Vitaly Tabaranu (33 años, Iglesia Manmin de Moldavia) Desde mi niñez asistía a la iglesia. Sin embargo, vivía en el pecado desobedeciendo la Palabra de Dios. No obstante ello, creía que era salvo. Mi vida no tenía sentido. ...
«Mediante la oración del pañuelo, fui liberado de la adicción a las drogas»
Hermano Lei Domdom, 40 años de edad, Iglesia Manmin de Cebú (Filipinas)
Hermano Lei Domdom (segundo desde la derecha) quien fue liberado de la adicción de las drogas mediante la gracia de Dios, junto a su esposa (segunda desde la izquierda) y sus tres hijos
Desde que tenía diecinueve años comencé a ingerir drogas, fumar y beber alcohol porque sentía alivio cuando tenía alucinaciones inducidas por las drogas. Mientras tanto, conocí a mi esposa y nos casamos. Sin embargo, la felicidad duro tan solo un momento.
Puede que haya parecido que vivía una vida normal con mi esposa, y nuestras dos hijas e hijo. Pero a menudo discutíamos porque yo no le daba la cantidad total de mi sueldo, sino que guardaba algo para comprar alcohol y drogas. Mi esposa no sabía que yo continuaba bebiendo alcohol y tomando drogas.
Mientras tanto, mi esposa comenzó a vivir una vida cristiana en la Iglesia Manmin de Cebú en Noviembre 2011. El 16 de junio de 2012 también fui a la iglesia. Sin embargo, esto no significó que rompí mis malos hábitos de beber alcohol y tomar drogas. Pensé que mi vida sería muy aburrida sin estas cosas. En 2014 dejé de ir a la iglesia durante seis meses.
Durante ese período mi condición fue empeorando. Sin las drogas me sentía muy agotado. En diciembre de 2014, traje una droga diferente porque no pude conseguir lo que yo había tomado normalmente. Entonces mi cabeza comenzó a temblar y comencé a echar espuma por la boca. Fui al hospital pero el doctor no pudo determinar de dónde provenía el síntoma.
Mi esposa estaba perpleja y mi familia urgentemente fue a la iglesia para recibir la oración del pañuelo sobre el cual el Dr. Jaerock Lee oró (Hechos 19:11-12). Luego de que la pastora Rosetta Sung orara con el pañuelo por mí, llegué a sentir mucha paz.
Luego de experimentar el asombroso poder de la obra de Dios, mi familia obtuvo paz y ahora todos estamos llevando vidas cristianas diligentes. Doy todas las gracias y gloria a Dios quien me salvó del pantano del pecado.
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