Sólo tengo un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en la vasija
|
|
|
6443 |
|
Agosto 26, 2012 |
|
|
|
Cuando ella iba a conseguirla, la llamó y le dijo: Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano. Pero ella respondió: Vive el SEÑOR tu Dios, que no tengo pan, sólo tengo un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en la vasija y estoy recogiendo unos trozos de leña para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que comamos y muramos. Entonces Elías le dijo: No temas; ve, haz como has dicho, pero primero hazme una pequeña torta de eso y tráemela; después harás para ti y para tu hijo. Porque así dice el SEÑOR, Dios de Israel: "No se acabará la harina en la tinaja ni se agotará el aceite en la vasija, hasta el día en que el SEÑOR mande lluvia sobre la faz de la tierra". (1 Reyes 17:11-14 LBLA)
En la sociedad moderna, las personas poco se preocupan por los demás y se ocupan mucho de sus propios intereses. No obstante, a veces hay personas que se sacrifican a sí mismos para salvar a los demás; estos incidentes se convierten en titulares y la gente habla de ellos. De hecho, algunas de estas personas han seguido su instinto de obligación como humanos y lo que han hecho ha llamado la atención porque muchas otras personas no siguen ni aceptan este sentido de responsabilidad en la actualidad.
Entonces, ¿cómo debemos actuar nosotros, en calidad de hijos de Dios, que han aprendido la Palabra de Verdad? Nosotros quienes hemos llegado a ser hijos de Dios con el amor de Jesucristo, debemos comprender el corazón de bondad que Dios en realidad desea que tengamos en esta generación y debemos actuar en base a la verdad.
En 1 Reyes 17 hay una historia de una viuda en Sarepta quien recibió una bendición muy grande al ofrecer a Elías, el siervo de Dios, un puñado de harina y un poco de aceite durante una fuerte sequía y hambruna. ¿Cómo logró ella recibir la bendición?
1. Elías profetizó la sequía en Israel
En el tiempo del Rey Acab, el rey y el pueblo de Israel cayeron en la idolatría y cometieron pecados, por lo que la maldición de Dios recayó sobre ellos. Esta maldición consistía en que no llovería por tres años y medio. Antes de que esta maldición recayera sobre ellos, Dios la profetizó por medio de Elías, tal como está escrito en 1 Reyes 17:1, que dice: "Vive el SEÑOR, Dios de Israel, delante de quien estoy, que ciertamente no habrá rocío ni lluvia en estos años, sino por la palabra de mi boca".
Pero el Rey Acab trató incluso de capturar y matar a Elías, el que había dado la palabra profética, y mucho menos ofrecer arrepentimiento. Dios permitió que Elías se escondiera junto al arroyo de Querit y ordenó a los cuervos que le llevaran pan y carne a ese lugar.
Ocurrió que luego de un tiempo el arroyo se secó porque no había lluvia en la tierra. Entonces la Palabra de Dios vino a él, diciendo: "Levántate, ve a Sarepta, que pertenece a Sidón, y quédate allí; he aquí, yo he mandado a una viuda de allí que te sustente" (1 Reyes 17:9).
Esto no significa que Dios le había dicho a la viuda de Sarepta: "Te enviaré a Elías; provee alimento para él". Más bien significa que Él iba a guiar el corazón de ella para que pudiera sustentarlo. La razón por la que ella pudo ser guiada a sustentar a Elías fue porque tenía un corazón lleno de bondad con el que podía sacrificarse a sí misma por los demás.
Asimismo, ¿cómo lograba Elías ser guiado por la voluntad de Dios de este modo? Esto se debía a que él era un vaso preparado para la gloria de Dios y era el siervo de Dios con quien Él caminaba. Dios estaba tan complacido con él, que incluso lo llevó vivo al Cielo. Es por eso que pudo hacer que los israelitas se arrepintieran al hacer descender fuego de lo alto en el Monte Carmelo.
En 1 Reyes 18, Elías desafió a cientos de profetas de Baal y Asera quienes habían hecho que los israelitas adoraran ídolos. Pusieron ofrendas en el altar y los profetas invocaron los nombres de sus dioses; Elías, por otro lado, invocó el nombre del Señor. Ellos acordaron que quien respondiera con fuego, sería el Dios verdadero. Al final Elías hizo descender la respuesta de fuego y reveló que el Señor es el único Dios verdadero.
Dios proveyó para Elías por medio de los cuervos y la viuda de Sarepta ya que él pudo ser usado de manera preciosa para gloria de Dios.
2. La viuda de Sarepta le dio a Elías el único alimento que tenía
Elías fue a Sarepta tal como Dios se lo había pedido. Cuando llegó a la puerta de la ciudad, una viuda estaba ahí recogiendo leña. Él la llamó y dijo: "Te ruego que me consigas un poco de agua en un vaso para que yo beba". Cuando ella iba a conseguirla, la llamó y le dijo: "Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano".
En ese entonces era difícil conseguir agua por causa de la larga sequía, pero él pidió también que le diera comida. Parecía que él no tenía vergüenza, pero la viuda de Sarepta tampoco sintió incomodidad alguna en su corazón sino que se sintió mal por no poder ayudarlo ante su situación.
Ella respondió: "Vive el SEÑOR tu Dios, que no tengo pan, sólo tengo un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en la vasija y estoy recogiendo unos trozos de leña para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que comamos y muramos" (1 Reyes 17:12).
Si Elías le hubiera pedido esto con pensamientos humanos, el corazón de ella no se habría manifestado con obras agradables a Dios. Al escuchar su respuesta, Elías dijo: "No temas; ve, haz como has dicho, pero primero hazme una pequeña torta de eso y tráemela; después harás para ti y para tu hijo. Porque así dice el SEÑOR, Dios de Israel: 'No se acabará la harina en la tinaja ni se agotará el aceite en la vasija, hasta el día en que el SEÑOR mande lluvia sobre la faz de la tierra'" (1 Reyes 17:13-14).
No era sencillo que personas sencillas obedecieran a Elías y le dieran el alimento que era más precioso que el oro ante la grave sequía. Pudieron haber pensado: "¿Por qué pide a la pobre viuda si dice que tiene tanto poder?" Sin embargo, la viuda de Sarepta no presentó razones ni excusas para desobedecer, al contrario, simplemente obedeció. Al ver esto nos damos cuenta de cuánto confiaba ella en Dios y en Su siervo y cuán bueno era su corazón.
3. Bendiciones otorgadas a aquellos que incansablemente dan todo a los demás
Dios conocía el buen corazón de la viuda, de modo que la escogió de entre muchas personas e hizo los arreglos para que sustentara a Elías. Por medio del incidente, la puerta de las bendiciones se abrió para la viuda de Sarepta.
En 1 Reyes 17:15-16 leemos: "Entonces ella fue e hizo conforme a la palabra de Elías, y ella, él y la casa de ella comieron por muchos días. La harina de la tinaja no se acabó ni se agotó el aceite de la vasija, conforme a la palabra que el SEÑOR había hablado por medio de Elías". Ella fue bendecida de manera sorprendente y tuvo alimentos hasta que la fuerte sequía llegó a su final.
Debemos prestar atención al hecho de que la bondad de la viuda se le dio a una persona que era amada por Dios. Por lo tanto, no debemos abandonar el servicio a los demás, incluyendo a los pastores de la iglesia, y también el servicio a Dios.
Motivada por su bondad, la viuda de Sarepta debe haber mostrado las mismas obras a las personas que la visitaban, aunque quizás no eran hombres o mujeres de Dios. Dios le envió a Elías porque conocía que ella tenía ese tipo de corazón. Elías era alguien que contaba con la garantía de Dios; Él lo envió a la viuda para que ella pudiera recibir bendiciones a pesar de que sí existían otras maneras de sustentar a Elías.
Si ella hubiera tenido tan solo un poco de codicia, ¿cómo habría logrado obedecer las palabras de Elías en medio de aquella fuerte sequía y hambruna? No obstante, ella no estaba llena de codicia sino de un corazón con bondad con el que podía compartir con los demás. De este modo pudo obedecer a Elías y recibir bendiciones impresionantes.
La viuda de Sarepta enfrentó una crisis de muerte en la sequía de tres años y medio, pero por causa de su corazón verdaderamente bueno, Dios obró por ella para que pudiera comer y vivir sin preocupaciones durante la sequía.
Dios da a conocer a los hombres llenos de bondad y los bendice sin duda alguna en Su tiempo perfecto. Ruego en el nombre del Señor que usted llegue a ser un hijo de la Luz que hace el bien, que reciba grandes bendiciones de Dios y que le glorifique en gran manera.
|
|