“La risa fluía en los alojamientos de los misioneros y miembros de las iglesias filiales del extranjero”
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Febrero 09, 2014 |
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Diaconisa Mayor Inok Kang (58 años de edad, Zona 2-14 en Corea del Sur)
Un día en la primavera de 1988, un conocido me compartió las memorias testimoniales del Dr. Jaerock Lee, Gozando de la Vida Frente a la Muerte. Leí el libro con mucha emoción y lágrimas. Al final fuimos a la Iglesia Central Manmin y asistí a la Vigilia entera del viernes. En ese momento él estaba dando un estudio acerca de Job y su mensaje fue muy profundo, el cual tocó mi corazón.
Posteriormente, el Dr. Lee apareció en mi sueño en el cual visitó mi casa y oró por mí. Inmediatamente después de recibir su oración, el fuego del Espíritu ardía y quemaba mi terquedad, los celos y la envidia. Tuve otro sueño donde yo oía una voz tres veces diciendo: “Cuando digan ‘¡Paz y seguridad!’, entonces vendré como un ladrón”.
En julio de 1988, asistí nuevamente a la Vigilia entera del viernes y me registré. En aquellos días, yo estaba teniendo un momento difícil en mi vida matrimonial, pero la paz y la alegría se desbordó en mi corazón desde el momento en que me di cuenta del amor de Dios y del Señor mientras escuché los mensajes del Dr. Lee.
Más que todo, pude recibir la fe y la esperanza por el Cielo y fui bendecido para llevar una vida cristiana llena del Espíritu. De esta manera, no tuve que preocuparme por mi esposo, sino que pude cuidar de las almas al igual que de la familia, y trabajé con fidelidad al Señor. Como resultado de ello, recibí el Premio al Mérito como una líder excepcional de grupos pequeños.
En diciembre de 1994, mi esposo nos abandonó debido a sus adicciones al juego, incluyendo las carreras de caballos. No obstante, yo lo encomendé a Dios y cumplí con mi deber con seriedad. En particular, pude ser de consuelo para los miembros de la iglesia que fueron abandonados, que no tienen familia o que tenían un problema con sus maridos contándoles mi testimonio. Oré por sus peticiones de oración y cuidé de ellos como a mi familia.
En 1996, el número de los miembros de mi grupo se incrementó en un 75% y recibí el Premio al Mérito como líder de grupo. Mi marido también regresó cinco años después, y él ha aumentado la fe. Ahora está trabajando fielmente como líder de grupos pequeños y como voluntarios para los enfermos en sillas de ruedas los domingos.
Mi marido, él Diácono Samson Kim a menudo derramaba lágrimas con agradecimiento por el amor de Dios, que le perdonó al igual que un hijo pródigo y le permitió llevar una vida nueva.
Hace siete años, comencé a revisar y a mantener los alojamientos para los misioneros del extranjero como una de las presidentas de la Asociación de Diaconisas Mayores. Mantuve los alojamientos limpios y les proporcioné aperitivos y platos adicionales. Como los números de alojamientos aumentaron, la Asociación de Diaconisas Mayores y los ancianos apoyaron financieramente con muchos utensilios para el hogar. En la actualidad hay siete alojamientos para que puedan descansar cómodamente durante su estadía.
La Iglesia Central Manmin tiene aproximadamente 10 000 iglesias filiales y asociadas gracias a los mensajes llenos de vida del Pastor Principal, el Dr. Jaerock Lee, y el ministerio de poder. Además, muchas personas han sido motivadas por el ministerio de Manmin manifestado a través de los libros y los medios de difusión y han visitado la iglesia. El poder servirles es verdaderamente algo precioso que me hace feliz.
Mi marido, el Diácono Kim, también me ayuda con los quehaceres de la casa y a comprar cosas para los misioneros con alegría. Después de que los misioneros y miembros de iglesias filiales en el extranjero regresan a sus lugares de destino, varias Diaconisas Mayores y yo limpiamos las habitaciones y lavamos las mantas con felicidad. Nos sentimos llenas de gozo, ya que experimentamos el amor de Dios y nos llenamos del Espíritu durante su estancia. Les hemos ayudado a permanecer cómodamente considerándolos nuestra propia familia. Y nos sentimos recompensadas al ver que sienten el amor del Señor por parte de nosotros y dan gracias al Dr. Lee. Además oro con mi corazón por la obra misionera mientras me familiarizo más con los misioneros. No hago nada más que servir a los misioneros y miembros de las iglesias filiales y asociadas de otros países con gozo, pensando en el gran amor del Dr. Lee por cada uno de ellos. También he recibido el gran premio, la Placa de Agradecimiento, de parte de la iglesia en diciembre de 2013. Doy gracias y gloria a Dios, que me hizo sentir el profundo amor de Dios Padre, que quiere que todos los hombres sean salvos por medio de la reunión de varias personas de diversas naciones y por cumplir mis responsabilidades.
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