|
|
|
|
«Estoy feliz de aprender y practicar la bondad del Señor»
|
|
|
6082 |
|
Agosto 23, 2015 |
|
|
|
Diaconisa mayor Youngjin Lee (57 años), Zona 14 (Corea del Sur)
Diaconisa mayor Youngjin Lee (izquierda) y Diaconisa mayor Youngshim Lee (derecha) quien volvió del umbral de la muerte a la plenitud de la vida mediante la oración del Dr. Lee
Yo he asistido a la iglesia desde mi temprana edad. Luego de casarme en el año 1983, llevaba una vida cristiana llena del Espíritu y trabajaba como líder de célula. El número de personas en la célula creció de cinco a treinta. Pero tuve que enfrentar otro problema. Era el conflicto que tenía con mi suegra.
En aquellos días el hermano de mi esposo no le devolvía el dinero que le había prestado. También se dieron la mano en promesa de apoyo para la deuda de su hermano, pero su negocio salió mal. Por lo que nos encontrábamos en dificultad financiera. Justo en este momento, mi suegra, que había vivido en el campo, dijo que iba a vivir con su hijo menor, que es mi marido, por el resto de su vida.
Le dije que íbamos a tenerla en casa y servirla en los siguientes años debido a las dificultades financieras que sufríamos en ese momento. Sin embargo, ella no escuchó e insistió en venir enseguida. Yo no podía entenderla. Mi cuñado también tomó el legado que ella había dejado de lado por mi esposo, pero ella no hizo nada. Me sentía mal e incómoda por causa de ella. Ayuné y oré para no sentirme así, pero no podía despojarme de esos malos sentimientos. El problema siguió sin resolverse.
Mientras tanto, leí el libro de memorias testimoniales del Dr. Jaerock Lee, Pastor Principal de la Iglesia Central Manmin Gozando de la vida frente a la muerte. También escuché el sermón titulado El Mensaje de la Cruz. El contenido me dio la seguridad de que él es el verdadero pastor por el cual había estado orando durante años para llegar a conocer.
En julio de 1997, me registré en la Iglesia Central Manmin con gozo. Pude darme cuenta del amor de Dios y del Señor mientras escuchaba la Palabra de Vida. Mientras pasó el tiempo, pude despojarme de los malos sentimientos y el rencor hacia mi suegra. Dos años más tarde ella tuvo la enfermedad de Alzheimer. Ella ni siquiera podía ir al baño por su propia cuenta así que yo tenía que ayudarla. Intenté ser una buena nuera que cumplía con su deber. Por un momento mi suegra comenzó a ser tan amorosa que sentía alegría de poder servirle.
En 2002, ella falleció. La familia política fue tocada por lo que hice y dijeron que yo era como un ángel y me expresaron su sincero agradecimiento. Después de eso me convertí en líder de célula y luego en líder de distrito. Mientras tanto, experimenté una obra increíblemente poderosa.
En 2005, la Diaconisa mayor Youngshim Lee, mi hermana, colapsó por una hemorragia cerebral. Ella perdió la consciencia y estaba cerca de la muerte. Era un día viernes por lo que mi hermana menor, la Diaconisa Youngkyung Lee, y yo la llevamos en ambulancia al Pastor Principal. Así que recibimos su oración. Entonces recuperó la consciencia. El domingo, ella recibió su oración nuevamente y pudo mover sus piernas y brazos. Ella se arrepintió por completo de su mal comportamiento y nuevamente recibió su oración. Luego volvió a la normalidad. A partir de ese momento ella ha estado con buena salud y está trabajando fielmente como líder de distrito. ¡Aleluya!
He servido como Vicepresidente de la Asociación de Mujeres Líderes de Distrito desde 2008. Pensé que estaba trabajando fielmente y llevando una vida cristiana diligente. En 2011, me di cuenta que mi crecimiento espiritual estaba siendo muy lento y pude saber la razón. Pensé que había tratado de vivir en bondad y otros decían que yo era agradable. Así que erróneamente pensaba que era alguien bondadosa e hice un esfuerzo adicional para circuncidar mi corazón. Empecé a circuncidar mi corazón con diligencia a fin de lograr el hermoso corazón del espíritu. Me culpaba de todo a mí misma y traté de amar a nuestros miembros del distrito con el corazón del Señor.
En marzo de 2014, finalmente alcancé el corazón del espíritu en la gracia de Dios. Ahora pienso y actúo y me coloco en la posición de los demás y les perdono y les muestro amor. Como he aconsejado a los miembros de mi distrito y otros dirigentes del distrito bajo la guía del Espíritu Santo, muchos de ellos recibieron la solución a sus problemas.
Le doy todo el agradecimiento y gloria a Dios que me bendijo para conocer a un verdadero pastor, comprender la bondad y el amor del Señor y ponerlo en práctica.
|
|
|
|
|
|
|
|