El Señor vendrá otra vez...
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Marcha 11, 2012 |
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"De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca" (Mateo 24:32-34).
Hace aproximadamente 2.000 años atrás, Jesús vino a este mundo para salvar al hombre de sus pecados y muerte. Él resucitó de los muertos porque no tuvo falta ni pecado en lo absoluto. Fue crucificado en la cruz y resucitó al tercer día; después de Su resurrección, Él prometió que regresaría para llevarnos al Cielo. En Hechos 1:11 leemos: "Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo". ¿Qué pasará entonces cuando nuestro Novio, el Señor, regrese en el aire?
1. La venida del Señor será en el aire
Hasta el momento, todas las profecías en la Biblia se han cumplido, excepto la de la venida del Señor en el aire, los siete años de tribulación, el regreso del Señor al mundo, el Reino Milenario y el Juicio del Gran Trono Blanco. Estos eventos se desarrollarán en el futuro.
1 Tesalonicenses 4:16-17 dice: "Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor".
Cuando el Señor venga en el aire, los muertos en Cristo resucitarán primero. En la Biblia se los llama 'los que duermen', tal como está escrito en 1 Corintios 15:20. Los cuerpos que han sido enterrados en la tierra se levantarán como incorruptibles. Entonces sus cuerpos se reunirán con el espíritu y alma en el aire, llegando a ser cuerpos resucitados. "Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor". A esto se llama 'el Rapto'.
El Señor, nuestro Novio, ciertamente vendrá por nosotros; Él prometió en la Biblia que vendrá pronto. Hebreos 10:37 dice: "Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará". En Apocalipsis 3:11 leemos: "He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona".
Pero algunos creyentes, al igual que la gente del mundo, tienen dudas respecto a la segunda venida del Señor; condenan a aquellos que dicen que el Señor vendrá pronto, y dicen: "¡Es el extremo de la escatología y una herejía!" Sin importar con cuánta vehemencia nieguen la venida del Señor, Él ciertamente vendrá. No obstante, debemos tener cuidado y alejarnos de ciertos grupo de personas. Estos son aquellos que predicen la fecha y momento específico de la venida del Señor, y dicen: "El Señor vendrá a cierta hora, día, mes y en tal año".
En Mateo 24:36 leemos: "Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre". Ningún verso de la Biblia especifica el año, mes, día y hora en la que vendrá el Señor. Simplemente nos hablan de las señales del fin de los tiempos para que podamos comprenderlas.
2. Las señales del fin del siglo
En Mateo 24:3 los discípulos de Jesús acudieron a preguntarle: "¿Cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?" Jesús respondió según lo escrito en los siguientes versos (5 a 8): "Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores". Añadió también (versos 11-12): "Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará". El verso 14 nos dice: "Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin".
Jesús habló también acerca de cómo cambiaría Israel a Su venida, comparando Israel con la higuera descrita en Mateo 24:32-33. Dice: "De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas".
Al hablar de la higuera, cuya 'rama está tierna y brotan hojas', se refiere a la independencia del Estado de Israel. Se predijo que la nación de Israel estaría por desaparecer y que más tarde se restablecería. Por consiguiente, cuando en el verso dice: "...cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas", significa que la segunda venida del Señor estará cercana cuando Israel se torne independiente.
3. Reconstrucción de Israel
Roma destruyó Israel en el año 70 D.C. No había ninguna 'piedra sobre piedra' en el templo, tal como se profetizó en Mateo 24:2. Todas las personas de la nación de Israel se dispersaron por el mundo. Los líderes romanos dejaron solo unas partes del muro del templo para conmemorar su victoria. Ese muro es actualmente muy conocido como 'El Muro de los Lamentos'.
Los israelíes que vivieron dispersos en el mundo durante la Diáspora, tuvieron que sufrir persecución y fueron tratados con desprecio. Aproximadamente seis millones de judíos europeos fueron deportados y asesinados durante la Segunda Guerra Mundial. Se les profirieron maldiciones y les causaron dificultades que fueron horrendas. Sin embargo, no se olvidaron de Dios, sino que guardaron la Ley. Dios tampoco los olvidó; Él profetizó en el Antiguo Testamento que los levantaría nuevamente.
En Ezequiel 38:8 leemos: "De aquí a muchos días serás visitado; al cabo de años vendrás a la tierra salvada de la espada, recogida de muchos pueblos, a los montes de Israel, que siempre fueron una desolación; mas fue sacada de las naciones, y todos ellos morarán confiadamente". En Isaías 49:8 leemos también: "Así dijo Jehová: En tiempo aceptable te oí, y en el día de salvación te ayudé; y te guardaré, y te daré por pacto al pueblo, para que restaures la tierra, para que heredes asoladas heredades".
Cuando llegó el momento indicado, Dios reunió a los israelíes y restableció el país. Esto ocurrió el 14 de mayo de 1948. La nación que había caído por completo se restableció luego de casi 1.900 años. A pesar de que Israel ocupa una extensión muy pequeña de terreno rodeado por países hostiles, ha crecido y ha llegado a ser una de las naciones desarrolladas del mundo, lo cual ha llamado la atención del mundo.
Nosotros notamos que el verano se acerca cuando brotan muchas hojas en la higuera. De la misma manera, podemos notar que la Segunda Venida del Señor está cercana ya que Israel se independizó y ha llegado a ser un país desarrollado. Por consiguiente, debemos conducir a las almas al camino de salvación con mayor fervor, y llevar vidas cristianas más sinceras. Para estos creyentes, el día del Señor no llegará como un ladrón en la noche.
Los creyentes semejantes al trigo, quienes aman a Dios y guardan Sus mandamientos, los que esperan el regreso del Señor, naturalmente se adornarán a sí mismos como novias del Señor. Ellos se enfocan en alcanzar los requerimientos como novias del Señor sin manchas ni arrugas.
Pero hay personas que toman el camino de destrucción y viven a manera de esclavos del enemigo diablo y Satanás sin saber que el Cielo y el Infierno existen. Incluso algunos creyentes cometen pecados; continúan siendo amigos del mundo al igual que la gente en el tiempo de Noé, quienes comían, bebían y se casaban hasta el día que Noé entró en el arca. La inundación llegó y los destruyó a todos. (Lucas 17:27) ¿Recibieron salvación? ¡Claro que no!
Vivimos ahora en los tiempos del fin, llenos de señales del fin del siglo registradas en la Biblia. Por ende, ruego en el nombre del Señor que ustedes comprendan que el fin de los tiempos está muy cercano y que nos urge mantenernos alertas, orando y adornando nuestro ser como novias del Señor.
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