Vitaly Tabaranu (33 años, Iglesia Manmin de Moldavia) Desde mi niñez asistía a la iglesia. Sin embargo, vivía en el pecado desobedeciendo la Palabra de Dios. No obstante ello, creía que era salvo. Mi vida no tenía sentido. ...
¡Mi cuerpo solía estar inclinado hacia delante en 90 grados, pero ahora puedo pararme recto!
Desde que era muy pequeño yo sufría de dispraxia. Lo peor es que empecé a sufrir de trastorno de ansiedad hace dos años. La dispraxia causaba que mi cuerpo se doblara por completo hacia adelante y que mi cabeza tocara mis rodillas mientras caminaba. Después de muchos exámenes médicos, los doctores me diagnosticaron síndrome de Asperger. Yo recibí consejería con muchos psiquiatras, psicólogos y psicoterapeutas, y recibí varios tratamientos médicos al ser internado en los hospitales. Pero los síntomas no mejoraban en absoluto. Hace dos años, yo comencé a tomar muchos tipos de medicamentos.
Mientras tanto la madre de uno de mis compañeros, la señora Lilou, le dijo a mi madre que un pastor proveniente de Corea del Sur estaría en la Iglesia Manmin Il-de-France. Ella le dijo que ese pastor oraría por los enfermos luego de predicar el mensaje. Le pidió a mi madre que asistiera, y eso me dio esperanza.
El 15 de junio de 2016 asistí a la Iglesia Manmin Il-de-France con mis padres. La reverenda Heesun Lee oró por mí varias veces con el pañuelo sobre mi cabeza y mi espalda (Hechos 19:11-12). Al recibir la oración mi cuerpo se enderezó y finalmente pude pararme recto.
Me sentí lleno de alegría y gozo. La reverenda Lee hizo que los miembros de la iglesia se pusieran alrededor de mí y todos oraron juntos. Y también alabaron conmigo. Algunos derramaron lágrimas.
Poco a poco mi cuerpo se enderezó por completo. La reverenda Lee me preguntó si yo creía en Dios y si creía que Él me había sanado. Yo contesté con «amén». Al principio hablé en un tono muy suave, pero continué diciendo «amén», y mi voz se hizo cada vez más fuerte. Los miembros de la iglesia se veían muy felices y también sorprendidos por el amor de Dios. Cuando salí de la iglesia yo salí caminando como la gente normal, y me subí al auto. Mi cuerpo se mantuvo recto hasta llegar a casa. Me sentí feliz y libre.
Al día siguiente salí de vacaciones con mi madre y visitamos a mi abuela en Normandía. Dado que yo ya era normal, actué con confianza y ofrecí mi corazón agradecido a Dios quien me sanó durante todo el viaje.
Aún doy gracias a Dios quien me salvó cuando voy a la cama, al levantarme y cuando hago algo durante el día. Ahora puedo ir de compras, comer en los restaurantes y salir a caminar. Doy todas las gracias y gloria a Jesús quien me ha sanado.
El 15 de junio de 2016, el hermano Yoram Giogio experimentó la obra del Espíritu Santo luego de recibir la oración con el pañuelo por parte de la Reverenda Heesun Lee durante la reunión de sanidad con el pañuelo realizada en la Iglesia Manmin Ile-de-France. Su espalda con una desviación de 90 grados, se enderezó.