«¡Binu: Levántate, levántate!» Después del sueño misterioso fui sanada de tuberculosis
|
|
|
5612 |
|
Enero 24, 2016 |
|
|
|
Hermana Binu Kumari, 24 años, junto a su esposo e hijo, Iglesia Manmin de Delhi, India
Por medio de mi esposo, fui guiada a la Iglesia Manmin en Delhi en enero de 2013. Era la primera vez que ingresaba a una iglesia, sin comprender el sermón, simplemente era alguien que asistía a la iglesia.
Mientras tanto, experimenté una obra asombrosa. Mi padre estaba en el umbral de la muerte debido al asma y a una enfermedad de su corazón, pero fue sanado el momento que recibió la oración del pañuelo sobre el cual había orado el Pastor Principal Dr. Jaerock Lee (Hechos 19:11-12) por medio del pastor John Kim. Yo experimenté al Dios vivo y me siento tan agradecida al Pastor Principal quien oró por mí. Llegué a sentir el amor del pastor y a derramar muchas lágrimas. Disfruté de ser voluntaria en la iglesia y de tener deseo por orar.
En mayo de 2014, mi suegra falleció, y yo tuve que ir a su casa que se encontraba muy lejos de la mía para cuidar de mi cuñada y mi cuñado. Por esta razón no podía asistir a la iglesia. Luego de un mes y medio, comencé a debilitarme y tenía dificultad para respirar. Los rayos X mostraron que tenía tuberculosis.
Estaba empeorando cada vez más y finalmente ya no podía caminar, comer ni beber. Incluso tuve dolor de cabeza, así que no podía dormir. Me acostaba en la cama todo el día, y lloraba mucho debido al dolor. Tomé medicina durante un mes pero quería dejar de tomarla y recibir la oración del Pastor Principal.
Al verme sumergida en tal dolor, mi esposo cargó con toda la culpa él mismo y se arrepintió delante de Dios. Además envió una petición de oración a Seúl, y el 26 de octubre recibió oración de parte del Pastor Principal. Yo no sabía nada al respecto. En ese momento me quedé dormida y tuve un sueño. En el sueño, el Pastor Principal, quien se encontraba predicando, de repente me llamó y me dijo que me levantara.
«¡Binu: ¡Wuto (levántate), wuto (levántate)!»
Lloré y le dije que no podía. Entonces me dijo: «Sí puedes. Simplemente levántate». Entonces, me desperté del sueño y pensé que era algo misterioso. En ese momento me di cuenta que ya no tenía dificultad para respirar ni dolor. Me fortalecía a medida que caminaba, lo que me sorprendió. Derramé lágrimas y ofrecí oraciones de agradecimiento.
En enero de 2015, me realicé nuevamente un chequeo médico y mostró que ya no tenía síntomas de tuberculosis. Estaba tan emocionada. ¡Aleluya!
Desde entonces, mi esposo y yo diligentemente evangelizamos a las personas con agradecimiento a Dios quien me sanó y al Pastor Principal que oró por mí. Cerca de 20 conocidos fueron evangelizados. También soy voluntaria en la iglesia y vivo en el gozo dado por el Señor. Le doy toda mi gratitud y gloria a Dios.
|
|