Levántate y resplandece
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Abril 24, 2011 |
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"Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti" (Isaías 60:1).
En la actualidad, la maldad el hombre es muy grande sobre la Tierra. Las personas corren hacia el camino de la destrucción, sin siquiera saber lo que es el pecado. Debemos manifestar las obras poderosas de Dios para guiar a aquellas personas al camino de la salvación. En otras palabras, debemos convertirnos en obreros hábiles con capacidad para levantarse, resplandecer y guiar a muchas almas para que reciban la salvación para poder darle la gloria a Dios. Entonces, ¿qué debemos hacer para estar preparados?
Primeramente, debemos equiparnos con la Palabra de Dios.
El hecho de leer, memorizar y escuchar la Palabra de Dios no necesariamente significa que nos estemos equipando con la Palabra. Solo cuando la Palabra que escuchamos nos llena y la ponemos en práctica, podemos decir que estamos 'equipados con la Palabra'. Es decir, cuando nos equipamos con la Palabra, estaremos convencidos de que nuestros corazones están llenos con la Palabra de verdad y esa Palabra nos pertenece. Nuestro corazón, pensamientos y obras también cambiarán.
Por ejemplo: supongamos que usted escucha acerca de la mujer sirofenicia a quien Jesús le dijo: "…No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos". En ese instante, ella se humilló a sí misma y mostró su fe; así, recibió su respuesta. Al impresionarse por la acción de esta mujer, usted ora y piensa: "No debo ofenderme o sentir que mis emociones fueron lastimadas por el desprecio, sino hacer confesiones de bondad hasta el final". Pero no transcurre mucho tiempo antes de que alguien hiera sus sentimientos al decirle algo así: "¿Por qué te jactas tanto? Simplemente te gustan las cosas que te hacen sobresalir y haces alarde de tus logros constantemente". Ahora, si la verdad está cultivada en su corazón, se podrá sentir agradecido con la persona que le dijo eso como un consejo de amor.
No obstante, si la verdad es entendida solo en forma de conocimiento, quizás piense: "Eso no es así… me he estado esforzando al máximo debido a que los demás no lo han estado haciendo, y ahora me está juzgando y diciendo que soy un jactancioso? ¡Simplemente he intentado sembrar fe en aquella persona por medio de mi testimonio y ahora dicen que yo hago alarde de mis logros!" Usted puede tener sentimientos muy incómodos con muchos tipos de pensamientos. El Espíritu Santo está obrando a un lado de su mente, por lo que piensa: "Podré convertirme en un hombre del espíritu, solo cuando acepte palabras que son mucho más ofensivas que estas". Sin embargo, a pesar de escuchar esta voz en su interior, al final termina ignorándola.
En cambio, si en realidad está equipado con la Palabra, no tendrá ningún tipo de malestar. Cuando recibe un consejo de cualquier tipo, podrá pensar cómo lo puede aplicar a su propia vida, y si es que se da cuenta de algo podrá corregirlo usted mismo. También tendrá autoridad sobre sus palabras. Podrá escuchar la voz del Espíritu Santo con claridad, y le ayudará a evangelizar a las demás personas.
En segundo lugar, debemos tener amor espiritual.
Aquellas personas que se den cuenta de la gracia de Dios podrán, de manera natural, llegar a amarlo. Debido a que aman a Dios, no podrán dejar de amar a sus hermanos como a sí mismos (1 Juan 4:21). Supongamos que usted tiene gran anhelo por la Nueva Jerusalén y busca la santidad con todo su corazón, pero no ama a su hermano. Usted dice algo así: "Puedo aceptar a todas las personas, pero no a esta en particular… pues no me agrada". O usted dice: "No tengo odio hacia esa persona, pero no estoy en acuerdo con ella, por lo tanto simplemente la ignoro". Usted dice que no la odia, pero su actitud está muy lejos del amor. El verdadero problema es que no ama a aquella persona.
El amor es amable y busca el beneficio de los demás. Usted pensará en bondad desde el punto de vista de otras personas. Creerá que la otra persona hará mejor, tendrá esperanza, resistirá y soportará con ella. Creerá que esa persona puede cambiar, aunque le haga cosas malas y le cause daños, podrá comprenderlo al pensar en su transfondo y ambiente, considerando su medida de fe y comprendiendo su posición. Asimismo, al ver a las personas que usted ama, a pesar de que comentan faltas, no tratará de revelarlas. Se enfocará solo en sus puntos buenos; aunque las acciones de esa persona no vayan de acuerdo con su educación y sentido común, usted le ayudará a ser mejor usando esos buenos puntos. Usted debe amar a aquellas personas que tienen corazones ásperos que son como la caña cascada y el pabilo que humea.
En tercer lugar, debemos orar de manera poderosa.
Para poder levantarse y resplandecer, no solo debemos orar de manera diligente y constante, sino que también debemos orar de manera poderosa. Aunque algunas personas han orado por mucho tiempo, no han tenido una mejoría en su fe. Su arrogancia y patrones de pensamiento no han sido quebrantados. Esto significa que no están ofreciendo oraciones lo suficientemente poderosas que toquen el corazón de Dios. Algunas personas ni siquiera saben por lo que están orando debido a que tienen pensamientos ociosos y se quedan dormidos mientras oran. Las personas que usualmente hacen esto en la oración son distraídos y tienen una mala postura para la oración, pero si se arrodilla y orar fervientemente con las manos unidas, podrá orar con el corazón.
En 1 Corintios 14:14 leemos: "Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto". Tal como está escrito, orar en otras lenguas y la oración del corazón deben tener un equilibrio. Particularmente, cuando ore por el reino de Dios, debe orar claramente en su propio idioma nativo.
Algunas personas oran en lenguas cuando lo hacen por asuntos personales y cuando oran por el reino de Dios. En este caso, la mayoría de ellos no oran con su corazón cuando lo hacen en lenguas. Mientras están hablando en lenguas con sus labios, tienen pensamientos ociosos. También algunas personas oran con sus propias palabras, pero lo hacen con vanas repeticiones, o incluso algunos repiten las mismas palabras como si estuvieran cantando.
Aquellas personas que oran con todo su corazón podrán expresar claramente las cosas que son apropiadas para que Dios escuche. Recordarán aquello por lo que han orado ya que piden por lo que verdaderamente desean.
Amados hermanos y hermanas en Cristo, ruego en el nombre del Señor que ustedes se conviertan en obreros espirituales que puedan guiar a innumerables almas muertas al camino de la salvación al orar de manera poderosa bajo la guía del Espíritu Santo, al equiparse con la Palabra de Dios y cultivar amor espiritual en sus corazones.
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