«¡Enorme explosión de poder, temperatura óptima, gestión sistemática y unidad en el amor!»
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Septiembre 25, 2016 |
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Rev. Aleksandr Samonov, Obispo de la Asociación de Iglesias Cristianas «Unión de los cristianos» de la Diócesis de Kaliningrado (izquierda) Desde el segundo a la izquierda, el Sr. Aleksandr Vlasov, Director del ICCC (Cámara de Comercio Cristiana Internacional) en Rusia; Rev. Valerii Trenogin, Obispo de la Asociación de Iglesias Cristianas «Misión Ural occidental»; y el Rev. Vladimir Osipov, Obispo de la Iglesia Unida de la Santidad de Jesucristo (Rusia)
Conocí sobre Manmin a través de la Cruzada Unida en Rusia en el año 2003 (fotografía 1). En ese momento Rusia era un país inestable y caótico, y las iglesias protestantes se habían dividido sin tener un sentir de unidad. Sin embargo, la cruzada motivó a que se volvieran a unir. Por desgracia, hasta ahora no se ha vuelto a realizar una cruzada de este tipo.
En la Cruzada de Rusia, pude ser testigo de las poderosas obras manifestadas a través del Dr. Lee. Recuerdo vívidamente a las personas que dieron gloria a Dios con sus testimonios de sanidad.
Desde ese entonces se despertó mi interés por el ministerio de Manmin. Luego pude conocer al Rev. Vladimir Osipov y escuchar del ministerio del Dr. Lee que despierta al mundo entero, incluyendo Rusia, con el evangelio de la santidad. El ministerio causó que en mi corazón creciera con pasión y fervor ya que anhelábamos conocer a un pastor que predicara el evangelio de la santidad y que manifestara el poder de Dios. Es debido a que vivimos en los tiempos finales, donde el pecado está fuera de control y las iglesias ya no quieren hablar acerca de la santidad. Finalmente organizamos un Consejo Unido de Iglesias bajo el nombre de Todos los Pueblos.
Con el fin de ver y experimentar el trabajo del ministerio de Manmin con el evangelio de la santidad y las poderosas obras en persona, hemos participado en el Retiro de Verano Manmin 2016. Aprendimos del evangelio de la santidad mediante la lectura de libros del Dr. Lee y viendo algunos vídeos. Pudimos sentir con cuánta sinceridad los miembros de Manmin anhelan ser santificados y se sacrifican a sí mismos. Nos asombramos de ver a los miembros orar cada noche en la Reunión de Oración de Daniel. Pudimos darnos cuenta que esta es la manera de aplicar el evangelio de la santidad a nuestras vidas, no simplemente tenerlo como parte de nuestro conocimiento.
Además recibimos abundante gracia cuando observamos cuánto los miembros aman a Dios, al Señor y al pastor. En particular fuimos conmovidos en gran manera por la sinceridad del Dr. Lee y el amor por Dios, los niños y los ancianos.
Una gran cantidad de personas fueron sanadas, todas a la vez en la primera noche del Retiro de Verano Manmin, y testificaron de su sanidad. Cuando llegamos a Seúl, pudimos experimentar el clima abrasador, el mismo que nunca antes había experimentado, ya que en Rusia jamás es tan caluroso, incluso en verano. Pero sorprendentemente no hacía calor en el lugar del retiro, y fue bueno para nosotros participar del Seminario (fotografía 2).
En el segundo día se realizó el Encuentro Atlético. Estaba sorprendido y pensé en cómo una iglesia podría organizar un evento tan sistemático y tan bien organizado (fotografía 3). Incluso pude sentir el obrar de Dios en la brisa fresca, las nubes y la temperatura. Lo más asombroso fue ver la unidad de los hermanos. Nadie demostraba estar disconforme con algo. Cada uno de ellos parecían felices y unidos como uno solo en la gracia de Dios.
No puedo expresar con simples palabras lo que sentí en el concierto del Campamento de Fuego de Alabanza y Adoración en el último día. El gran y magnífico escenario, el sonido, los espectaculares fuegos artificiales y los gritos de fervor de los asistentes fueron algo que nunca antes había experimentado (fotografía 4). Además de todo esto, el Dr. Lee dirigió la alabanza a pesar de ser el Pastor Principal de esta enorme iglesia. Sentí su humildad y amor.
El miércoles por la tarde, subimos a la montaña por medio de góndolas para ver libélulas y la hermosa naturaleza. Y llegamos a la cima luego de caminar aproximadamente 600 m. Mis piernas se pusieron un poco rígidas, ya que no suelo realizar ejercicios, y tuve indigestión y dolor de estómago. Pero cuando comencé a saltar y alabar en el concierto del Campamento de Fuego de Alabanza y Adoración mis piernas se normalizaron. El momento que el Dr. Lee oró por los enfermos que se encontraban en la mitad, mi dolor de estómago desapareció.
Voy a recordar lo que vi y aprendí, y a hacer más para que la obra de avivamiento pueda pasar aún más en gran medida a través del evangelio de la santidad en Rusia. ¡Aleluya!
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