Vitaly Tabaranu (33 años, Iglesia Manmin de Moldavia) Desde mi niñez asistía a la iglesia. Sin embargo, vivía en el pecado desobedeciendo la Palabra de Dios. No obstante ello, creía que era salvo. Mi vida no tenía sentido. ...
“Aunque la fuente se rompió pude dar a luz un hijo saludable gracias al poder de la oración”
Diaconisa Chaerin Kim (32 años, Zona 1-1 en Corea del Sur)
Yo estaba embarazada. La tarde del 2 de abril de 2014 sentí que un líquido descendía por mi cuerpo. Sorprendida acudí al hospital a la mañana siguiente. El médico me dijo que se trataba de una ruptura prematura de membranas. Dijo que la fuente se había roto y que no se podía hacer nada al respecto, excepto hablar con mi esposo.
El líquido amniótico es el líquido espeso protector contenido en el saco amniótico de una mujer embarazada. Es esencial que el líquido fluya en los pulmones para que el feto se desarrolle con normalidad. No obstante, el líquido se había derramado a tan solo 19 semanas de gestación y parecía imposible que yo pudiera mantener el feto en mi vientre.
Sin embargo, nada me preocupaba porque había recibido la oración del Pastor Principal Dr. Jaerock Lee durante la décima semana. Simplemente me preguntaba qué podría haber causado esto, pero creí que se cumpliría la obra de Dios. Hablé al respecto con la Pastora Heejin Lee, Presidente del Comité de Artes Escénicas. Ella nos aconsejó a mi esposo y a mí, y a ambas familias, que examináramos si habíamos dado los diezmos y guardado el día de reposo como día santo.
Mis suegros nos habían comprado una casa cuando nos casamos. Yo pensé que daría el diezmo más adelante ya que no tenía dinero suficiente en ese instante. Lo había olvidado en los últimos tres años, pero lo recordé nuevamente. Me arrepentí y entregué el diezmo y una ofrenda de paz a Dios. Era el momento perfecto; teníamos un poco de dinero ahorrado para mudarnos. Me arrepentí de haber sido egoísta respecto a las ofrendas de gratitud. Los miembros de nuestras familias también se arrepintieron al examinar sus diezmos y días de reposo.
Yo hablé con el Dr. Lee quien había regresado de su casa de oración en la semana veintiuno. Él oró para que mi fuente se llenara de líquido otra vez y que mi bebé creciera bien, sin anormalidades. También recibí su oración en las semanas 22 y 23. Entonces el líquido llenó el saco poco a poco y alcanzó el nivel mínimo alrededor de los labios de mi bebé.
Me mantuve en la unidad de observación del hospital durante las semanas 23 a 29. Mi médico sugirió que indujéramos el parto diciendo que el líquido estaba en un nivel muy bajo y que el bebé estaba en peligro. No obstante, después de la oración mi bebé creció bien y se mantuvo activo.
Los médicos dijeron que lo consideraban muy curioso y sorprendente. La Diaconisa Hyunjung Lee, quien había dado a luz a un bebé saludable gracias a la oración tras el rompimiento de su fuente en la semana 19, se acercó y me alentó diciendo: “Tú estás muy segura de que tendrás un bebé saludable; así como yo lo estuve. Deseo que superes esto con fe y gozo”.
El 9 de julio, durante la semana 33, di a luz a mi bebé sin ninguna dificultad. Lo llamamos Seongeum, que es una abreviatura en coreano para “corazón del Espíritu Santo”. Mi hijo y yo nos encontramos bien, sin ninguna complicación.
Yo me sentí renovada al sentir el amor de Dios durante los 100 días desde el rompimiento de la fuente hasta el parto. Yo alabo y oro con un nuevo corazón. Siento cada vez más el amor de Dios en el curso de mi vida de creyente. Doy todas las gracias y gloria a Dios quien causó que todas las cosas obraran para bien.
El feto con nivel mínimo de líquido (semana 30 del embarazo)