Visión
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Agosto 28, 2011 |
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"He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida" (2 Timoteo 4:7-8).
No se puede expresar con palabras las aflicciones y pruebas que tuvo que sufrir el Apóstol Pablo a fin de cumplir con sus responsabilidades. Sin embargo, él mantuvo su fe y cumplió sus deberes con gozo y gratitud hasta el final, lo que se debe a que él albergó la visión de tener 'guardada la corona de justicia que el Señor, juez justo, le daría en aquel día.'
Él anheló compartir esta visión y esperanza con todos los demás, y proclamó: "…y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida."
¿Qué debemos hacer para alcanzar esta visión?
Primero: debemos buscar únicamente la gloria de Dios.
Al trabajar para el reino de Dios, de ninguna manera debemos presumir de nosotros mismos ni buscar la obtención de nuestros deseos. Para que esto suceda, no debemos permitir que exista orgullo ni arrogancia en nuestro corazón y debemos equiparnos espiritualmente con la Palabra de Dios. El hecho de escuchar la Palabra y tener un conocimiento preciso de ella no necesariamente significa que hay armamento espiritual en nuestro corazón. En otras palabras, no solo debemos tener conocimiento exacto de la Palabra, sino que también debemos ponerla en práctica.
Claro está que si almacenamos la Palabra en nuestro cerebro como conocimiento, podremos enseñar a la grey y predicar el mensaje. Sin embargo, no producirá cambio en las almas, las cuales cambiarán por nuestra enseñanza y mensaje solo si actuamos según la Palabra; esto producirá obras de vida y el resultado final del cambio espiritual y la obtención de la vida verdadera será la glorificación a Dios.
Supongamos que dos personas se han equipado espiritualmente con la Palabra de Dios por igual; sus niveles de manifestación del poder de Dios serán distintos dependiendo de la cantidad de sus oraciones. De manera particular, si usted es un obrero de Dios que cuida de las almas en las primeras filas de la guerra espiritual, debe ofrecer oración ferviente a Dios para hacer descender el poder del Espíritu Santo en su totalidad y cumplir con la obra de Dios. La profundidad del entendimiento de la Palabra será diferente de acuerdo a la cantidad de sus oraciones fervientes.
Si usted llega a ser inspirado por el Espíritu Santo, podrá notar y comprender la profundidad de las palabras espirituales, de no ser así, tendrá dificultades para comprender la Palabra ya que no es posible entenderla solo con gran conocimiento y sabiduría del mundo. Se dice que el Apóstol Pedro tenía poca educación, sin embargo escribió la primera y segunda Epístolas de Pedro por inspiración del Espíritu Santo. Él logró hacer esto únicamente porque entendió la profundidad del reino espiritual gracias a la inspiración del Espíritu Santo. En esto reside la gran importancia de la oración.
Por lo tanto, usted debe ser lleno de la inspiración del Espíritu Santo en todo tiempo al equipar su ser con la Palabra y la oración ferviente, y al buscar únicamente la gloria de Dios en un intento por cumplir con su visión.
Segundo: debemos poseer gran fe espiritual.
Para glorificar a Dios se requiere de nosotros gran fe espiritual, lo que se debe a que la fe conlleva gran importancia en el cumplimiento de la obra de Dios.
Al vivir una vida cristiana posiblemente encontremos varias aflicciones que podemos superar solo con fe. Pero encontramos aliciente en las palabras de 1 Pedro 1:7 que dicen: "Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo." Esto significa que solo al pasar las pruebas de fe podremos revelar la gloria de Dios y serán halladas en alabanza, gloria y honra.
La historia de la Iglesia Central Manmin en verdad se ha caracterizado por 'cumplir todo con fe, desde el principio hasta el final'. Al iniciar la iglesia no se contaba con las instalaciones necesarias, se comenzó con solo $7.00 USD y se empezó a recibir todo lo necesario gracias a la oración de fe.
Cuando se encontró muertas a mis tres hijas y un joven debido a la intoxicación por gas de monóxido de carbono, encomendé sus vidas a Dios por fe, y al final Dios las revivió. Cuando personas malvadas han estado a punto de destruir la iglesia, cuando hemos necesitado reubicarnos de manera inmediata y al enfrentar graves crisis financieras hemos pasado las pruebas solamente con fe.
Al dirigir las muchas cruzadas internacionales lo he logrado solo por fe. Si usted tiene el mismo tipo de fe que yo, podrá producir gran fruto y glorificar a Dios donde quiera que vaya.
¿Cómo se puede poseer esta gran fe? La respuesta es que Dios da esta fe de lo alto y lo hace en la medida en que usted prepare una vasija limpia de corazón. Esto se logra al abstenerse de toda forma de maldad, al obedecer lo que la Biblia dice que se debe o no se debe hacer, al guardar lo que indica que se guarde y al abstenerse de lo que se debe abstener.
Si usted no se ha despojado de las obras de la carne que Dios aborrece, las que están descritas en Gálatas 5:19-21, será imposible que la fe descienda sobre usted desde lo alto. Si cuida de las almas y las aconseja con fe, será algo carnal y sus oraciones por la congregación no tendrán efecto. De este modo su fidelidad se hallará solo en la carne, mas en la segunda parte de Romanos 14:23 leemos: "…y todo lo que no proviene de fe, es pecado."
Al despojarse de toda forma de maldad y permanecer en los mandamientos de Dios, Él le dará fe espiritual de lo alto y también todo aquello que pida (1 Juan 3:21-22). ¿Acaso no se sentiría feliz si entrara en una dimensión que garantiza la confirmación de Dios en la obra que usted realiza?
Le animo sinceramente a que haga sus dedicaciones al reino de Dios con esta fe de modo que pueda llevar la corona de justicia en el Día de Gloria. Ruego por esto en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
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