El SEÑOR dio y el SEÑOR quitó
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Noviembre 04, 2012 |
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"Entonces Job se levantó, rasgó su manto, se rasuró la cabeza, y postrándose en tierra, adoró, y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá. El SEÑOR dio y el SEÑOR quitó; bendito sea el nombre del SEÑOR" (Job 1:20-21 LBLA).
Un diamante en bruto parece una simple roca, pero después del trabajo de un joyero experto se convierte en una piedra preciosa que brilla intensamente y es admirada por muchos. Al igual que el diamante en bruto, un hombre a quien Dios ama puede convertirse en un obrero precioso después de que sus rasgos ásperos se cortan, se limpian y se pulen a través del refinamiento. Según la Biblia, ¿qué tipo de pruebas de refinamiento atravesó Job a fin de descubrir y abstenerse de la maldad que estaba en lo profundo de su naturaleza para luego convertirse en un hombre de bendición?
1. La razón por la que Dios permitió que Job atravesara pruebas
Job 1:1 presenta a Job de la siguiente manera: "...y era aquel hombre intachable, recto, temeroso de Dios y apartado del mal". Job, siendo el mayor de todos los hombres del este, ayudaba a los pobres y huérfanos y hacía muchas buenas obras. Sin embargo, ¿por qué Job, el que era intachable y recto y que hacía solo lo bueno, tuvo que enfrentar una prueba tan dura?
Job era un hombre del tiempo del Antiguo Testamento; era perfecto en sus actos externos, pero todavía tenía maldad en lo profundo de su naturaleza. Dios sabía que él se convertiría en un hijo del espíritu y que sería todavía más bendecido si se abstenía de la maldad que se encontraba en lo profundo de su naturaleza y por eso Él permitió que Job fuera probado.
Cierto día Satanás le dijo a Dios que Job lo servía únicamente porque le había dado grandes bendiciones. Satanás presentó sus acusaciones contra Job diciendo que se debía probar su rectitud arrebatándole todas las bendiciones que Dios le había dado. Dios permitió esta prueba tal como Satanás lo había dicho, y luego dijo a Satanás: "...pero no extiendas tu mano sobre él". En otras palabras, en ese instante Dios detuvo las pruebas que le causarían daño (Job 1:12).
En este caso, lo que debemos saber es que no es Dios, sino Satanás, quien provoca las pruebas al hombre cuando comete pecados o hace algo incorrecto. Es por eso que Santiago 1:13 nos dice: "Que nadie diga cuando es tentado: Soy tentado por Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal y El mismo no tienta a nadie".
2. Job no culpó a Dios ni siquiera después de perder todas sus posesiones e hijos
Con el tiempo, gran aflicción afectó la vida de Job. En un instante él perdió todo lo que tenía, excepto su propio cuerpo y sus hijos. Aun así, él no culpó a Dios sino que dijo lo escrito en Job 1:21: "El SEÑOR dio y el SEÑOR quitó; bendito sea el nombre del SEÑOR".
Entonces Satanás provocó otra prueba que amenazó con su vida; fue herido con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza. Él se rascaba con sus dedos, pero la condición empeoró tanto que tomó un tiesto para rascarse mientras estaba sentado entre las cenizas. Aun así, él no culpó a Dios. Entonces su mujer le dijo: ¿Aún conservas tu integridad? Maldice a Dios y muérete. (Job 2:9). Pero él le dijo: Como habla cualquier mujer necia, has hablado. ¿Aceptaremos el bien de Dios y no aceptaremos el mal? En todo esto Job no pecó con sus labios. (Job 2:10).
No obstante, él habló de este modo porque todavía no comprendía la verdad. Dios, quien es la Verdad en sí, no permite la calamidad sobre nosotros sin razón alguna. Cuando alguien es castigado, debe haber una razón. Cuando obedecemos la Palabra de Dios, recibiremos bendiciones. Pero cuando continuamos desobedeciendo, lo que recibiremos es adversidad. Job sabía mucho acerca del Dios que lo bendecía, pero no lo comprendía ya que pensaba que Él había permitido, de modo indiscriminado, que la adversidad afectara a la gente sin razón. En consecuencia, no podía identificar sus faltas.
Ya que Job malinterpretó a Dios de este modo, lo consideraba una especie de dictador. Si él hubiera entendido la razón por la que se le permitía pasar por la adversidad, se habría alejado de ella. No obstante, no podía descubrirse a sí mismo. En consecuencia, no pudo evitar ser puesto a prueba.
3. La maldad en lo profundo de la naturaleza de Job salió a la luz cuando su vida se vio amenazada
Al verse de continuo ante situaciones desesperadas, Job finalmente comenzó a exteriorizar la maldad que estaba escondida en lo profundo de su naturaleza. Él maldijo el día en que nació y sus circunstancias y además culpó a Dios cuando su vida se vio en peligro.
En Job 27:2, él dijo: "Vive Dios, que ha quitado mi derecho, y el Omnipotente, que amargó el alma mía". Él cuestionó por qué Dios había provocado tal adversidad diciendo que era recto, honesto y que temía a Dios en verdad.
Si él hubiera creído en Dios por completo al confesar que "el Señor dio y el Señor quitó", entonces no se habría quejado y culpado a Dios. Simplemente habría entregado todo, incluyendo su vida, con un corazón lleno de gratitud por la gracia de la salvación que se le había otorgado.
No obstante, no debemos pensar que Job se quejó al igual que una persona común que explota de ira. Aunque Él se quejó y culpó a Dios, lo hizo por su desesperación extrema, es decir, con enorme ansiedad y desesperanza. Esto es totalmente distinto a aquellos que tienen malos sentimientos y que se enfurecen ante el mínimo problema.
4. Luego de abstenerse de la maldad que estaba en lo profundo de su naturaleza, Job llegó a ser un hombre de bendición
En Job 38, Dios empieza diciéndole a Job: "¿Quién es éste que oscurece el consejo con palabras sin conocimiento?" Para Job, el que conocía a Dios como una ciencia pero que jamás había tenido un encuentro con Él en el corazón, Dios obraba a través de Su voz.
Job había culpado a Dios por medio de las muchas palabras que dijo, pero se quedó sin palabras el momento que escuchó la voz de Dios. Él incluso dijo: "...deseo contender con Dios", y le pidió que se presentara ante él si en verdad existía. Por tanto, en este punto Job estaba demasiado avergonzado para pedir el perdón de Dios.
Poco a poco se arrepintió por completo por haber pensado que él era un hombre recto y por haber actuado como que si lo supiera todo por causa de su arrogancia. Desde el fondo del corazón dijo: "Yo sé que tú puedes hacer todas las cosas, y que ningún propósito tuyo puede ser estorbado" (Job 42:2).
Por medio de estas pruebas, Job eventualmente descubrió la maldad de su naturaleza, se despojó de ella y llegó a tener el buen corazón que Dios anhela. Llegó a tener el corazón que puede decirle a Dios: "Que se haga Tu voluntad", incluso si Dios pide su propia vida. Él llegó a amar a Dios con su corazón y demostró acciones de amor.
A manera de bendición de Dios, al final las posesiones de Job se duplicaron y también fue bendecido con siete hijos y tres hijas. Además, en toda la tierra no se encontró mujeres tan hermosas como las hijas de Job. De este modo Job no solo llegó a tener fe semejante al oro puro, sino que también recibió todo tipo de bendiciones, entre ellas fama, autoridad, finanzas, hijos y buena salud.
Amados hermanos y hermanas: muchas personas interpretan el libro de Job de manera errónea, y dicen: "Solo soporten todas las pruebas y adversidades. Luego recibirán las bendiciones". Sin embargo, las bendiciones no proceden tan solo por soportar las pruebas. Es necesario descubrir por qué se está atravesando por pruebas, así como los muros de pecado que ha levantado contra Dios. Al hacerlo, deben arrepentirse de sus pecados por completo. A Job se lo consideró intachable y recto, pero aun así, pudo llegar a ser un hombre de bendición cuando descubrió la maldad en lo profundo de su naturaleza, al arrepentirse ante Dios y al despojarse de lo malo.
Por consiguiente, ruego en el nombre del Señor que al alejar toda forma de maldad y llegar a ser santificados, ustedes reciban el amor y las bendiciones en calidad de personas del espíritu.
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