«¡Los cálculos vesicales desaparecieron; la felicidad volvió a entrar en mi vida como creyente!»
|
|
|
6715 |
|
Abril 26, 2015 |
|
|
|
Diaconisa Kyungae Lee de 47 años de edad, Iglesia Manmin de Daegu (Corea del Sur)
Su hijo menor, el hermano Joonchae Nah fue protegido por Dios en un accidente automovilístico cuando estaba en el vientre de su madre. Desde la izquierda, hermano Nah, su esposo; el Diácono Byunghak Nah, su hija Yoonhee Nah, Diaconisa Kyungae Lee y su hijo mayor Kwangchae Nah.
Diecisiete años atrás tuve un accidente automovilístico. Yo me encontraba en una furgoneta de doce pasajeros. Uno de los neumáticos se reventó y comenzamos a dar vueltas. Golpeó el parterre central y dio dos giros y medio fuera de control. En ese instante me encontraba embarazada de mi tercer bebé, y fui lanzada por la ventana. Caí al suelo lejos de donde se encontraba el vehículo.
No obstante, en ese instante, sentí como si un ángel me hubiera atrapado en el aire y me hubiera colocado en el suelo. Esa tarde recibí la oración del Pastor Principal, Dr. Jaerock Lee. Al siguiente día me realizaron una revisión general en la maternidad. El examen mostró que no tenía ningún problema. Después de unos meses di a luz a un niño muy saludable y di gloria a Dios.
Con el paso del tiempo, me convertí en una feligrés que asistía a la iglesia solo los domingos sin llevar una vida de oración, con la excusa de estar demasiado ocupada. Al llevar una vida con una fe tibia y con un peso en mi corazón, esto causó que tuviera problemas. Algo comenzó a funcionar mal en mi cuerpo. Tan solo unos cuantos meses antes, sentía dolor en la parte baja del abdomen y tenía problemas para orinar.
El 22 de noviembre de 2014, sentí un dolor muy fuerte y me dirigí al hospital. La radiografía de rayos X mostró que tenía cálculos en la vejiga, y en los exámenes de orina se encontró que tenía hematuria. El doctor me recomendó que tomara una medicina y que me hiciera nuevos exámenes luego de una semana.
Al salir del hospital y regresar a mi hogar, comencé a recordar varias cosas. Debería haber tenido presente la gracia que Dios me ha dado y haber trabajado fielmente para Su reino. No obstante, me había olvidado de Su gracia y solo veía la realidad que estaba enfrentando. A partir de ese momento, comencé a asistir a la Reunión de oración de Daniel, y pedir la ayuda del Espíritu Santo. Me arrepentí de haber estado irritada y molesta con mi marido e hijos. También me arrepentí de haber cumplido con mis responsabilidades solo con un sentido de deber.
En el momento adecuado, la Iglesia Manmin de Pohang del sur iba a tener su servicio de aniversario con la Pastora Heesun Lee, Pastora Guía Mundial de Manmin, y la reunión de oración por la llenura del Espíritu Santo, el 30 de noviembre de 2014. Fui a este lugar y recibí su oración con el pañuelo (Hechos 19:11-12). Pronto comencé a sentir algo extraño en mi estómago. Fui al baño y me salieron coágulos de color rojo oscuro. Y luego de la cena me salió otro coágulo de sangre.
Una semana después, fui al hospital para realizarme nuevos exámenes. El doctor me dijo que ya no había más cálculos ni hematuria. ¡Todo estaba bien! ¡Aleluya! Por medio de esta experiencia, mi vida cristiana ha sido renovada y trabajo con gozo para el reino de Dios. Le doy todo el agradecimiento y gloria a Dios.
|
|