Amor espiritual (10) - El amor no toma en cuenta el mal recibido
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Mayo 12, 2013 |
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“(El amor) no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido” (1 Corintios 13:5 LBLA).
Pastor Principal Dr. Jaerock Lee
Supongamos que dos personas están viendo la misma situación. Una de ellas piensa positivamente, mientras que la otra juzga con una manera negativa de pensar. Otro caso: digamos que hay una persona que piensa que algo malo que escuchó se trataba de ella, a pesar de que las demás personas no estaban hablando acerca de ella. Por ello, está persona causó que los demás sientan vergüenza. Los pensamientos bondadosos nos dan paz y vida, pero los pensamientos malignos solo nos dañan y hacen infelices nuestras vidas. Además de ello, este tipo de pensamientos tienen influencias negativas sobre los demás.
En este caso, el ‘mal recibido’ se refiere a todo aquello que no está en acuerdo con la voluntad de Dios. Entonces, ¿qué debemos hacer para alcanzar el amor espiritual que no toma en cuenta el mal recibido?
1. No tomar en cuenta el mal recibido
1) Si usted quiere que una situación salga mal con otra persona, debe despojarse de ese pensamiento.
Digamos que usted se siente celoso de su amigo que disfruta de muchas riquezas. Si piensa: “Él es rico, pero ¿qué soy yo? Me gustaría que él fracasara...”; este es un pensamiento maligno. Si usted posee amor espiritual en su corazón, jamás tendrá ese tipo de corazón.
Nadie quiere que la persona a quien alguien ama se enferme o se encuentre involucrado en un accidente. Usted deseará que su amada esposa o su amado esposo estén siempre sanos y libres de cualquier accidente. Sin embargo, si quiere que a las demás personas les vaya mal y además se regocija con la infelicidad de ellos, esto muestra que no tiene amor en su corazón. Esta es también la razón por la que se quiere saber las iniquidades o puntos débiles de las personas para poder darlas a conocer a los demás.
Por supuesto, existen momentos y casos en los cuales debe escuchar porque tiene que conocer los hechos acerca de la situación de una persona para que deje de ir por el camino equivocado y conducirlo al camino del bien. Pero si este no fuera el caso, la razón por la que tiende a estar interesado en este tipo de cosas, es por lo general porque tiene deseos de la falsedad para calumniar y murmurar acerca de los demás.
Proverbios 17:9 dice: “El que cubre la falta busca amistad; mas el que la divulga, aparta al amigo”. Aquellos que son buenos y tienen amor en sus corazones, intentan cubrir las faltas de los demás. Además, no se sentirán celosos ni tendrán envidia cuando las demás personas disfrutan de riquezas. Al contrario, juntos se regocijarán y se sentirán felices.
2) Si usted juzga y condena a los demás, debe desechar ese pensamiento
Supongamos que ve a un creyente ir a cierto lugar donde los creyentes no deberían ir. Entonces, ¿qué tipo de corazón tendrá? Pensará: “¿Cómo es posible que haga eso?” O quizás tenga un concepto muy negativo de esa persona y llegue a pensar: “¿por qué él iría a un lugar como ese?” Pero entonces, cambia de opinión y se da cuenta que quizás tenga una razón para haberlo hecho.
Si usted tiene amor espiritual y no tiene maldad en su corazón, en primer lugar, no tendrá ningún tipo de pensamiento negativo. Incluso si escucha algo que no es bueno, hasta que examine lo que realmente sucedió, no juzgará a nadie.
En Santiago 4:12 leemos: “Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?” Solo Dios puede juzgar de manera correcta como Juez. Pero si nosotros juzgamos a los demás, es un acto de maldad.
Supongamos que alguien hace algo realmente malo. En esta situación, para una persona que posee amor espiritual, no importa si dicha persona está en lo correcto o está equivocada, simplemente pensará en lo que es realmente de beneficio para esa persona. Esto no solo cubre la transgresión, sino que también puede ayudar a que la persona se arrepienta. Debemos amar incluso a las personas que poseen muchas faltas, de esta manera será natural amar a aquellos que no tienen faltas. Si usted con facilidad juzga y condena a las personas, necesita darse cuenta que no tiene amor espiritual.
3) Si tiene un pensamiento que no está de acuerdo con la voluntad de Dios, debe desecharlo
En el mundo, las personas que viven en altos estándares morales y, de acuerdo a la conciencia, se dice que son personas bondadosas. Pero incluso ese tipo de moralidad y consciencia no puede ser la norma absoluta de bondad porque aún existen muchas cosas contrarias a la Palabra de Dios. Solo la Palabra de Dios puede ser la norma absoluta de bondad. Las cosas que no pertenecen a la Palabra son todas malignas y pecaminosas.
Cuando alguien acepta al Señor, esta persona confiesa que era un pecador. Quizás pensaba que él había vivido en bondad, pero cuando se pone a pensar a la luz de la Palabra de Dios puede encontrar muchas cosas malas en su propia vida y, de esta manera, confiesa que era un pecador y se arrepiente.
En este contexto, permítame explicarle la diferencia que existe entre el pecado y la maldad mediante la comparación de estos dos con la analogía de un árbol. La ‘maldad’ es como la raíz que se encuentra en la tierra y no es visible, y el ‘pecado’ es como las ramas, las hojas y los frutos del árbol. Al igual que las ramas, las hojas y los frutos se originan de las raíces, el ‘pecado’ es el fruto de la raíz de la ‘maldad’. La maldad es una naturaleza que está en nuestro corazón como una raíz profunda en el suelo. Cuando esta maldad se manifiesta de manera concreta en un acto específico de acción o pensamiento, se lo conoce como ‘pecado’. Lucas 6:45 dice: “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca”.
Supongamos que una persona está utilizando un lenguaje soez y hiere a alguien a quien desprecia con violencia. Aquí es cuando la naturaleza de las ‘enemistades’, lo cual es maldad en el corazón, se lleva a cabo como ‘palabras malvadas’ y ‘violencia’, que son pecados específicos. Sin embargo, no todas las personas cometen pecados a pesar de tener maldad en sus corazones. Si son personas bien disciplinadas o se controlan por medio de la Palabra de Dios, la maldad no saldrá en forma de pecado. No obstante, debido a que siguen teniendo maldad en sus corazones, no se puede decir que son santificados. Solo cuando desechan todos los atributos pecaminosos de sus corazones, pueden ser reconocidos como personas santificadas y alcanzar el amor espiritual.
Dios es amor. Básicamente los mandamientos de Dios pueden ser condensados en el ‘amor’. De esta manera, debemos estar alertas de que es malo y un pecado, no solo odiar a los demás sino también no amarlos. Por lo tanto, debemos desechar toda forma de maldad y amar a los demás aún más.
2. Alcanzar el amor espiritual
Por sobre todas las cosas, no debemos ver ni escuchar lo que es parte de la falsedad. Incluso si nos toca ver o escuchar algo falso, no hay que tratar de recordar o pensar en ello de nuevo. No obstante, el problema es que el pensamiento de ello sigue viniendo a su vida cuando se esfuerza por desecharlo de ella. Entonces, necesita orar fervientemente y recibir la ayuda del Espíritu Santo. Obviamente, jamás debemos pensar de manera intencional ese tipo de cosas o recordarlas. Además, deberíamos desechar incluso los pensamientos que destellan momentáneamente a través de nuestras mentes. Por supuesto, no debemos involucrarnos en acciones malignas.
Las personas hemos heredado la naturaleza pecaminosa de nuestros padres y nos ponemos en contacto con tantas cosas falsas en la vida. Basados en esta naturaleza pecaminosa y las falsedades, una persona forma criterios de su ‘ser’. Por lo tanto, necesitamos paciencia y esfuerzo para desechar la naturaleza pecaminosa y las falsedades. Nosotros estamos más familiarizados con la falsedad en vez de la verdad, por ello es relativamente más fácil aceptar las falsedades que despojarnos de ellas. Si usted ama a alguien apasionadamente, le gustará lo que a esa persona le gusta y no le gustará lo que esa persona no le gusta. De la misma manera, podemos guardar los mandamientos y desechar toda forma de maldad, cuando amamos a Dios en grado sumo.
Luego, para alcanzar el amor espiritual, debemos hacer que la Palabra de Dios sea nuestro ‘pan de vida’ y ofrecer oraciones como de fuego. Cuando meditamos en la Palabra de Dios día y noche, podemos apartar los malos pensamientos y tener buenos pensamientos. Además, a medida que oramos fervientemente, podemos darnos cuenta de la maldad en nuestros pensamientos, palabras y obras que antes no habíamos notado. De esta manera podremos desecharlas.
Amados hermanos y hermanas, el amor espiritual no toma en cuenta el mal recibido. Ruego en el nombre del Señor, que ustedes puedan llegar a ser personas espirituales que siempre tienen pensamientos bondadosos y actúan en la verdad, desechando toda forma de maldad rápidamente por medio de la Palabra de Dios y la oración ferviente.
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