Amor Espiritual (1) - Amor carnal y amor espiritual
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Noviembre 25, 2012 |
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“Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor” (1 Juan 4:7-8).
Pastor Principal Dr. Jaerock Lee
Cuando escuchamos la palabra ‘amor’, nos alegramos y nuestro corazón se emociona. Quizás no exista mayor felicidad que la de poder compartir amor inmutable con alguien durante nuestra vida. Escuchamos que algunos han vencido a la muerte, han cambiado sus circunstancias y han embellecido sus vidas gracias al poder del amor. El amor es un requerimiento esencial para la felicidad y tiene gran poder para cambiar nuestras vidas.
1. ¿Qué es el amor carnal?
Incluso los no creyentes y hombres malvados aman a quienes son buenos con ellos y les son de beneficio. Su amor parece ser verdadero en lo externo, pero en el fondo no es ‘algo real’ y tampoco es verdadero. Esto se debe a que este es un amor carnal, un amor que cambia con el tiempo y desaparece incluso ante los problemas más pequeños. El amor carnal cambia de acuerdo a las circunstancias y condiciones. Así también, cambia según las ventajas y beneficios. Da únicamente cuando recibe y cuando las cosas le son de beneficio. Si usted desea recibir en la misma medida que da a los demás y se siente mal si no lo retribuyen, entonces su amor es carnal.
La mayoría de padres educan a sus hijos con devoción y esfuerzo, pero muchos lo hacen también para su propio beneficio o vanagloria. Dicen: “Hago esto para que mis hijos crezcan bien”, pero en verdad lo que desean es satisfacer o jactarse de sí mismos a través de sus hijos. Se oponen o se sienten incómodos cuando los hijos escogen una profesión o cónyuge que no es la que ellos han escogido. Esto demuestra que su amor es condicional y que tiene una etiqueta de precio en su devoción o sacrificio.
¿Qué se puede decir del amor de los hijos hacia sus padres? Tal como lo dice el proverbio: “Una enfermedad prolongada acaba con la devoción filial”, algunos hijos consideran a sus padres una molestia y los ignoran cuando envejecen y tienen alguna enfermedad. Quizás los llamen rara vez con la excusa de que están muy ocupados. Sus vidas se centrarán en sus propios hijos y en ellos mismos. Serán indiferentes con sus padres. Es más, existen hijos inmorales que aborrecen a sus padres tan solo porque estos no han dado oído a su pedido de dinero. Algunos incluso han asesinado a sus padres. ¿Qué diremos del amor entre amigos? Algunas personas sufren mucho dolor por causa de las traiciones de amigos en quienes confiaban. Otros piden a sus amigos que les presten grandes sumas de dinero o que sean garantes de sus préstamos. Si los amigos se niegan, se sienten traicionados y su relación se ve afectada. Si usted en verdad ama a alguien, no debe causar ninguna dificultad a aquella persona. Sin embargo, el amor carnal busca su propio beneficio y se distancia de lo que no le es de beneficio.
2. ¿Qué es el amor espiritual?
Un diccionario dice que amar es valorar algo o alguien y darle todo a esa persona, o tener un corazón así. Sin embargo, el amor del que habla Dios es un amor superior que el descrito en el diccionario. Este es el amor espiritual; busca el beneficio de los demás, produce gozo, esperanza y vida y jamás cambia. En la Biblia, David y Jonathan compartieron este tipo de amor espiritual. Jonathan era el hijo de Saúl, el primer rey de Israel. Al ver que David venció a Goliat, el campeón de los filisteos, con una honda y una piedra, Jonathan comprendió que David era un guerrero que tenía el Espíritu de Dios en él. Jonathan era también un comandante de una tropa, sin embargo, admiró la valentía de David y su corazón sintió pasión. Desde ese entonces, Jonathan amó a David como a sí mismo. Él no escatimaba nada por David.
En 1 Samuel 18:1-4 leemos: “Aconteció que cuando él hubo acabado de hablar con Saúl, el alma de Jonatán quedó ligada con la de David, y lo amó Jonatán como a sí mismo. Y Saúl le tomó aquel día, y no le dejó volver a casa de su padre. E hicieron pacto Jonatán y David, porque él le amaba como a sí mismo. Y Jonatán se quitó el manto que llevaba, y se lo dio a David, y otras ropas suyas, hasta su espada, su arco y su talabarte”.
Jonathan era el primer hijo del rey Saúl, por lo que habría tenido éxito en el trono. No obstante, él no tenía motivos egoístas ni codicia, por eso no se aferró a la posición de rey sino que, por el contrario, intentó salvar a David aun arriesgando su propia vida cuando Saúl trató desesperadamente de matarlo para cuidar su trono. El amor de Jonathan por David fue inmutable hasta su muerte.
Cuando Jonathan murió en la batalla en el Monte Gilboa, David ayunó y lloró su muerte. Luego de convertirse en rey, David encontró a Mefiboset, el hijo de Jonathan, y le entregó todas las tierras que pertenecían a su abuelo, Saúl, y además cuidó de él en su palacio.
Al igual que su amor, aquellos con amor espiritual pueden amar de manera invariable, incluso poniendo en riesgo sus vidas por causa de los demás, aunque esto signifique que no obtendrán ningún beneficio o que pueden resultar lastimados. Ellos no brindan su amor para ser amados o para recibir amor o algún beneficio a cambio. El amor espiritual se sacrifica a sí mismo de manera incondicional y entrega todo a los demás.
3. El inmutable amor de Dios y del Señor para nosotros
¿Ha sufrido alguna vez dificultades causadas por el amor carnal que es opuesto al amor espiritual? Cuando estamos estresados y nos sentimos solos por causa del amor que cambia, nos queda únicamente Aquel que puede consolar nuestros corazones como un Amigo. Se trata de nuestro Señor.
Él conoce nuestro corazón mejor que cualquier persona porque fue ignorado y despreciado por la gente a pesar de no tener ningún pecado ni defecto en absoluto. Él renunció a la gloria celestial, vino a este mundo y asumió el camino del sufrimiento. Al hacerlo se convirtió en un verdadero Consolador para nosotros y nos dio amor real por medio de Su muerte en la cruz. Antes de aceptar al Señor, yo viví en pobreza y con muchas enfermedades. Debido a que estuve en cama por varios años, todo lo que me quedó fue mi cuerpo enfermo y una gran cantidad de deudas que se habían acumulado. Las personas en las que confiaba y a quienes amaba me abandonaron. Estaba totalmente abandonado, ignorado y despreciado. Cuando me encontraba al borde de la muerte, sin esperanza, Dios vino a mí. Luego de conocerlo fui sanado de todas mis enfermedades y obtuve una vida nueva. ¡Comencé a vivir otra vida! El amor de Dios no tiene precio. No fui yo quien lo amó primero; Él me amó primero y acudió a mí para extenderme Sus brazos.
Isaías 49:15-16 demuestra claramente el amor de Dios hacia nosotros. Dice: “¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros”.
El momento doloroso en el que estaba recordando que todos me habían abandonado, Dios me abrazó con fuerza. Cuando me di cuenta de Su amor, las lágrimas corrieron por mi rostro sin parar. Por causa del tiempo doloroso que viví, pude sentir con claridad que Su amor es verdadero y hoy trabajo fielmente como Pastor para retribuir Su gracia, tratando así de consolar y abrazar el corazón de muchas almas.
¡Dios es amor! Nosotros somos todos pecadores, sin embargo Él envió a Su Hijo unigénito a este mundo, por nosotros. Él preparó los lugares celestiales junto con las demás cosas hermosas para nosotros y ha estado esperando mientras siente que un día es como mil años. Cuando abrimos nuestro corazón, incluso un poco, podemos sentir Su amor delicado y abundante.
Amados hermanos y hermanas en Cristo:
Hay dos clases de amor: el amor carnal que busca su propio beneficio y que cambia con el tiempo, y el amor espiritual que busca el beneficio de los demás y se regocija con la verdad. Ruego en el nombre del Señor que al comprender que el amor de Dios no es carnal sino espiritual, ustedes intercambien amor con Él eternamente.
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