Cómo llevar una vida verdaderamente valiosa
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Mayo 08, 2011 |
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"Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad" (Eclesiastés 1:2).
El libro de Eclesiastés, el cual nos da suma sabiduría para nuestras vidas como creyentes, fue escrito por Salomón, tercer rey del reino unido de Israel. Salomón fue sucesor del rey David, quien fue el rey más grandioso del pueblo de Israel. Luego de ofrecer a Dios mil holocaustos, Salomón recibió la asombrosa bendición de Dios, no solo la respuesta a sus oraciones, una sabiduría que nunca se ha dado ni se encontrará nuevamente entre los hombres, sino también grandes riquezas y honra.
Sin embargo, luego de haber disfrutado todas estas grandes bendiciones, el rey Salomón confesó lo que está escrito en este verso: "Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad" Dijo esto ya que se dio cuenta que el verdadero contentamiento no viene por la abundancia financiera, el poder y el placer, sino solo de parte de Dios. Entonces, ¿qué tenemos que hacer para poder llevar una verdadera vida valiosa en el Señor?
Primero: debemos tener un temor reverente hacia Dios
En Proverbios 8:13 está escrito: "El temor de Jehová es aborrecer el mal…". Este verso nos enseña lo que es tener un temor reverente hacia Dios. Esto significa el hecho de despojarse de la maldad que Dios aborrece para vivir una vida piadosa delante de Dios. El Dios de justicia todo lo observa con sus ojos resplandecientes y retribuye a cada persona según haya hecho. Si nosotros verdaderamente creemos en un Dios tan justo en lo profundo de nuestros corazones, no podemos practicar la falsedad y de ninguna manera causaremos daños a los demás.
José siempre tuvo un temor reverente hacia Dios en fe y nunca se desanimó ya que Dios le había dado un sueño. Cuando fue vendido a Egipto como un esclavo a la edad de 17 años, y de manera irrazonable fue enviado a la cárcel, José solamente puso su confianza en Dios. Al final Dios lo exaltó a Su manera. Dios permitió que todo obre para bien en la vida de José para ser nombrado como gobernante sobre todo Egipto después del Faraón, por medio de lo cual las bases para el establecimiento de la nación de Israel fueron colocadas.
De esta manera, cualquier persona que tenga este tipo de temor reverente a Dios, debe evitar cometer pecados y buscar y practicar la voluntad agradable de Dios, no le faltará nada y prosperará en todo lo que haga como dice Salmos 34:9: "…pues nada falta a los que le temen". El segundo significado de 'tener un temor reverente a Dios' involucra el hecho de volverse a Dios y confiar en Él en todo con fe. Si nosotros encomendamos completamente todo asunto a Dios, con temor y fe en Él de la manera que José lo hizo, podremos recibir bendiciones y llevar una vida exitosa y valiosa.
Por último, como está escrito en Eclesiastés 12:13: "El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre". El tener un temor reverente hacia Dios es obedecer Sus mandamientos. Los mandamientos de Dios descritos en la Biblia están divididos en cuatro categorías: 'Cosas que debemos hacer', 'cosas que no debemos hacer', 'cosas que debemos guardar' y 'cosas que debemos desechar'. Por lo tanto, cuando nosotros obedecemos lo que la Biblia nos dice que debemos hacer, no hacer, guardar y desechar, podemos considerarnos como personas que tienen temor reverente hacia Dios.
Segundo: debemos pedir la sabiduría y fortaleza de lo alto.
Para que podamos obtener sabiduría, la cual es necesaria para llevar una vida próspera en este mundo, las personas buscan y confían en el conocimiento y en la información obtenida por medio de los libros y varias publicaciones de los medios de comunicación. Pero la sabiduría de lo alto es mucho mejor que la sabiduría obtenida en este mundo. La sabiduría de lo alto puede adquirirse cuando nos abstenemos de toda clase de mal y obedecemos la Palabra de Dios, como dice Santiago 3:17.
La sabiduría que recibimos de los cielos luego de abstenernos de toda clase de mal y santificarnos puede convertirse en un hecho crucial de influencia y fortaleza para la prosperidad de nuestras vidas. Esto se debe a que, con la sabiduría en bondad, podemos recibir respuestas a todas nuestras oraciones y todo puede llevarse a cabo por el poder de Dios, como está escrito en Juan 15:7 que dice: "Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho".
No es cierto que el éxito o el fracaso en nuestras vidas dependen de nuestras mentes, sabiduría y habilidades. Solo cuando nos acercamos a Dios, quien es la fuente de sabiduría y poder, podemos vencer todo tipo de dificultades. Podemos convertir el fracaso en éxito y los acontecimientos desafortunados en afortunados por medio de la fe. Anhelo que ustedes busquen la bondad en cada aspecto y guarden los mandamientos de Dios para que Él pueda estar con ustedes y les de sabiduría y fortaleza de lo alto.
Tercero: debemos mantenernos atentos todo el tiempo.
En Mateo 25 encontramos la parábola de las diez vírgenes. Por medio de ella, Jesús nos enseña cómo llevar una vida cristiana en estos últimos días. En esta parábola, diez vírgenes tenían sus lámparas y estaban esperando por la llegada del esposo, pero finalmente solo cinco de ellas, las cuales prepararon vasijas llenas de aceite, recibieron al esposo y asistieron a la fiesta de la boda. Esto se puede aplicar a los creyentes en espera de la venida del Señor. Para que nosotros podamos esperar a nuestro novio, el Señor, y participar de los Siete Años del Banquete de las Bodas, debemos siempre mantenernos atentos, estar llenos del Espíritu a través la oración ferviente y de manera diligente adornar nuestras vidas como Su novia.
Tal como Él prometió en Juan 14:2 lo siguiente: "En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros". Jesucristo, nuestro Novio, descenderá de los cielos con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios. Además, al no saber cuándo nuestro espíritu será llevado al Cielo, tenemos que estar siempre sobrios, con la mente clara y bien preparados para tener la confianza de estar en pie delante del Señor.
Una persona sobria aumenta su esperanza por el Cielo día a día, y de acuerdo a esto, llega a ser una hermosa novia para el Señor y comparte de Su gracia con los demás y luego glorifica a Dios. Este tipo de personas, en la segunda venida del Señor, podrán verlo cara a cara y disfrutar de la vida eterna junto a Él por siempre.
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