La justicia, la misericordia y la fidelidad
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Diciembre 11, 2011 |
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"¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque pagáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino, y habéis descuidado los preceptos de más peso de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad; y éstas son las cosas que debíais haber hecho, sin descuidar aquéllas" (Mateo 23:23 LBLA).
En el tiempo de Jesús, los líderes religiosos judíos guardaban la ley de manera estricta. Guardaban la ley de manera tan estricta que, en el caso de los diezmos, contaban las hojas y tallos de los vegetales. También estudiaban la ley y la enseñaban a las personas. Además se jactaban de que ellos guardaban muy bien los mandamientos de Dios.
Estudiaban la ley para guardarla de manera literal, pero se olvidaban de la justicia, la misericordia y la fidelidad, las mismas que eran el fundamento espiritual de la ley. Jesús señaló abiertamente su codicia, libertinaje y desorden escondido en su hipocresía y los exhortó por aquello. No se arrepintieron sino que se pusieron en contra de Jesús. Conocían muy bien la Ley, pero no comprendían el corazón de Dios al proporcionarles la ley.
1. Significados de la justicia, la misericordia y la fidelidad
Aquí, la justicia es seguir las cosas que son correctas.
Los fariseos y escribas eran muy justos en lo externo, de acuerdo a las normas de la Ley. En su obrar, ellos guardaban los mandamientos de Dios de manera muy estricta. Sin embargo, por dentro, ellos siempre pensaban cómo podían recibir reconocimiento y respeto de las personas. Eran hipócritas porque solo querían aparentar que eran justos delante de las personas. Es decir, sus corazones estaban llenos de injusticia.
Mateo 23:5-7 dice: "Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos; y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí". Las 'filacterias' eran dos cajas pequeñas de cuero usadas por los hombres judíos, que contenían rollos de pergamino con pasajes de las Escrituras escritos en ellos. Los fariseos hacían filacterias más grandes y las cargaban en ellos para mostrar que eran piadosos. En otras palabras, cargaban 'Biblias más grandes' que las demás personas. Por fuera parecía que meditaban en la Palabra de Dios, oraban y ayunaban. Sin embargo, en sus corazones no tenían justicia, que es la disposición de seguir lo que es correcto.
¿Cómo es usted? En cualquier caso, les insto a examinar si es que ustedes están guardando la Palabra para aparentar justicia a los ojos de las personas sin ustedes darse cuenta. Aquellos que practican la justicia delante de Dios obrarán de igual manera, independientemente de las situaciones o circunstancias. Aunque las personas los vean o no, o aunque estén o no en una posición alta, o aunque sea de beneficio o perjudicial para ustedes en ese momento, simplemente siguen lo que es correcto de acuerdo a la Palabra. Esto se debe a que ustedes siempre están consientes de agradar a Dios y no a los hombres. Como hijos verdaderos de Dios y obreros espirituales, han guardado la Palabra de Dios para ser reconocidos por Él y no por los demás. Ustedes viven por la Palabra de Dios debido a que aman vivir en la bondad y asemejarse a Dios.
Luego, la misericordia hace referencia al amor y la generosidad.
Ustedes pueden guardar la ley de manera que sea de agrado para Dios solo cuando tienen amor y generosidad en sus corazones. Primero, deben tener amor por Dios. Jesús lamentaba que los fariseos y los escribas no tuvieron este tipo de amor. Para poder guardar completamente la Ley, ustedes deben tener amor por su prójimo así como por Dios.
En Juan 8 los escribas y fariseos trajeron a una mujer que acusaban ante Jesús. Juan 8:4-5 dice: "Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?" Era lo correcto apedrearla de acuerdo a la Ley del Antiguo Testamento. Pero en el corazón de ellos solo había la astucia para probar a Jesús y para que ella recibiera condenación. Ellos no tenían ningún rastro de misericordia o compasión de Dios hacia los pecadores.
Dios quiere salvar hasta la última alma. Además, si ustedes tienen este tipo de rastro del amor de Dios, tendrán misericordia con aquellas almas. De acuerdo a la ley, los pecadores debían morir. Sin embargo, Dios nos perdona de nuestros pecados mediante el sacrificio de Su Hijo unigénito, Jesús. Él nos mostró el amor que sobrepasa la justicia. Si nosotros cultivamos completamente misericordia en nuestros corazones, guardaremos la ley de Dios y solo seremos bondadosos con nuestro prójimo.
Por último, 'la fidelidad' hace referencia a nuestra fe hacia Dios.
Hebreos 11:6 dice: "Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay…". Los fariseos y los escribas pensaban que creían en Dios, pero en realidad no era así. Ellos guardaban los mandamientos pero solo tenían un servicio externo para ser reconocidos por los demás. Es decir que no reconocían a Dios quien escudriña lo profundo del corazón. Si realmente creían en Dios desde lo profundo de sus corazones, hubieran creído en Dios, quien recompensa las buenas obras, y hubieran practicado la justicia con esperanza.
Dios permite mejores moradas celestiales para aquellos que las arrebatan con fuerza. Ahora, 'lo arrebatan con fuerza' significa hacer lo mejor posible para cortar las cosas mundanas, aprender la Palabra de Dios, orar y alzar nuestra mirada a Dios. Es creer en Dios quien le recompensará cuando ponga en práctica Su Palabra. De esta manera puede desechar los pecados y trabajar fielmente con gozo. Es porque sabe que su morada está siendo construida en un mejor lugar celestial y que hay más recompensas que están siendo acumuladas. Espero que usted pueda guardar todos los mandamientos de Dios con fe y gozo, los mismos que nos dice qué hacer, qué no hacer o ciertas cosas que se bebe desechar.
He explicado la importancia de la justicia, la misericordia y la fidelidad. Sin embargo, ¿esto significa que las obras no son importantes? Como Jesús dijo en la lectura bíblica, debemos hacer estas cosas, es decir, cultivar la justicia, la misericordia y la fidelidad, sin descuidar las demás, es decir, sin dejar de descuidar obras tales como los diezmos. Si nosotros cultivamos la justicia, la misericordia y la fidelidad en nuestros corazones, tendremos naturalmente las obras de seguir y guardar los mandamientos. Usted puede seguir practicando la Palabra de Dios con su corazón a pesar de que aún no haya cultivado completamente la justicia, la misericordia y la fidelidad en usted. Es decir, su fe crecerá rápidamente. Por el contrario, no debe pensar erróneamente que está viviendo por la palabra sólo porque tiene obras externas. Si ese es el caso, puede ser que su fe deje de crecer.
2. Cómo cultivar la justicia, la misericordia y la fidelidad
Jeremías 4:4 dice: "Circuncidaos a Jehová, y quitad el prepucio de vuestro corazón, varones de Judá y moradores de Jerusalén…". Aquí, 'quitar el prepucio de vuestro corazón' significa que debemos lavar nuestro corazón que está sucio con pecados y maldad. En el Antiguo Testamento, la circuncisión se hacía de manera física. En el Nuevo Testamento nosotros hacemos la verdadera circuncisión, la cual no es la del cuerpo sino la del corazón. En Colosenses 2:11 dice: "En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo". En el versículo anterior, remover el cuerpo carnal es desecharnos de la carnalidad de nuestro corazón.
Podemos cultivar justicia misericordia y fidelidad cuando removemos fundamentalmente los pecados sucios y la maldad, que es la carne que perece, por circuncidar nuestros corazones. Además, no debemos detenernos a medio camino cuando estamos circuncidando nuestro corazón. A menos que circuncidemos nuestro corazón, no podemos aprender la Palabra, orar o trabajar fielmente con todo nuestro corazón. Por lo tanto, si usted circuncida su corazón, podrá vivir con un gozo sobreabundante cada día. Además, debido a que se ha despojado de cosas malas de su corazón, la fragancia de Cristo lo rodeará (2 Corintios 2:15).
Es mi anhelo que usted se convierta en un hijo verdadero de Dios, que pueda ser elogiado por hacer bien las cosas y de manera apropiada, para así poder causarle a Dios un gran gozo.
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