que no es verdad, se sentirán angustiados porque el Espíritu Santo no estará a gusto. Asimismo, aquellos que reciben la guía del Espíritu Santo podrán conocer todas las cosas por medio de Su voz y dirección. Por lo tanto, yo ruego que ustedes logren ser ungidos por el Espíritu Santo y que conozcan todas las cosas gracias a Su dirección para que entonces puedan vivir vidas cristianas adecuadas, siempre alertas a no ser engañados por la autoridad de las tinieblas.
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